Collin Powell, la prensa venezolana y la Soberanía
El encargado de la política exterior de Estados Unidos, Collin Powell, según
algunos medios impresos de Venezuela, ha dicho que su país está preocupado
por la negativa del gobierno venezolano a firmar el acuerdo de la mesa de
dialogo sobre el referendo. Los venezolanos sin excepción están muy claros
de que la materia revocatoria no es un alcance de la mesa de dialogo, sino
que es un mandato contenido en la Constitución Nacional de la República,
como bien lo expreso el ejecutivo nacional desde la instalación de la mesa
con la presencia de Gaviria.
Lo preocupante de las declaraciones de Powell, es que una vez más
funcionarios de ese país se toman una atribución que no les compete como lo
es inmiscuirse en asuntos internos de nuestra nación. Es decir en cuestiones
soberanas.
Los principios de la no injerencia y la autodeterminación de los pueblos se
encuentran consagrados en la Carta de la ONU y la OEA. No hay acuerdo de
cooperación o integración internacional que no reconozca estos derechos.
Si este fuera un país con políticos de oposición poseedores de un discurso
coherente, las reacciones contra esta injerencia no se hubiesen hecho
esperar.
Pero al parecer, hay confusión en varios dirigentes y especialistas en el
área. Por ejemplo, personeros opuestos a la política exterior del actual
gobierno, aludieron una violación a la soberanía en julio de 2002 cuando el
embajador Shapiro declaró que su país no aceptaría un golpe de estado en
Venezuela; o cuando en diciembre Brasil vendió a Caracas una carga de
gasolina. Otro tanto han hecho por unas declaraciones de solidaridad dadas
por funcionarios de Cuba, país al que atacan hasta en sus sueños.
Solidaridad no es lo mismo que injerencia.
Sin embargo, han mostrado beneplácito cada vez que Shapiro extralimitándose
en sus funciones y violando los acuerdos internacionales, ha abusado de la
diplomacia del micrófono dejando deslizar exigencias de Estados Unidos sobre
asuntos soberanos de Venezuela. Parecieran estar a la caza de cualquier
comentario adverso del Departamento de Estado hacia este país.
El concepto de soberanía pudiera confundirse por la manipulación
comunicacional sobre la obligante participación de las naciones en las
nuevas reglas de convivencia internacional. Pero no tiene porque haber
confusión.
Pues precisamente, esa convivencia es la que lleva a las naciones a la firma
de acuerdos de integración para ejercer políticas comunes en economía. Esas
reglas las conducen a participar en la búsqueda de un desarrollo paritario
en los organismos multilaterales. Pero esa misma convivencia significa
también el respeto mutuo y multilateral a cada pueblo y a sus poderes
públicos. La aceptación de esta premisa ha permitido el avance exitoso de
esquemas como la Unión Europea. Allí ningún paso es dado sin consultar a los
pueblos nacionales.
Soberanía es la que ha ejercido, por ejemplo, Estados Unidos para combatir
el terrorismo y casi romper relaciones con aquellos países que intentaron
interferir o hacer alguna crítica contra los bombardeos a Afganistán; o para
aplicar la pena de muerte; o hacer prácticas bélicas en Puerto Rico; o
suspender programas de televisión que se atrevieran a hacer observaciones a
las decisiones del ejecutivo estadounidense.
La soberanía es autodeterminación y política interna: Autodeterminación es
por ejemplo, la elección de segundo grado del Primer Mandatario de EEUU, o
por una Corte Federal como el caso de Bush aunque no contara con la mayoría
popular.
Política interna es, por ejemplo, cuando en España se prohíben los partidos
políticos vinculados con el ETA y les cierran sus medios de comunicación. O
cuando en Colombia Uribe, apenas ocupó la presidencia, decretó un estado de
excepción y un impuesto de guerra
En el derecho a accionar, a decidir de acuerdo a la constitución y a las
leyes que tienen los poderes públicos de un Estado reside el aspecto externo
de la soberanía: la libertad de todas las naciones, la igualdad entre todos
los pueblos y el respeto por sus decisiones.
La soberanía es el principio de autoridad máxima de un país.
Así deben comprenderlo todos aquellos funcionarios de gobiernos extranjeros
que por algún motivo están interesados en el devenir diario de la política
venezolana. Como Powell, Otto Reich, Shapiro, Aznar entre otros. La soberanía
es la esencia misma del Estado. Respetarla es un asunto de convivencia
internacional que todos, opuestos o simpatizantes del gobierno de turno,
debemos defender. Esa es la esencia de ser venezolano.