Estamos claros, así haya insensatos que lo nieguen, que como una de las estrategias más efectivas de la guerra económica, surgió una nueva categoría de delincuentes que bien han sido llamados por el argot popular como "bachaqueros", plaga esta a la que como a un nuevo virus que ataca al organismo social, no se le ha podido encontrar cura, plaga que como un nuevo tipo de veneno, va minando la salud social, sin que haya sido posible encontrar un antídoto que contrarreste su malignidad destructiva, que se refleja como una nueva forma de acabar con la capacidad de compra del venezolano y de la que existen categorías que se articulan a lo largo de la cadena de comercialización, comienza por los importadores y productores , mayoristas, empaquetadores y culmina con el vendedor final, quien en su bodega de barrio o en tarantines improvisados, alrededor, sobre todo de los mercados municipales e incluso en calles y avenidas de las ciudades, a lo largo y ancho del país, montan sus trincheras que por los resultados que están a la vista todos los días, se han convertido prácticamente en inexpugnables y en una especie de arma de destrucción masiva contra la que no han valido leyes, instituciones, operativos y que han demostrado un poder tal, que han logrado incluso convertir a muchos funcionarios en sus cómplices y asalariados para lo cual destinan de sus proliferas ganancias una buena tajada o los ponen bajo su mando a cambio de una bolsa de mercado al final del día o entrega fija para callarlos o para que les pongan al tanto de operativos sorpresivos, de esos que no han servido para nada contra el virus del que hablamos.
Es por ello que cualquier persona aún sin ser muy buen observador, ve como los delincuentes conviven con agentes del orden: GNB, policías, fiscales de la SUNDEE, quienes prácticamente se han mimetizado con ellos y convertido en protectores del delito y en agentes de agravamiento de los males que minimizan la posibilidad de que las familias, puedan disfrutar de la cobertura adecuada de sus necesidades básicas.
Por ello estos nuevos y efectivos focos surgidos contra la Revolución Bolivariana, se sienten guapos y apoyados aún siendo personas a quienes, si se les investiga, el resultado sería que un alto porcentaje de ellos son indocumentados y con un prontuario bien generoso.
Todo, con ellos, conspira para que la desesperanza cunda en el pueblo, porque cada vez que se va al mercado, a la farmacia, a la ferretería etc. lo que se constata es que de forma cada día más acelerada la promesa del Comandante Eterno de hacer buena la máxima del Libertador aquella que habla de la "mayor suma de felicidad", se aleja cual un globo de esos que se lanzan en navidad y que desaparecen en lontananza o se queman en el aire.
Esa promesa cuyo cumplimiento comenzó a ser acariciado, sobre todo cuando en buena hora se implementaron las llamadas misiones, estructuras para la solución de los problemas sociales, que maravillaron al mundo y pusieron en guardia a los imperios, hasta el punto de actuar contra ellas, iniciando la guerra no convencional que vivimos con el llamado decreto Obama, guerra esta que en otro país ya el enemigo hubiese cantado victoria pero que aquí la hemos resistido a pesar de que cada día quienes nos quieren avasallar incorporan nuevos elementos que nos afectan gravemente como lo hemos comprobado al tener que enfrentar terribles dificultades para por ejemplo poder dotar a nuestra población de vacunas, a los enfermos crónicos de medicamentaos indispensables, al sector productivo de materias primas para poder producir alimentos, al sector industrial de construcción y transporte para el mantenimiento y renovación de maquinarias y flotas etc. hasta el punto de que a pesar de que no es esta una guerra convencional que deja muertos por doquier, igualmente pareciera lo fuese, porque muchos venezolanos han muerto e incluso no han podido llegar a nacer ya que han mermado la posibilidad de respuesta, para garantizar el buen vivir de la población nacional, a ello ha contribuido, en buena parte, diría yo, casi a la par de los variados bloqueos que nos quieren ahogar, esa nueva clase delincuencial agrupada en el bachaquerismo, que ha demostrado su enorme poder destructivo, evidenciando una ya demasiado visible impotencia por parte de quienes están obligados a hacer cumplir las leyes.
Es vox populi que el cochino dinero que los bachaqueros, en todas sus categorías dentro de la cadena de comercialización manejan, es tanto que a través de él tienen el arma más poderosa para convencer a quienes lamentablemente, en buen número, integran nuestras instituciones y son presa fácil del soborno, lo que le garantiza a los delincuentes mayor capacidad de acción y sobrevivencia.
Es algo ya comprobado y profusamente criticado por el pueblo, que los llamados operativos, al no tener continuidad, lo que hacen es estimular la reincidencia.
Se puede afirmar, sin prueba en contrario que disposiciones legales como la de colocar en sitio visible las listas de precios acordados, no se cumple, lo que hace pensar que menos se van a cumplir, como en efecto ha sido, otras disposiciones que garanticen que el poder adquisitivo de la gente no sea presa de tanto y tan rápido deterioro.
Muchos nos preguntamos: ¿Es que no es posible que a los importadores se les haga seguimiento, incluso desde que hacen la compra de lo que van a importar en el país de origen?; ¿Es que no es posible que dichos productos salgan de las aduanas y puertos con el precio máximo de venta al público y dicho precio sea publicado por todos los medios y en a la entrada de los negocios?
Este no es el único país con dificultades inducidas, sin ir muy lejos allí está la sufrida Cuba que ha resistido por más de 60 años un bloqueo criminal, pero allá no, ni por asomo, surgieron fenómenos internos que aquí, lo que han hecho es coadyuvar a que los daños de los cruentos ataques imperiales; allá bachaqueros o plaga similar brillaron por su ausencia, el pueblo que no huyó con la caída del dictador y el triunfo de la Revolución, resistió y en medio de las dificultades ha logrado incluso ser ejemplo de creatividad en el campo, de la medicina y de la Educación, entre otros.
Podemos inferir que aquí, lo hecho con Cuba lo están haciendo con nosotros pero elevado a la enésima potencia y con nuevas armas y nuevas características, entre las que se destaca la que hoy ha sido tema de esta humilde opinión que comparto con mucha gente, que no se explica el por qué de tanto poder destructivo y su capacidad de ser hoy por hoy el terrible flagelo ante el cual la ley y sus ejecutores parecieran a los ojos del pueblo, estar siendo derrotados de plano.