En el largo siglo de la historia moderna, la población venezolana se había mantenido estancada sobre los 2.500.000 Km.2 que había heredado la república como territorio propio, de acuerdo a la doctrina del uti possidetis juris. Esas fronteras correspondían a las provincias que constituían la Real Audiencia de Caracas, creada en 1786, e iban desde el cabo de la Vela, en la península de La Guajira, hasta el río Esequibo, al sureste de Guayana, y desde los Llanos de Casanare y las tierras al oeste del Alto Orinoco, hasta el Atlántico. En ese extenso territorio la población osciló entre uno y tres millones de habitantes, en cien años de historia.
En 1941 se firmó un Tratado de Límites con la república de Colombiagranadina, que dejó a Venezuela sin la península de La Guajira e hizo a la vecina república ribereña en el Orinoco. La invasión de los ingleses y la formación de la Guayana Británica, convertida en república de Guayana en 1966, redujo el territorio venezolano a 912.050 Km.2. Después de los ajustes limítrofes con el Brasil, en la frontera sur, y de haberse congelado la reclamación de la Guayana Esequiba con el Protocolo de Puerto España, entre Venezuela y Guayana, el territorio es de 916.350 Km.2. De acuerdo con la proyección del crecimiento demográfico, que alcanza en el país al 3,5 por 100 anual, la población para el 31 de diciembre de era de habitantes.
Otro fenómeno social contemporáneo es el relativo al cambio de ubicación de las colectividades. El país fue rural entre 1830 y 1936; a partir de esta fecha comienza una transformación: Venezuela se hace urbana. La población rural desaparece, por así decirlo, ya que si en 1936 forma el 65,3 por 100 del total.
Por supuesto que no se trata únicamente de un traslado de la población rural a las ciudades, sino de un crecimiento demográfico específicamente urbano.
La otra señal característica de nuestra población es su juventud. Si históricamente somos un pueblo antiguo, el crecimiento demográfico contemporáneo ha invertido la pirámide población en lo que a edades se refiere. Ha habido un proceso de rejuvenecimiento que hace del país, en estos momentos, una república de muchachos.
Crecimiento demográfico, proceso de urbanización y delicada aceleración de rejuvenecimiento, son pues, determinantes históricas de nuestra sociedad contemporánea.
El primero es el mestizaje, el pueblo venezolano es el resultado de cruce de culturas. Ya en el siglo XVI se produjo ese mestizaje entre españoles, indios y negros. Ese mestizaje se acentuó hasta el punto de conformar una mayoría de criollos en el siglo XVIII, con predominio de la cultura española; es decir, que tanto la lengua española; la religión católica, como los valores tradicionales de los pobladores hispanos, formaron el b agaje común, la cultura popular básica del pueblo venezolano quinientos años. En la década 1950-1960, una gran inmigración europea, principalmente españoles, portugueses e italianos, fortaleció con su presencia el antiguo mestizaje. La población colombia que por razones socioeconómicas existe en el país (posiblemente más de seis millones entre documentados e indocumentados), se suma fácilmente a esta calidad criolla, mestiza, del pueblo venezolano.
El segundo rasgo que incide en la calidad de vida de la población venezolana actual es la marginalidad. El proceso de desarrollo político y económico no ha sido parejo con el social. Mientras el Estado y algunos grupos económicos poseen gran riqueza, una porción importante de la población vive marginada, tanto en las ciudades, como en los pueblos y en el campo. Sobre este particular trabaja el Estado con preocupada (debían) atención.
Como aquí se trata sólo de caracterizarlas en sus aspectos generales históricos, podemos señalar los de mayor significación.
La educación ha tomado cuerpo, sin alterar sustancialmente el sistema: primaria, secundaria y superior, que fue el diseño trazado por el Estado español y ratificado por la república. El concepto de educación popular, legalizado por el presidente Antonio Leocadio Guzmán en 1870, comienza a adquirir forma a partir de 1936. En este año se fundó el Instituto Pedagógico de Caracas, y desde entonces se abrieron nuevas Escuelas Normales, se ensanchó la primaria y la secundaria, y de las dos universidades tradicionales (la Central de Venezuela, en Caracas, y la de Los Andes, en Mérida), universidades e institutos superiores que hoy tiene el país. Sin entrar en los detalles de aulas, docentes y matricula, el crecimiento va parejo a la mayor capacidad económica, a una más amplia compresión política y al natural aumento de la población.
—Aun así, con un problema social planteado, el pueblo venezolano dispone de una clara identidad nacional, de una cultura básica común y de un destino histórico afianzado en hábitos antiguos de civilización.
"El precio de desentenderse de la política es el ser gobernado por peores hombres".
Platón.
¡La Lucha sigue!