Julio Escalona, y que alguien afirme lo contrario, es una de las voces con más autoridad moral para decir, no solo lo que en el discurso al cual se refirió desde la tribuna de la ANC, a la ley de presupuesto aprobada para el 2019, sino lo que ha venido diciendo y escribiendo desde hace ya bastante tiempo y que parecerá ha caído en saco roto y oídos sordos.
Lo que ha hecho el camarada Escalona no es otra cosa que cumplir exactamente con la solicitud que siempre le oímos al fundador de esta Revolución, el Comandante Chávez, de criticar lo que creyésemos iba mal e incluso autocriticarnos con el único fin de corregir los errores que lamentablemente, hay que aceptar, se repiten con mucha frecuencia y bastante daño le han hecho al proceso y a la necesidad imperiosa de por fin por lo menos acercarse al objetivo supremo de establecer el Socialismo del Siglo XXI, única vía para garantizar máxima felicidad del ser humano y el logro definitivo de la equidad, de y en todas las capas sociales de la población y definitivamente demostrar, cómo es que si existe una alternativa al neoliberalismo que ha retrasado de forma grave el progreso de la humanidad.
No ha sido la única voz pero si una de las más contundentes que con conocimiento de causa ha dicho, no solo lo que según su criterio, compartido por muchos, se está haciendo mal, sino que ha expresado lo que debería hacerse para enderezar el rumbo, so pena de tener que lamentarnos en un futuro, que si investigamos el proceso en el tiempo y en los hechos de lo que ha sucedido con la Revolución, no se estaría muy equivocado si se afirma que el futuro de esta manera no se ve venir muy acogedor.
Si no, preguntémonos cuántas veces no hemos leído y oído, expresiones que alertan sobre acciones de corrupción en los organismos públicos, que precisamente en los últimos tiempos hemos conocido gracias a que tenemos un fiscal valiente y dispuesto a destapar ollas podridas, como son los casos de PDVSA y otros organismos del estado, a los cuales desfalcaron personajes, incluso señalados antes de que cogieran las de Villadiego, cargados de dólares que nos pertenecen a todos los venezolanos y que de muchísimo estuviesen sirviendo ahora que estamos enfrentando, las consecuencias de una guerra económica que amenaza gravemente el futuro de la Revolución, guerra a la cual hemos podido resistir pero a la que no podemos garantizar con vencer, pues cada día se confabulan acciones externas e internas, que hacen más difícil el normal vivir de los venezolanos y poco a poco socavan las bases de este Proceso hermoso, pues es innegable que en el camino muchos, por variadas razones, se van quedando, haciendo más débiles las huestes que podrían garantizar el poder inferir una victoria segura.
Por ello y a pesar de las dificultades, es absolutamente necesario, si no queremos que aquí se repita lo de Chile, Irak, Libia y cientos de países más, que quienes tienen el poder de decisión sigan lo que tantas veces ha sido una advertencia profética para que se haga lo que se tiene que hacer, pues es posible que aun se esté a tiempo de, haciendo simplemente cumplir la Ley con toda rigurosidad, se ponga orden, especialmente en el campo económico en el cual el enemigo está haciendo estragos, tanto que podemos decir que es un flanco que a veces pareciera irrecuperable y podría ser por el que se vaya a pique un sueño, que ya tiene más de doscientos años y que haría que la generación que hoy tiene las responsabilidad de dirigir a un pueblo, quede en la historia futura como la responsable de desaprovechar, quizá la que sea la última oportunidad de cristalizar un sueño que sería uno de los mayores logros para bien, no solo para esta Patria, sino para toda la humanidad.
Así que, o se le paran bolas a Escalona y a otros tantos que pueden decir que han hablado a tiempo o preparemos para ir a llorar al Valle.