Final de año, momento para la reflexión. Los Venezolanos seguimos viviendo momentos difíciles, producto de la falta de acuerdos, entre una oposición que pareciera no entender ni aprender, que por la fuerza, no podrá asumir el poder político, y una revolución que insiste en hacer las cosas iguales, sin rectificar sin entender, que haciendo lo mismo, las cosas no van a cambiar.
Es momento del dialogo franco, asumiendo los errores de ambas partes, para poder transformar el país. Venezuela no soporta más desencuentros.
El diez de enero arranca un nuevo período constitucional encabezado por el presidente constitucionalmente electo, Nicolás Maduros. Esa fue la decisión que el pueblo tomó, y debe ser respetada.
La oposición debe asumir la desmotivación que generaron en sus seguidores y trabajar por ocupar los espacios que quieren. Por otra parte, el presidente Maduro, debe dar un verdadero golpe de timón; la economía se ha vuelto insostenible, la devaluación del Bolívar Soberano en la magnitud que se presenta, en menos de un año, ha desmotivado a buena parte de los afectos a la revolución y por otra parte, un PETRO que parecía ser la salvación, pero que se mantiene inexistente… para muchos, este cripto activo, sería la muerte del dólar criminal.
Así lo creo y me mantengo firme en esa creencia, tal vez el proceso no sea tan rápido como quisiéramos, pero las alocuciones del presidente nos ha hecho creer y crear falsas esperanzas, que se desvanecen al poco tiempo, ante la falta de concreción, que ahoga a los más humildes en la desesperanza.
Yo creo en Venezuela, en mis compatriotas, en aquellos que día a día, salen a enfrentar la vida, a través del trabajo productivo, creo en la revolución y en las grandes propuestas que nacieron de nuestro comandante eterno Hugo Chávez Frías, propuestas que se han ido desvaneciendo, junto a la esperanza de un pueblo, que no ve asidero en la ejecutoria de las políticas públicas, que no se cumplen por ineficiencia, corrupción, etcétera.
Llegó la hora de la reflexión no permitamos que se nos vaya de las manos la gobernabilidad del país. En esto tiene responsabilidad no solo el gobierno; la oposición debe sumarse al trabajo productivo y en paz, que genere satisfacciones al pueblo, haciendo críticas y propuestas en el marco de un estado de derecho. El gobierno, si bien está en la obligación de escuchar, también tiene la potestad de asumir o no propuestas de la oposición, todo en el marco del respeto. De no hacerlo, de no establecer un diálogo, sincero corremos el riesgo de tener un 2019, complejo que puede resultar devastador para el país.
En la creencia de que el 2019 nos depara un año de franca prosperidad y transformación, les deseo un feliz año nuevo y que el señor de los cielos nos traiga a todos los Venezolanos, la claridad, mental y espiritual, que necesitamos para vivir en armonía y produciendo, para lograr la transformación del país.