Un aspecto que no hemos comentado sobre la oposición pro-imperialista (Fedecámaras y Cía, VP, PJ, AD, Copei, MAS, PCV, ARP, embajada de EEUU) contra la Ley Antibloqueo, tiene que ver con las virtudes de la Ley. Recientemente, Irán, anunciaba el desarrollo de sus marcas nacionales, así, por ejemplo, el champú Zi, hecho en Irán, les ha permitido sustituir marcas como Elvive de L´Oreal, que tenía amplio consumo entre el público iraní, y no solo en artículos de limpieza personal sino que se ha disparado la producción nacional para sustituir antiguas marcas de productos que, al requerir su importación, se hacen inaccesibles para el consumidor nacional. De hecho, este año 2020, el Ministerio de Industria, Minas y Comercio de Irán, ha concedido 18.766 permisos para poner en marcha nuevos emprendimientos y sustituir productos importados por otros Made in Irán. En ello, la pequeña y mediana industria, ha jugado un rol estelar. Es, la parte que ahora reclama la Ley Antibloqueo, recientemente aprobada por la ANC, sustituir producción importada por producción nacional que, evidentemente, debiera ser de menor costo y mayor o igual calidad, al ser producida íntegramente con productos nacionales. Para ello, la Política Arancelaria, debe jugar un rol fundamental de estímulo y protección, a lo producido Made in Venezuela. De hecho, un sector importante y mayoritario de la población, ha sido excluido de participar en la economía de su propio país, debido a los precios dolarizados de una parte importante de los productos que se comercian internamente en divisa gringa. La burguesía, ha ido creando ese «apartheid» económico del cual se excluye al 90 por ciento de la población, y ello debe tener un costo para quienes ganan excluyendo a la mayoría de los venezolanos y venezolanas, y la Política Arancelaria –estimamos-debe jugar un rol incluyente de esa población excluida. Debe utilizarse, como palanca del desarrollo de nuevos emprendimientos para que aquellos productos que no son de fácil acceso para la mayoría de la población, productos similares, puedan ser producidos en el país por pequeños y medianos industriales. Allí, será clave la palanca del Estado y todo su apoyo, como potenciador de nuevos emprendimientos. Obviamente, desde el Estado, debe haber una política de orientación sobre cuáles deben ser esos productos prioritarios para satisfacer necesidades de la población, y apoyar tales emprendimientos con toda su capacidad crediticia, científica y tecnológica. Para fortuna del pueblo venezolano, el país cuenta con una cantera de nuevos emprendedores y emprendedoras, que requieren del máximo apoyo del Estado y el pueblo venezolano. El país, está harto de empresarios chulos que hicieron fortunas a las sombras del Estado.
Es inaudito, que en la Venezuela de los tiempos que transcurren, el país cuente, todavía, con empresarios que se quejen porque el Estado está actualizando las tarifas de servicios públicos fundamentales; mientras, el pueblo los cancela sin quejarse, como demostración de su alta conciencia y compromiso con la Patria. El pasado 12 de octubre, el presidente de Fedecámaras-Lara, Giorgio Reni, ¡Aunque usted no lo crea! Se quejaba en medios larenses, por la nueva tarifa de agua, establecida por Hidrolara, igualmente, se quejaba por fallas en el suministro del servicio. Mayor incongruencia, te quejas porque el servicio te falla pero eres incapaz de pagar el precio justo para que mejore el servicio, que según ese nefasto personaje: «impide el normal desarrollo de las actividades del sector productivo». Pero, la queja no quedaba allí, expresaba Reni, que un incremento del 6000 por ciento en el precio del metro cúbico del agua, representa un estimado de cincuenta centavos de dólar, monto que considera como: «muy significativo». Pertinente, preguntarle a la patronal larense sobre los aumentos –semanales- aplicados por las empresas afiliadas a Fedecámaras-Lara del 100 por ciento a los alimentos y medicinas, que son: «muy muy muy muy muy muy muy muy muy….muy significativos». Que en muchos casos, se incrementan por encima de 1 dólar. ¿Cómo debe considerarlos el pueblo venezolano? Pides eficiencia del servicio, pero no quieres cancelar el costo real del servicio para que se puedan hacer las inversiones y se pueda mejorar el servicio. Ese es el tipo de empresariado que no necesita Venezuela. ¡Parásitos de mal agüero! Mientras un pueblo, lucha heroicamente para vencer el bloqueo que ellos aplaudieron y el saboteo de elementos como éstos, que solo procuran obtener ganancias de la destrucción del país. Esta forma de actuación debe ser rechazada, y así como el pueblo venezolano apoya los ajustes tarifarios, estoicamente, por ser necesarios para mejorar los servicios; la burguesía, debe pagarlos también. ¡Basta de parasitismo! Esos bacalaos, no tenemos que seguirlos cargando sobre nuestros hombros. La Ley Antibloqueo, debe convertirse en un instrumento para librarnos de los chulos de toda la vida, que de empresarios solo tienen el apellido. Los tipos Trump, que no pagan impuestos; los tipos Macri o Mendoza, que hicieron fortuna a la sombra del Estado, peor aún, a la sombra de brutales y sanguinarias dictaduras de tiempos pasados, improductivos y expoliadores del patrimonio de la familia venezolana o argentina, deben ser superados y echados a un lado, al pozo séptico de la historia, como un mal recuerdo.
La Ley Antibloqueo, debe rescatar el buen sentido del término: Empresario, de manera que pueda cumplirse con el Objeto de la Ley: «contrarrestar, mitigar y reducir, de manera efectiva, urgente y necesaria, los efectos nocivos generados por la imposición, contra la República Bolivariana de Venezuela y su población, de medidas coercitivas unilaterales y otras medidas restrictivas o punitivas, emanadas o dictadas por otro Estado o grupo de Estados, […] que afectan los derechos humanos del pueblo venezolano, implican atentados contra el Derecho Internacional y, en su conjunto, constituyen crímenes de lesa humanidad…» (Ley Antibloqueo para el Desarrollo Nacional y la Garantía de los Derechos Humanos, Artículo 1). Las o los empresarios nacionales, que sean llamados a convenir con la República nuevas oportunidades de negocios, en diversas ramas de la economía nacional, deben demostrar –con hechos- su convencimiento de que estarán enfrentados a una política imperial y por tanto, al unirse al Gobierno y pueblo bolivariano, lo harán desafiando al hegemón imperial. Y eso, dice mucho de su compromiso con la Patria, más allá de que se les brindan nuevas oportunidades de buenos negocios. Siempre es importante, recordarles a los enemigos de la Ley, hoy aliados al imperialismo en la defenestración de la Ley, el caso heroico del empresario colombiano, Alex Naín Saab Morán, a quien por negociar con Venezuela, el gobierno imperialista de los EEUU, le ha montado una causa judicial –ficticia- para justificar su secuestro, acusándolo de ser un presunto «testaferro» del Presidente Nicolás Maduro. Saab Morán, es un abastecedor de alimentos para los CLAP, la Misión Alimentación venezolana, que ha sido objeto de medidas coercitivas imperiales y de esa manera, intentan impedir la alimentación del pueblo venezolano, valga decir, golpearlo en sus estómagos. Ello, ha sido posible por la exigencia de personajes como Iván Simonovis y Julio Borges, quienes desde los propios EEUU, hicieron lobby para que la detención de Saab Morán, se concretara. Pretendían con ello, golpear a los CLAP. Y decimos esto, porque así como lo hicieron con Saab Morán, intentarán hacerlo con otros empresarios patriotas que quieran hacer negocios con su propio país, y es por ello que la Ley Antibloqueo contempla medidas de protección de la inversión que realicen empresarios nacionales e internacionales. Para ello, la Ley ha creado un Régimen transitorio sobre reserva, confidencialidad y de divulgación limitada de información (Artículo 37 de la Ley), que protegerá la identidad de las personas jurídicas que contraten con la República, y así lograr que no se repitan casos como el de Alex Naín Saab Morán, hoy objeto de una brutal persecución. Este solo hecho, nos da muestras del rol anti patria que están jugando los opositores a la Ley, a favor de la causa imperialista y en detrimento de los derechos humanos del pueblo venezolano. El empresario nacional e internacional, debe estar consciente, que estará bajo la mira de los francotiradores del imperialismo. Ello, habla mucho y muy bien, del tipo de empresario que negociará con la República en el marco de la Ley Antibloqueo.
A quienes les da piquiña el hecho que, en el marco de la Ley Antibloqueo, se invite a los empresarios nacionales e internacionales a invertir en Venezuela, siempre es bueno recordarles que en septiembre de 2002, Fidel, siempre Fidel, se reunió con 700 empresarios estadounidenses que representaban 288 compañías de EEUU, a quienes invitó a invertir en Cuba, un hecho que no ocurría en más de 40 años. En su discurso a los empresarios, Fidel, les agradeció su asistencia y les prometió ampliar el margen de inversión hasta los 200 millones de dólares, a finales de ese año. ¿Cuántas veces, no se reunió Hugo Chávez con el empresariado nacional? Se utiliza la memoria corta para manipular y tratar de justificar la satanización del Presidente Maduro, y colocarlo como enemigo del empresariado nacional e internacional. Como, si la Constitución Bolivariana de 1999, no estipulara un Modelo Económico Mixto. Y el concepto de lo Mixto, no implica necesariamente, reducirlo a lo estatal y lo privado, sino que va más allá, al contemplar la creación de modelos económicos autogestionarios de producción social, como ocurrió días atrás con la transferencia de una empresa estatal a una comunidad, ubicada en una parroquia populosa de Caracas, desde el Ministerio del Poder Popular de Alimentación, como primera medida de acción, tomada en el marco de la Ley Antibloqueo. Bien lo decía, el propio Comandante Hugo Chávez: «El que quiera saber cuál es nuestro Plan Económico, en primera instancia estratégica del más alto nivel, lea la Constitución, todo un título el título VII se llama así «del sistema socioeconómico», y desde el Artículo 299 hasta el Artículo –ya les voy a decir- hasta el 321 es decir son 22 artículos constitucionales aquí está definido el Proyecto Económico Nacional. No es el proyecto de Hugo Chávez. No. Es el proyecto de un pueblo, es un mandato y una responsabilidad para todos, y yo estoy convencido de que este proyecto o que en este proyecto, podemos trabajar todos los venezolanos; no es un proyecto excluyente, no se excluye a nadie en este proyecto. Todo lo contrario…» (Intervención del Comandante Presidente Hugo Chávez en la entrega de créditos pequeños empresarios y emprendedores, Caracas, 24-10-2002). Palabras más adelante, en su discurso, el Comandante Chávez, señala: «el régimen socioeconómico de la República Bolivariana de Venezuela se fundamenta en los principios de justicia social: democracia, eficiencia, libre competencia, protección del ambiente, productividad y solidaridad a los fines de asegurar el desarrollo humano integral y una existencia digna y provechosa para la colectividad. Y luego agrega: El Estado conjuntamente con la iniciativa privada [subrayado nuestro] promoverá el desarrollo armónico de la economía nacional con el fin de generar fuentes de trabajo al justo valor agregado nacional, elevar el nivel de vida de la población y fortalecer la soberanía económica del país, garantizando la seguridad jurídica, solidez, dinamismo, sustentabilidad, permanencia y equidad del crecimiento de la economía para garantizar una justa distribución de la riqueza mediante una planificación estratégica democrática, participativa y de consulta abierta. Allí está el concepto estratégico. La estrategia económica para los próximos cien años, y luego desarrollada en veinte artículos más.» Bien convendría, a la nueva derecha con rostro de vieja izquierda, leerse y estudiar esos artículos que recomienda leer el Comandante Chávez para que se enteren sobre cuál es el modelo económico que aprobaron, los venezolanos y venezolanas, darse –constitucionalmente- un diciembre de 1999.
Postscriptum: Cuando se interpreta –dogmáticamente- el marxismo, por lo general, se incurre en errores de interpretación. En el Manifiesto Comunista, se señala que: «los proletarios no tienen patria». En el movimiento socialista internacional, en la época imperialista, la actitud que se adopta ante la patria, el patriotismo, se ha convertido en una de las cuestiones más sensibles de la lucha ideológica y la definición política del movimiento de izquierda internacional. Antes de la primera guerra mundial, los anarquistas y socialistas idealistas, predicaban la indiferencia ante los problemas de la independencia nacional, llegaron a negarse a luchar por la autodeterminación de los pueblos y la defensa de la patria. Hasta la primera guerra mundial, Plejánov, negó el patriotismo, afirmando que la condición psicológica de amar necesariamente a la patria es una falta de respeto por los derechos de las otras patrias. Vladimir Ilich Lenin, en sentido dialectico, resolvió el dilema dogmático de una manera práctica: «El proletariado no puede mirar con indiferencia y desinterés las condiciones políticas, sociales y culturales de su lucha; por tanto, no puede ser indiferente, tampoco, a los destinos de su patria» (V. I. Lenin, "Obras", t. XVII, p. 190.). El desarrollo posterior a las dos grandes guerras mundiales, han colocado sobre el tapete de las luchas de los pueblos oprimidos contra el imperialismo, en sus intentos de colonizarlos, a la defensa de la soberanía e independencia nacional como causa fundamental de su liberación, y el Antiimperialismo, como instrumento de liberación de la Patria. «Si en la época del capitalismo ascendente, la burguesía se manifestaba en pro de los estados nacionales soberanos. Ahora, en el período de la crisis general del capitalismo, la soberanía nacional se ha convertido en un obstáculo para la burguesía imperialista de los países capitalistas principales en su apetencia de dominio mundial. Ahora la burguesía monopolista ya no es la defensora de la soberanía, sino su sepulturera…» (Dialéctica de la época contemporánea, Pedro Fedoséiev)…