Son muy pocas, por no decir ninguna, las películas de producción norteamericana que reflejen al latino, al árabe o a cualquier etnia de dudoso color en su verdadera dimensión. En todas las grandes producciones fílmicas en las que intervenga el tema étnico, nos muestran torpes, sucios, desorganizados y algo así como monos curiosos que sirven solo para ser visitados en épocas de turismo. Por otro lado, en sus filmes, nuestras ciudades son áridas, polvorientas, calurosas y casi no existen calles asfaltadas. En fin, lo que tratan de mostrar es a pueblos inferiores en donde el protagonista blanco, ojos azules, alto y de musculoso cuerpo, resalte en medio de esos indios, morenitos, escuálidos y mal alimentados sujetos del tercer mundo. Amén del estereotipo creado por las grandes compañías publicitarias, que nos dividen entre feos y bonitos; espectaculares y vulgares.
CNN ha instalado en Irak, esta muy curiosa forma de ver a quienes no son norteamericanos. Acude a las grandes producciones de Hollywood, quizás echando a un lado el coñazo de latinos que ha enviado a tragar la arena del desierto y a iniciarse en el oficio de cómo matar a sus semejantes sin sentir remordimientos. Las noticias no pueden ser más ilustrativas de esto que estoy afirmando. Kasim vendiendo botellas de dudoso whisky 12 años y a un costo bastante asequible (20 dólares), se instala en los límites de seguridad y, en una mesita, extiende cajetillas de Marlboro y “Business Club Executive Blend”, cigarrillos iraquíes a dólar la cajetilla que nos trae aquellos hermosos recuerdos mayameros de “Ta’ barato, dame dos”. A estos comerciantes callejeros, CNN les llama “pícaros” por su iniciativa capitalista y declara que “prefieren los dólares a los dinares”, moneda que, según esta transnacional mediática, terminan escupiendo. Por que hay que dejar bien clara, la inferioridad de estos monitos del desierto, que prefieren la moneda yanqui y ya asimilan al invasor, como un seguro de vida económico. Así pues que, redondeando la excelente versión mediática, los iraquíes venden los dinares a los soldados americanos (que tienen la cara de Saddam) y que les servirá de recuerdo al pasar esta pasantía bélica e, incluso, “les regalan agua, té, café y flores”.
El escenario ha sido montado. No quiero decir que no existan vendedores de mercancía de contrabando o que algunos iraquíes no estén acudiendo a ciertos mecanismos económicos, naturales en un escenario de ocupación. En Vietnam pasó igual y como Atila, por donde pasa el ejercito norteamericano, va prostituyendo y creando las condiciones ideales para “americanizar” su feudo, pasando por encima de la cultura de los pueblos agredidos. Pero este sería un tema mucho más amplio al que referirse y que ha sido el talón de Aquiles de sus aventuras bélicas; puesto que origina una reacción de indignación local que culmina potenciando el desprecio a su estirpe. Cuando hablo de ese escenario que CNN ha estado creando para poder matizar al público televidente yanqui la información real; lo hago por que evitan mostrar el crimen que allí han estado cometiendo. Se encontraron con un enemigo imprevisible, que puede estar en cualquier lugar con una bomba del tamaño de una cajetilla de cigarrillos. Esto ha ocasionado desbordamiento en sus “apreciaciones de ataque”. Han disparado contra carros y autobuses particulares a discreción y sin ningún motivo. Se repiten las matanzas de Vietnam y Afganistán por desconocer los valores que guían al pueblo iraquí. Ciertamente, Kasim (ese “pícaro” capitalista), quiere ofertar su mercancía a los soldados yanquis, pero el americano se le acerca con temor y crea un límite de “seguridad” por si las moscas. A varios Kasim los han llenado de plomo por que mostró alguna actitud sospechosa y así, uno a uno, de dos en dos o de diez en diez, han colapsado los hospitales iraquíes por procedimientos militares de defensa ante un pueblo que siente crecer su odio por esta invasión y, sobre todo, por estos invasores en particular. CNN ha estado ocultando esto y trata de amortiguar los asesinatos, con estas noticias “amistosas” entre yanquis y pequeños “pícaros” comerciantes. Para CNN, muchos de los muertos son objetivo militar y reseñan el comentario del oficial a cargo que, de inmediato acude a la excusa de la sospecha. El ejercito norteamericano, ha traído para estos escenarios a sus extras; gente exilada a la que ha motivado para que saqueen y para que se origine un estado de caos interno, mientras muchos iraquíes se mantienen en sus casas rechazando esta modalidad de ataque, que atenta contra su cultura y su modo de vida. CNN sabe esto y no lo informa. Crea informaciones banales de ese pendejo ser inferior que adora a quienes vinieron a robarle su petróleo. Algo así como el mono de zoológico, al que se le tiran maníes para que estén contentos en su jaula (cambiar dinares por dólares).
El problema de estas producciones supermillonarias, es que al final serán juzgadas por la crítica. Cuando me cambian el escenario y me ponen a Maracay con calles polvorientas, sucias y con la gente con cara de huevón, comienzo a llenarme de indignación. Y es que un hijo de puta yanqui desconoce lo que siento y me arrecha que me crea un estúpido que no puedo resolver mi propia situación. Si yo estoy arrecho por sus producciones cinematográficas, como estarán los iraquíes velando sus muertos por “sospecha”... Y encima, Kasim pasando por pendejo.
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