El pueblo venezolano demostró ante el mundo, su civismo y su profundo deseo de vivir en democracia y paz. Hay que proceder entonces a interpretar los mensajes que ese pueblo quiere que entendamos. Quienes de una u otra manera estamos en posiciones de liderazgo debemos avanzar al ritmo que impone en la marcha revolucionaria el pueblo que es origen y fundamento de este proceso político e ideológico.
El pueblo primeramente quiere respeto a sus decisiones. Nos está diciendo que no cometamos los mismos errores que cometieron quienes dirigieron este país desde la colonia hasta 1998. Este es un pueblo que maduró políticamente y que no tolerará ningún intento de manipulación por ningún sector político del país, sin importar la ideología que este tenga. ¡Venezuela cambió para siempre!
Este es un pueblo que decidió por Hugo Chávez Frías, y esa elección no está sujeta a ningún partido político, ni a ninguna tendencia en particular. Consideramos que el pueblo quiere la conformación de un partido único que pueda dar un mensaje contundente de unidad y fortaleza de este proceso bolivariano que es irreversible en nuestro país, en la América latina y el mundo.
Este pueblo quiere de manera clara una acción eficaz contra el burocratismo y la corrupción, para demostrar al mundo una ética revolucionaria efectiva y una moral bolivariana a prueba de todo acto indigno. La Venezuela que se prepara a ser el paradigma en el mundo entero del Socialismo del Siglo XXI, tiene que ser la Venezuela del poder popular, del poder dado a los empobrecidos, marginados y excluidos.
No podemos construir una patria con nuevos enriquecidos y nuevos excluidos. El pueblo esta reclamando a sus dirigentes una conducta revolucionaria, bolivariana y verdaderamente socialista. El pueblo con su poder electoral y su capacidad de defensa del proceso revolucionario, exige que caminemos de verdad hacia la ruta de la construcción de ese mundo otro, e imprescindible.
No quiere el pueblo venezolano a la gente que ve a la revolución como el gran negocio y la oportunidad de enriquecerse con cooperativas infuncionales, con contratos no cumplidos. Gente que aprovecha la oportunidad que les da la revolución, para constituir empresas que en nada benefician al pueblo y que en cierta forma financian a la contrarrevolución.
El pueblo reclama con mayor contundencia, en esta nueva etapa revolucionaria, que todos los funcionarios públicos pongan sus cargos a la orden del máximo líder de esta revolución, para que se puedan establecer las bases de la construcción del ideal bolivariano y revolucionario, tan necesario en esta nueva etapa.
Hay que consolidar la democracia revolucionaria, para esto es necesario seguir fortaleciendo el poder popular y sacar de los consejos comunales y otras instancias de poder popular, la competencia política de los sectores y factores que apoyan a la revolución y que tanto entorpecen con sus rivalidades el trabajo en las comunidades.
Escribir sobre estos puntos muchas veces nos hace impopulares ante quienes dirigen parcelas de poder, pero algunos revolucionarios y revolucionarias debemos decirlo, porque hemos vivido la exclusión y el rechazo tanto de los sectores violentos e irracionales de la oposición, como de amplios sectores que se llaman revolucionarios y que han tenido la habilidad política de ubicarse en puestos de poder y en cargos públicos estratégicos.
En uno de mis primeros artículos denunciaba como muchos de nosotros en Maracaibo fuimos excluidos, por sectores de la dirigencia que se dice bolivariana, de toda participación política. Presenciamos como gente que nunca estuvo identificada con las luchas populares y que la han adversado, han sido beneficiados con generosidad en cargos públicos y en posiciones de relevancia.
En estas elecciones se evidenció, sobre todo en amplios sectores del Zulia, como muchos "revolucionarios" de cargos, quincena y negocios raros, jugaron a que perdiera el presidente Chávez. Utilizaron sus influencias para sembrar en muchos electores incertidumbre a la hora de votar.
He visto como se ha marginado y casi silenciado a grandes dirigentes y amigos que son símbolos inequívocos de la revolución en el estado Zulia, por el solo hecho de tener una actitud crítica frente a muchas conductas antirrevolucionarias y antiéticas de muchos que dicen representar al chavismo en el Zulia.
Otro pudo ser el cantar en cuanto a votos y movilizaciones, en estas pasadas y recientes elecciones presidenciales en el Zulia. Chávez hubiera ganado con mayor caudal de votos, si se le hubiera puesto más atención a gente como el Presbítero José de Jesús Palmar Morales.
A mucha gente no le gusta que alguien se pueda expresar como lo estoy haciendo ahora, pero realmente no me importa. Después que he sufrido amenazas y agresiones por ser revolucionario y que las haya enfrentado casi solo con el apoyo de pocos amigos y amigas, no me importa lo que me pueda pasar, ni las críticas que vendrán.
En esos momentos de amenazas, temores y agresiones, puedo decir que pocos y pocas han sido fieles a la amistad y a la solidaridad, entre esos pocos el cura Palmar, mi hermano y especial amigo tiene mi más grande gratitud.
Hago un llamado al presidente Hugo Chávez Frías, para que ponga lupa en esta revolución y especialmente en el Zulia y muy particularmente en PDVSA-Zulia y en todos los órganos de gobierno revolucionarios en la región. Ya basta que los mercaderes de la revolución sigan enriqueciéndose y conspirando contra el estado.
Hay que imitar a Jesús y sacar a los mercaderes y Judas, del proceso revolucionario que usted preside. Por aquí hay muchos camaleones y bacalaos disfrazados de revolucionarios y revolucionarias.
Esto lo dice alguien que no es funcionario público y que prácticamente lo perdí todo por ser revolucionario, menos la dignidad y mi compromiso con Venezuela, con la revolución, con Bolívar y con el presidente.
¡El pueblo nunca olvida!