Que fácil se restauró la democracia en Venezuela. Thank you, Mister Trump

Si no fuera por todo lo que hay detrás, y por los riesgos que supone para la estabilidad de la Patria de Bolívar, la autoproclamación de Guaidó, el 23 de enero, no sería más que la payasada del siglo del imperio y sus lacayos.

Los que tienen 20 años acusando a la Revolución Bolivariana de antidemocrática y no han dejado de llamar al Presidente legítimo y constitucional Nicolás Maduro dictador, montan un guión y ponen a ese payaso a hacer un circo y a partir de allí plantean que el Presidente electo democráticamente debe dejar sus funciones y así "renace" la democracia en Venezuela. Lo más insólito es la cantidad de países del mundo que le hacen el coro a los gringos en esta jugarreta.

Pero no logran prender el polvorín del pueblo masivo en la calle protestando por la salida de Maduro de Miraflores para que entre Guaidó y el que parece pronto a salir del país en un exilio es el mismo Guaidó quien, al igual como hicieron en Libia, desde fuera y con el apoyo del imperio y sus socios encabezaría el "gobierno de transición" hasta que logren el derrocamiento definitivo de la revolución venezolana e impongan "su democracia". Los fondos, como siempre los pondría el imperio, total la operación del derrocamiento de la revolución en Venezuela y la restauración de la antipatria no es más que un negocio en el que EE UU ha invertido muchos dólares y está dispuesto a invertir los que falten para concretar la operación.

Esta insolencia del imperio y sus lacayos obligaría hasta a quienes en estos últimos tiempos vienen haciendo críticas fundadas y serias a Maduro y a su gobierno a ponerse del lado de la Patria y a rechazar la grosera intromisión del gobierno de Donal Trump y de los gobiernos lacayos de Latinoamérica y de Europa que pretenden imponer al país sus designios.

Habrá que recordar palabras de Fidel, en tiempos de Período Especial, cuando afirmó "En tiempos fáciles, incluso, cualquier puede ser revolucionario; solo quien sea valiente de verdad, patriota de verdad, revolucionario de verdad se comporta como patriota y como revolucionario de verdad en tiempos realmente difíciles"

Hay que recordar además la valentía y la firmeza con la que Cipriano Castro, acompañado del pueblo venezolano todo, enfrentó y derrotó la agresión de potencias imperiales en 1902. Hasta el mismo José Gregorio Hernández se alistó junto a otros 100 mil venezolanos y en cuestión de horas se pusieron al servicio de la Patria y a las órdenes del Presidente Castro para combatir a los agresores. Se abrieron las cárceles y los oponentes políticos de Castro no dudaron en combatir a quienes hoyaron el suelo sagrado de la Patria, como lo recuerda la poética proclama salida de la pluma de Castro.

No les ha faltado cojones a nuestros antepasados para enfrentar y combatir las agresiones imperiales, pero mal podemos esperar de los antipatriotas que desde hace 20 años se oponen a la Revolución que asuman la defensa de una patria que no les importa, que no les duele, que nunca han querido y que ahora están dispuesto más que nunca a negociarla con el objetivo único de retomar sus mezquinos y plebeyos privilegios.

Por ahí se manifestaron los "mareados sociolistos" equiparando al gobierno, que legítimamente critican, con los lacayos del imperio. Sin que se notara en su declaración ni un ápice de indignación ante la terrible afrenta que se le ha hecho a la Patria de Bolívar.



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Juan González


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