Sí, esto es todo y lo demás es nada

"El buen de Sancho guarda tesoros de sabiduría en su ignorancia y tesoros de bondad y de vida en su egoísmo. Él fue grande, porque siendo cuerdo en su egoísmo. Él fue grande, porque siendo cuerdo creyó en la locura ajena, amó al loco y le siguió cuando otros locos no le hubieran seguido, porque cada loco, con su tema, siempre lleva su camino y sólo en el suyo cree".

No bien ha sedimentado en cualquier Quijote intelectual el poso de la agitación que tal vez le produzcan revueltos pensamientos de fundamental cordura, tórnale otra vez la tentación incansable, la del progreso, la del brillante porvenir, la de la riqueza, la de la gloria, la de la nación en la Historia ahogando a la patria en la eternidad. "Una nación asceta es un absurdo; no puede un pueblo huir del ruido mundanal, no puede ser sabio. O progresa o muere.

España, sus guerras externas y sus revoluciones políticas no habían sido impedimento para el progreso, se debatió desde 1812 hasta 1874, en que se restauró la monarquía con Alfonso XII, el hijo de Isabel II, en la más espantosa anarquía, con tres guerras civiles a lo grande, donde la mitad de España mató a la otra, con la ruina financiera consiguiente.

Esclavos del tiempo, nos esforzamos por dar realidad de presente al porvenir y al pasado, y no intuimos lo eterno por buscarlo en el tiempo, en la Historia, y no dentro de él. Así inclinamos la frente al "fatum", al Progreso, tomándole de fin e ídolo, y nos hacemos sus siervos en vez de sus dueños. Y el Progreso nos tritura como el carro de Yargenaut a sus fantásticos adoradores.

Ni, pues, el anhelo vital de inmortalidad humana halla confirmación racional, ni tampoco la razón nos da aliciente y consuelo de vida y verdadera finalidad a ésta. Más he aquí que en el fondo del abismo se encuentran la desesperación sentimental y volitiva y el escepticismo racional frente a frente, y se abrazan como hermanos. Y vas a ser de este abrazo, un abrazo trágico, es decir, entrañadamente amoroso, de donde va a brotar manantial de vida, de una vida seria y terrible. Es escepticismo, la incertidumbre, última posición a que llega la razón ejerciendo su análisis sobre sí misma, sobre su propia validez, es el fundamento sobre que la desesperación del sentimiento vital ha de fundamento sobre que la desesperación del sentimiento vital ha de fundar su esperanza.

España del pasado era un país con industrias, construían barcos petroleros, automóviles, autobuses, camiones y todas maquinarias para edificar el país y enviarla a otros países. Muerte de Franco, tomó el poder Felipe Gonzáles (alias Felipillo). Malandro vendió las industrias españolas a Alemania e Italia y otros países. Felipillo militó en la Falange; vende patria, ladrón. El gobierno de Felipillo, la industria española, construir hoteles, mucamas y camareros y otros, para prestar servicios a los turistas.

¡Sí no hay turistas, pobre España!

—¿Qué estarán haciendo en Venezuela en este momento? ¡Mamando gallo y buscando parecidos! Es mucho más que una lucha por el poder, como hasta ahora ha sido en Venezuela. Es un cambio sustancial de las ideas. Es el derecho que defiende el pueblo por la igualdad y la abolición definitiva de los privilegios. El poder no vale sino por la aquiescencia casi unánime de los gobernados. Los comerciantes, industriales, los médicos y profesionales, se hacen beligerantes, se muestran sedientos de igualdad, disputan y desplazan a los personeros de antiguo régimen.

La corriente dominante, la burguesía, y más aún la burguesía ascendente, quieren encontrar en los libros de textos y preceptos para el dominio pleno del pueblo. Sus valores, aunque mudables a ratos, están ligados a sus intereses.

—"La peor tragedia que le pueda pasar a alguien en Venezuela. Por títere que sea un gobernante, ni su mismo mentor puede proteger a sus enemigos de la furia de su virrey".

¡La Lucha sigue!



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Manuel Taibo


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