Se trata, sin dudas, de un hombre progresista ubicado en el campo de la avanzada social. Sería absurdo esperar otra cosa del hijo de un dirigente revolucionario, asesinado vilmente por la policía política en uno de los actos más infames cometidos al amparo de la conchupancia.
Ello no podía constituir un impedimento para su designación como rector y luego presidente del Consejo Nacional Electoral, donde afrontó situaciones complejas y demostró tener mano izquierda (y también derecha) al dirigir el organismo con paciencia y tacto ante confrontaciones pugnaces e intransigentes.
Los resultados fueron elecciones avaladas por observadores internacionales de todas las tendencias, sin que los medios, partidos y demás tinglados conspiradores pudieran comprobar una sola de las supuestas trampas cacareadas en cada proceso.
Solo alguien con mente de pollo podría decir que la designación de Jorge Rodríguez como Vicepresidente es el pago por los fraudes cometidos en el CNE a favor del oficialismo. Tal fue la versión que el periodista Roland Carreño (cuya mentalidad, más que de pollo, parece de pato) esgrimió el pasado miércoles en “Buenas Noches”, donde hace pareja con Kico frente a Carla Angola.
Se requiere una desfachatez especial o una ignorancia igualmente perversa para comparar las actuaciones de Jorge Rodríguez en el CNE con la de sus predecesores del bipartidismo. Durante varios lustros los cogollos de AD y Copei controlaron a su antojo la maquinaria electoral, inventando triunfos o fabricando fraudes según les diera su real gana. Por ese entonces no había observadores extranjeros ni medios de comunicación hostiles pues los editores se llevaban sus tajadas de cargos “representativos”.
Contra Jorge Rodríguez, precisamente por ser un funcionario competente y vertical, se centró una feroz campaña de descalificación, dirigida a cuestionar el resultado de la elección presidencial. Entonces tomó la decisión de renunciar, a pesar de que los revolucionarios deseábamos su permanencia en el cargo.
Por mi parte confío que en la Vicepresidencia tendrá el mismo temple que mostró como rector máximo del CNE.
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