Luis, ¿qué es de la vida de los “matavoto” hermano?

En esta semana de retorno "seguro" a clases presenciales convocado por el gobierno nacional llama la atención el inesperado aumento del precio del diésel a 0,50 dólares el litro después de estar siendo 100% subsidiado el costo a dicho combustible para garantizar precios accesibles, tanto del transporte de personas como de las mercancías. Además, llama la atención, un anuncio de incremento desmedido de las tarifas de servicios de CANTV a los usuarios.

Todo esto en un escenario preelectoral, cuando se supone que si algo debe hacer el gobierno es no atemorizar a los electores, pero probablemente quienes tomaron decisiones, como las antes mencionadas, ya hicieron las evaluaciones correspondientes y sin ser pretender llegar a convertirse en aquellos matavotos, que antes Britto García sometiera al escarnio del chavismo, apenas hoy son eficientes funcionarios ejecutores de las políticas públicas que cada día se fortalecen en esta revolución.

Quizás en esta experiencia que vivimos no hace falta, por ahora, que los privados directamente sean los dueños del capital para imponer sus condiciones, al menos de grandes empresas como PDVSA y CANTV. Es posible que se esté experimentando y se busque medir la reacción posterior de la gente, luego vendrá lo de siempre, los más eficientes en la administración son los privados; por tanto, está más que justificado privatizar los servicios.

Es tal el nivel de deterioro de los servicios públicos que no hace falta justificar el incremento de precios de los mismos en nombre de la recuperación de la calidad de estos. "Para tener servicios de calidad deben pagarlos", esta es una vieja consigna del mercado que hoy resurge como el ave fénix, después que Chávez desde finales de los 90 comenzó a enterrar al neoliberalismo que campeaba a sus anchas en nuestro país.

No tuvieron que pasar siglos para ver resurgir ese neoliberalismo que muchos vimos caer abatido, pero que dos décadas después parece estar siendo recibido con alfombra roja.

Ocurren cosas que en tiempos de Chávez parecerían insólitas. Pero la peor de todas las cosas que ocurren es la instauración de un tiempo psicológico que contradice la lógica de un modelo de sociedad socialista o que se le intente asemejar.

Negociaciones, acuerdos, diálogos y para usted de contar. Pero un factor común es que vemos condiciones de precarización extrema de la vida de los trabajadores y trabajadoras. El anuncio de un mejoramiento de la economía pero en unas circunstancias en las que solo quienes detentan el capital parecen terminar favorecidos.

Por lo pronto, en pocas semanas ocurrirá el evento electoral más importante de estos años y mientras unos apuestan a la maquinaria y al Partido, otros apuestan a capitalizar el descontento de muchos y arañar algunos territorios en disputa electoral; mientras la mayoría apuesta a que el país se enrumbe y reconquistemos progresivamente algunos índices de bienestar y condiciones de vida que todos merecemos.

PD: Algunos dudan del aumento del diésel y tampoco es improbable que seamos víctima de una "fakenews", pero lo que no es mentira es que muchas cosas que sí están pasando no son ni afirmadas ni negadas por el gobierno, pero pasan, como la precarización laboral que padecen los trabajadores en nuestros días.



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Juan González


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