Nota: Como se indica más abajo, este trabajo lo publiqué en el 2010, hace un poco más de 10 años. Es uno de los tantos que me ví obligado a escribir por la desaforada participación golpista de Herman Escarrá. Porque es bueno recordarlo, no fue un simple opositor al gobierno, tampoco un constitucionalista que como tal se limitó a emitir juicios contrarios al mismo y al presidente Hugo Chávez Frías. No, Escarrá fue mucho más que eso. Se convirtió en promotor del golpismo, como jurista y participante activo. Llegó, entre otras cosas, a promover huelgas golpistas en el sector petrolero y junto con el también constitucionalista Combellas y Pablo Medina, recorrió el país enarbolando, en una interpretación “torcida, acomodaticia” de los artículos 350 y 333 constitucionales, intentando darle sustento legal a un alzamiento popular y militar contra el entonces presidente. En esos entonces, Luis Britto García, se batía al lado del presidente, haciendo honor a ancestral postura de intelectual partidario del cambio y la justicia, estandartes enarbolados por éste.
Desde joven hice mía una frase escuchado de boca de un conocido personaje, que dice “a nadie se le tapia”. Es decir, a nadie se le condena para siempre. Al hombre hay hay que darle oportunidd de rectificar, es su derecho. Por eso, cuando Escarrá, independientemente de las razones que entonces privaron para ello, volvió al bando donde había estado en los tiempos de la constituyente de 1999, estuve entre quienes aplaudió se le diese la oportunidad que estaba solicitando de rectificar.
Pero como se dice, “bueno es cilantro pero no tanto”. No parece sensato ni muy edificante que, en un momento crucial, donde partidarios de la “Revolución Bolivariana”, caen en contradicción pública, como consecuencia de un mal manejo de las formas, que lo es lo de sacar un proyecto de Ley sustantivo sin haberle dado la debida discusión en el colectivo y sobre todo sin que intelectuales hasta especializados en la materia y además casi íconos de lo que se suele llamar el “proceso”, como Luis Britto García y otros tal María Alejandra Díaz, aparezca liderando la defensa abierta del proponente, el Estado y contradiciendo a los anteriores, justamente Herman Escarrá.
Y la cosa es peor, si es cierto lo que se dice; pues según, el proyecto original, aquél al cual Luis Britto y María Alejandra Díaz y hasta Pascualina Curcio, esta desde la visión del economista, objetaron densamente, fue modificado para incorporar las observaciones que ellos hicieron. Y es peor, porque no hubo la sensata y hasta revolucionaria actitud de autocriticarse, reconocer los errores cometidos, en caso que haya sido cierto lo de corrección, y porque prefirieron, desmentir a aquellos y exhibir a Hermán Escarrá como salvador de las agresiones de quienes se atrevieron a criticar y denunciar un proyecto inicial “inexistente”, como contrario al interés y la visión estratégica de Chávez. ¿A quién o quiénes creemos?
Es por estas cosas que repongo este artículo.
ESCARRÁ NO UNEBOMBER, SINO PONE TORTAS
No tiene votos pero si 19 opciones para sacar a Chávez
Eligio Damas
Blog de Eligio Damas: 13-04-10
Apicalternativa: 13-04-10
Aporrea.Org: 13-04-10
Abrebrecha.Com: 14-04-10
Anzoátegui Vive: 14-04-10
El abogado “constitucionalista”, como se ha hecho habitual de nuevo de un tiempo para acá, vino a Barcelona, en eso que suelen llamar paracaidismo - aunque hablaríamos de un paracaídas como la carpa de un circo - tratando de atrapar o espaturrar incautos. Debe estar interesado en promoverse como diputado a la Asamblea Nacional; antes lo hizo de aspirante a la gobernación del Estado. Decir que salió con las tablas en la cabeza, es ser demasiado indulgente.
Pero el tipo insiste. Es admirable su constancia, como su capacidad para moverse pese a la intensidad de la atracción de gravedad. Maneja tantas opciones, que habla de 19 rango constitucional, para salir de Chávez.
Ha recorrido el país llamando a desconocer al gobierno, amparado en su original interpretación del 350 constitucional, pero al llegar una elección se empata en ella. Y presenta su candidatura, aunque saque tres votos, porque la oposición ya no le toma en serio.
Es un versátil jugador no de nueve posiciones, como en el beisbol, pese su voluminosa figura, sino de 19. O lo que es lo mismo, es un “toero”, para decirlo como Rómulo Gallegos, dispuesto a lo que salga.
El artículo 333 de la Carta Magna que habla de la vigencia de ella, le sirve a Escarrá para invocar desobediencia civil; aunque la norma obliga al acatamiento de aquella y en consecuencia al gobierno como tal, pese a que al digno modelo de Botero y otros tantos Chávez no les guste. Por eso, el prestigio de nuestro personaje, como profesor de derecho constitucional, debe estar más deteriorado de lo que uno cree.
Pero quiere se le tome como referencia electoral porque, de no ir a la Asamblea Nacional, piensa que la oposición carecería de peso. Y en verdad, en eso pareciera abundarle la razón.
Pero no se enseria; al contrario, se empeña en llamar la atención desde una perspectiva nada respetable.
A Herman Escarrá, la policía política, según lo publicado por la prensa, le detuvo para averiguar sobre la colocación de una bomba en un baño del local del Colegio de Abogados de Barcelona, donde estuvo hablando de lo mismo, no del quehacer para que el país continúe su marcha, menos del cómo resolver las calamidades que ellos mismos denuncian, sino acerca de la forma de salir de Chávez.
No es extraño que alguien hubiese entrado al baño habiendo salido Escarrá y creído que lo que percibía su sistema olfativo era una bomba. ¡Porque el tipo tiene con qué!
Tal como están las cosas dentro de la oposición, cualquier exceso produce consternación. Hace poco, en Valencia, unos opositores resolvieron sus discrepancias a puño limpio. No es extraño que alguien, que mira a Escarrá, pero de muy mala manera, porque no verlo es imposible, haya usado a la policía para crear una confusión. Hay políticos que a todo le sacan partido.
Uno le sugeriría a la policía política no caer en provocaciones y en el juego que despliega la oposición toda y particularmente gente como el abogado de marras. Pensamos que el susodicho no es dado a eso de poner bombas, aunque si tortas así de grandes y tan hirientes al olfato y gusto que a cualquiera alarman.
Su predicamento ante la policía política, que según él le interrogó para que explicase las formas que expuso para salir de Chávez, es el mismo simplón e indigerible, de tiempo atrás.
Pero Escarrá, con su pesada carga corporal e indigestión intelectual, que le hacen descargarse y resbalarse en abundancia, celebra que le policía le haya detenido. Eso justamente ha ansiado. Pues pese a tener 19 opciones constitucionales para salir de Chávez, no tiene votos, prestigio ni seriedad para llegar a la Asamblea Nacional. Piensa que cosas como esa acontecida en Barcelona, pueden ayudarle. Además está de moda.