Claro que la operación 23F de D. Trump y sus cómplices fue exitosa. Cualquier lector capcioso plantearía ¿cómo que fue un éxito si no tumbaron a Maduro y el "régimen" chavista aún gobierna en Venezuela?.
Todos ellos sabían que Maduro después del 23F seguiría gobernando, pero no podían dejar de apostar por cualquier opción que en última instancia, mediáticamente, serviría para mostrar al mundo que el gobierno de Nicolás Maduro es una dictadura y que merece la condena de las sociedades civilizadas y democráticas del mundo. A qué gobierno se le ocurre incendiar la "ayuda humanitaria" que estaba destinada a ofrecer alimentos y medicinas a un pueblo sometido a enfermedades, hambre y miseria por un gobernante caprichoso y dispuesto a cualquier cosa por mantenerse en el poder.
No importa que las cámaras de Telesur difundan evidencias incontrovertibles de quienes ejercieron la violencia y donde ocurrió el incendio de la gandola. Total ese medio televisivo le sirve a la "dictadura" y solo difunde propaganda a favor del régimen, de VTV y demás televisoras oficiales de Venezuela ni que decir a favor de quien están.
Así que no entiendo por qué tanto optimismo en el bando de los patriotas. El 23F la derecha trasnacional del cipayo Guaidó, con el respaldo de Duque y los gobiernos del cartel de Lima, todos ellos bajo las órdenes directas de Trump, se anotaron otro triunfo mediático y el partido sigue por ahora a favor de ellos.
El 23F se puso a rodar un show y todo ocurrió según el guión previsto por el Director. Que algunos actores hayan supuesto que la historia tendría un final feliz para ellos es otra cosa, nada de lo ocurrido se salió de los escenarios previstos y considerados por quienes idearon la obra.
Lo que sigue siendo el mayor enigma de toda esta historia, especialmente para los del otro bando, es cuándo lograrán incidir en los militares y así influir en el curso de los acontecimientos que hasta la fecha parecen fluir por un derrotero distinto al que Trump y los salvadores del mundo y Venezuela quieren imponer para sacar al pueblo venezolano de la tragedia en la que ya lleva 20 años.
Pero hay que recordarle a quienes se confían demasiado que el imperio no descansa y que en Libia un curtido dirigente, con más de 40 años enfrentado al imperio, cometió unos pocos errores que terminaron costándole la vida y la devastación de su pueblo que hoy permanece sumido en ruinas y miserias.
Da escalofríos pensarlo pero cada día parece más inminente que los venezolanos debemos prepararnos para la guerra. Para mañana será tarde, si desde ya no comenzamos a adelantar las acciones que en escenarios bélicos pueden ayudarnos a resistir mejor, tendremos que lamentarnos no haberlo hecho con tiempo.
Como decía el cantor del pueblo, Ali Primera, no basta rezar, sería bueno considerar los escenarios previsibles si Trump termina imponiéndonos la guerra a Venezuela.
