"Nada tiene más fuerza para un Ejército que el enemigo interior de la patria eterna. No es ajeno a esto el hecho de que el grueso de los ejércitos de Nuestra América, prácticamente solo han ganado guerras en los últimos doscientos años contra sus propios compatriotas. Otra cosa hubiera sido los ejércitos hubieran sido los garantes de la Constitución y la democracia. De ahí su permeabilidad a los discursos anticomunistas, al adoctrinamiento por parte de Estados Unidos (la Escuela de las Américas y la posterior formación de jueces en escuelas de adoctrinamiento judicial). También por eso el Ejército ha aparecido con tanta frecuencia como el protagonista de golpes de Estado que han devuelto a ese Estado su sesgo de clase. Añadamos un espacio cruzado entre los diferentes ámbitos ligados a la coerción —el Ejército, la Policía, los paramilitares, las empresas armamentísticas, los mercenarios, las cárceles privadas—, junto al dinero y la ley. Es conocida en Brasil y en Colombia, la vinculación entre políticos conservadores juzgados por corrupción y grupos militarizado armados que compran votos y candidatos y ejecutan a opositores".
"La judicialización de la política, y el auge de los ‘poderes salvajes’, marcan la fuerza de esta selectividad y explica por qué es elegida en nuestros países, bajo guía norteamericana, como la vía para vaciar la democracia. Los gobiernos de cambio están condenados a chocar, prácticamente desarmados, contra un ejército de jueces y abogados dispuestos a encontrar cualquier excusa para tumbar a presidentes, gobernadores, alcaldes, diputados y senadores".
En la lucha común contra el imperialismo y el colonialismo se iban formando las primeras relaciones Venezuela y la Federación Rusa en la nueva época, cuyos promotores fueron los luchadores progresistas por la libertad de Venezuela y sus líderes nacionales, que saludaron la victoria de la Revolución de Octubre.
Hoy no existe tarea más importante y más urgente que salvar a Venezuela de las garras del imperialismo. Muestran la posibilidad real de oponer resistencia a las pretensiones y ambiciones imperiales, a la arbitrariedad de los planes neoglobalistas. El alto grado de interacción de Rusia y Venezuela significa que el potencial de las fuerzas pacificas es más fuerte. El futuro de nuestro país es más seguro.
El derecho de todo país a que su opción sea independiente, a regir sus propios destinos, a determinar por su cuenta el sistema político y estatal. Este debe ser el punto de partida. Cualquier intento de inmiscuirse en la vida de los países, en los procesos internos que en ellos Es difícil, pues siempre requiere lucha, siempre se levantan obstáculos. Los pueblos que buscan la manera de resolver sus problemas nacionales. Nadie puede privarles de este derecho.
Todos somos distintos, cada cual tiene su ideología, acepta uno u otro sistema político, sigue unos u notros credos religiosos. No obstante, hoy dependemos sobremanera unos de otros, lo cual significa que debemos razonar a partir de criterios nuevos. Es necesarios volcarnos en la búsqueda de vías para establecer nuevas relaciones internacionales.
Es lógico que al firmar el Tratado con la Federación Rusa, económica, política y militar. A la par, el desarrollo de la colaboración basada en este Tratado y las metas alcanzadas como resultado de su materialización, permiten afirmar hoy que estas relaciones y, por tanto, el propio Tratado, constituyen un buen ejemplo de relaciones entre Estados, es patrimonio de gran valor para Nuestra América.
¡La Lucha sigue!