No estoy de acuerdo con quienes afirman que éste ha sido el peor gobierno que ha tenido Venezuela. Realmente ha alcanzado muchos logros en materia de justicia social. El problema ha sido la pésima gestión en el área económica que hace olvidar cualquier logro, e incluso, el proceso que inició Chávez corre un peligro cierto de zozobrar por esa misma causa.
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Lo triste de todo esto es que Maduro conserva el mismo equipo económico desde hace cinco años, quizás con algunos enroques. El mismo Meléndez al frente de una planificación cuyos resultados no se ven por ningún lado, igual que un Castro Soteldo que ha sido una nulidad en lo que respecta al área de producción agrícola y pecuaria. Ni carne, ni huevos, ni pollo, se pueden conseguir, y si se logra hacerlo, es a precios escandalosos. Y así pudiésemos seguir con los demás integrantes de ese equipo.
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Maduro debe cambiar y poner gente competente al frente de la economía. Y digo esto por que hay que entender que pase lo que pase, siempre esto se resolverá al final mediante elecciones. Ya en el 2015 el proceso perdió la Asamblea Nacional por culpa de esos ineptos, derrota que ahora es que se aprecia su gravedad.
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Maduro no aprendió de esa experiencia tan amarga y ha dejado el mismo equipo, al cual, increíblemente y después del estrepitoso fracaso del plan anunciado el 20 de agosto, no se le ocurre mejor arma para atacar esta megainflación que redactar una Ley en contra de la corrupción que castigue las violaciones a los precios acordados.
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Por Dios, en el caso que funcione esa Ley, los precios acordados apenas se refieren a 50 artículos, dejando indefensa a la población ante la voracidad capitalista cuando consume los miles de productos que no están en esa lista. Es que ese equipo ni siquiera conoce la doctrina marxista, la cual sostiene que los sectores oferentes tienden a igualar su rata de plusvalía, tesis que explica muy bien el porqué han fracasado los innumerables controles de precios de los productos de primera necesidad que se han implantado en los últimos 60 años.
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Es que en ese "equipo económico" no hay nadie que se haya molestado en estudiar la historia de la economía en nuestro país?
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Lo de Maduro lo entiendo, él no es economista, pero que explicación tiene que tantos militantes del proceso que tienen conocimientos, o auditorios, o ambas cosas, no dejen sentir su crítica ante tal despelote y permanezcan callados? Qué dicen los Robertos, Mario Silva, Britto García, Jesús Farías, y tantos otros? Nada. Parece que, o tienen miedo o no tienen ideas.
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Y los que disfrazados de "revolucionarios" expresan opiniones críticas, (cargadas generalmente de reconcomio) sospechosamente lo hacen en contra del Presidente, y no en contra del equipo que maneja la economía, los verdaderos culpables, con lo que le hacen un juego imperdonable al imperio y sus lacayos.
