Otra trasnochada más tuve ayer jueves disfrutando como nunca la entrevista que nuestro comandante en jefe, Hugo Chávez concedió a distintos canales de TV en el Palacio de Miraflores. Chávez todo un líder, un estadista, un visionario, un hombre claro políticamente hablando, con una percepción única de la vida, del servicio a la nación de su pasión revolucionaria. Desintegrando mitos que alrededor de su vida se han creado, confesando sentimientos acerca de la traición y aún perdón a sus enemigos, el reencuentro con Arias Cárdenas, los casos de corrupción que pudo evidenciar en algunas personas cercanas a él, la evolución de su pensamiento, las ideas del socialismo, la invitación a todos para construir esa nueva sociedad, su determinación de poner mano dura a los medios golpistas y así dos horas de conversaciones que nos enorgullece tener a un presidente de la calidad de Chávez.
Mucho antes había medio escuchado a Manuel Rosales en una entrevista realizada por el chulo Marcel Granel, y era patético, la primera impresión que uno recibe de Rosales es la ausencia de emociones en su rostro; el tipo no ríe, no mueve ni las cejas, parece un títere, lo escuchas hablar y se observa que hace un tremendo esfuerzo para coordinar las ideas, escucha uno sus planteamientos y demuestra que desconoce la realidad del país; sus avances, progresos, uno oye sus planes de gobierno y es la total demagogia. Es un tristeza que Chávez haya tenido un contendor así, una vergüenza que de verdad el presidente no haya pedido que tener a alguien con quién debatir las ideas, las propuestas, los errores cometidos.
Por un lado eso no le quito el sueño al presidente, más bien le brindó la oportunidad de dedicarse a inaugurar obras y a tener contacto con los cientos de miles de revolucionarios en el país, para qué perder tiempo con un monigote como Rosales quien es la obra y resultado de los partidos mediáticos como Globovisión y RCTV.
Después que uno escucha los argumentos de Chávez, su sinceridad, sus cosas e ideas por lo más descabelladas o utópicas que puedan ser, termina uno convencido de que es el líder que Venezuela tanto necesitó en décadas porque los demás que estuvieron solo venían con un discurso e ideas sacadas a punta de real pagando a asesores de la oligarquía para crear y mantener una estructura de estado que sin duda alguna Chávez debe cambiar con radicalidad. Hay que ser bien ignorante y corto de visión para no darse cuenta que Dios nos permite a un Chávez, no para adorarlo, sino para que entendamos que si se puede tener a lideres morales, visionarios, estadistas, con una pasión por el pueblo, que estén dispuesto a sacrificar su comodidad para servir a una nación.
Varias cosas de esa entrevista me llamaron la atención y me hicieron reflexionar: Su concepto del poder, la construcción del sistema socialista desde las raíces indígenas, la confesión sobre Miquelena (aunque él no dio nombre), su apreciación de los que le siguieron en la intentona golpista del 4 de febrero y los que después le han traicionado, entre otras tantas cosas.
Con respecto a los entrevistadores da tristeza esa intelectualidad obcecada de Carlos Croes (TELEVEN) preguntas de siempre a tipo de burla en vez de aprovechar a Chávez y llevar temas a fondo, con la periodista Blanche Petrich (productora del programa de opinión “De este Lado” por TeleSUR); muy educada, inteligente a la que Carlos Croes poco dejaba hablar, Eduardo Rodríguez (por Venevisión) no fue el mismo que en aquella oportunidad entrevistó al presidente, muy cauteloso y superficial, Jorge Arreaza (por el canal del estado, (VTV) bien en sus apreciaciones y preguntas pero lo mata su temperamento flemático, necesita ser más agresivo, Carlos Croes fue, como todo adeco, el que se robó el Show entre los periodistas.
Un programa que debería repetirse después después del triunfo de Chávez. La pregunta que uno se hace la pregunta si Rosales es el que según la oligarquía está por encima de Chávez ¿Por qué no fue él el entrevistado?. Sencillamente porque las cartas están echadas.
Juliocesar1221@yahoo.es