Cuando cualquier ser humano o conjunto de ellos, instituciones u organizaciones pertenecientes a un colectivo, en este caso de carácter internacional. Con criterio y dignidad, se percata por hechos irrefutables, que buena parte del resto que comparten espacio, deberes y derechos, son una cuerda de inmorales, sin ética ni conciencia humana, que entregan los intereses que representan a quien por sus características tiene como objetivo generar miedo, subordinación y obligar incluso por la fuerza a los legítimos dueños de lo que poseen, a entregarse arrodillados a quien está decidido a ser el dueño y señor del mundo, con todo aquel que respire rindiéndole pleitesía y dejándose oprimir y robar de la manera más impune y como resultado de genocidios aberrantes que han inundado de sangre inocente el suelo de cientos de patrias, si se tiene dignidad la mejor postura no es otra que salirse de esa especie de cloaca variopinta y mal oliente, máxime cuando como en nuestro caso, hemos podido comprobar que abiertamente se actúa para afectar los intereses de nuestro pueblo, por la simple razón de que hemos decidido ser libres y tomar otro camino distinto al que el hegemón nos quiere imponer.
Esto lo estábamos viviendo, casi que desde el momento en que este pueblo valiente tomó el camino hacia el Socialismo Bolivariano, bajo la conducción de un gran hombre que por su ejemplo, argumentos y ejecutorias demostró plenamente ante el mundo, que si se puede lograr la felicidad de los pueblos por la vía del amor, la solidaridad, la equidad, el humanismo real y verdadero, sin necesidad de explotar a los seres humanos y por el contrario otorgándoles los derechos que les corresponden por ser copropietarios de todas las riquezas con que la Providencia dotó a la tierra que les vio nacer o en la que habitan.
No hay ni siquiera que mencionar el organismo al que me refiero, pero todos saben que es la OEA, creada precisamente por disposición del aspirante a tirano universal y amoldado a sus intereses de dominación y como plataforma para sus planes macabros contra los pueblos, organismo este que con sus acciones ha demostrado ser una marioneta que se mueve a voluntad del operador o como la bautizó el inolvidable Fidel "el club de las colonias" o el patio trasero del imperio en donde se reúnen para hacerle la venia a su amo y señor.
Cuba una de sus víctimas más notables dio el ejemplo que hoy sigue la Patria de Bolívar, vinieron contra nosotros como lo hicieron contra Cuba, casi que aplicando una copia al carbón de lo que durante décadas han intentado contra ese hermano pueblo, con el que no han podido ni podrán. Lo sacaron o expulsaron como lo dijeron en su oportunidad, porque alzó su voz como hace años la alza nuestro pueblo y fue por orden del operador de las marionetas, a nosotros no nos expulsaron y no lo hicieron porque nunca lograron los votos, algo allí quedaba de dignidad que les impidió aplicar los palanes que el imperio les ordenaba, decidimos irnos para no seguir presenciando tanta porquería que en esa especie de pantano contaminado se mueve a diario y donde las traiciones, las falsedades, los negociados y todo evento putrefacto, son el plato del día, una decisión digna de celebración que se vio en la calles en la que el pueblo chavista de manera multitudinaria demostró su alegría por no tener que soportar más el tener que compartir con ese entorno lo que veníamos soportando por años.
Estamos fuera a riesgo de lo que sea, estamos demostrando nuestra independencia y soberanía y cómo por hechos como éste es por lo que hemos sido declarados como "un peligro inusual y extraordinario contra los intereses norteamericanos", no ufanamos de serlo porque para el imperio somos un mal ejemplo pero para los pueblos somos el ejemplo a seguir ya que aquí estamos demostrando, aun ante las dificultades a que se nos está sometiendo que hemos encontrado el camino hacia la verdadera felicidad de el ser humano como sujeto y centro de una verdadera democracia.
Este es pues un día glorioso, histórico, del que las generaciones futuras oirán hablar, un día que quedará como un testimonio de la dignidad y el apego de un pueblo a principios superiores, que defendemos a sabiendas de las malignas reacciones de las hienas imperiales. Debemos pues, como herederos de tantas glorias que son legados inconmensurables de nuestros libertadores de antaño cuando las guerras que nos dieron la independencia y de los de esta época, el Gran Comandante Hugo Chávez y no pocos que junto a él han ofrendado su vida por su amado, único e irrepetible pueblo venezolano.