Un hecho de profunda resonancia mundial aconteció el 1º de Mayo de 2003 en Puerto Rico. Vieques, una isla de apenas 10 mil habitantes y 144 kilómetros cuadrados, propinó la derrota militar más fuerte a Estados Unidos desde la guerra de Vietnam.
Este acontecimiento fue silenciado por las grandes cadenas de noticias nacionales e internacionales. Es necesario que Venezuela y el mundo conozcan la trascendencia de lo que acaba de pasar en esa pequeña isla.
A partir de 1935, Estados Unidos empieza a efectuar allí maniobras navales. Luego en 1941 ocupa el 70 % de la isla y funda la base militar Rooselvelt. Vieques era usada para entrenamientos militares que incluían bombardeos con armas nucleares. Su economía desaparece. Vieques pasó a ser la sede del poderoso Comando Sur, una compañía militar que vigila los movimientos de toda América Latina. Desde allí se han preparado grandes invasiones como la realizada a Grenada en 1983. Era el centro de las operaciones conjuntas conocidas como UNITAS.
Desde los años 1960 y hasta 1975, los pescadores de la isla protestan por la actividad de los militares estadounidenses y por la destrucción que causaban. La población se redujo de 17 mil habitantes en 1941 a 10 mil en 1999. La actividad militar hizo que las enfermedades cancerigenas estuvieran 20 % por encima del de todo Puerto Rico.
En 1999, durante un bombardeo de ensayo sobre la isla muere un guardia civil y quedan tres heridos. Esto hace renacer las protestas locales. Bajo el lema “ni una bomba más”, sus habitantes, forman escudos humanos en las tierras usadas para las prácticas de guerra. Durante meses evitan los bombardeos y logran con pequeñas embarcaciones que el inmenso portaviones Eisenhower sea desviado.
Las protestas civiles involucran a los movimientos de mujeres, estudiantes, obreros, artistas, deportistas, militares retirados, senadores y a las distintas iglesias. Se organizan grandes movilizaciones en San Juan de Puerto Rico, en Nueva York, Filadelfia y otras ciudades. Las manifestaciones no cesan, a pesar de la represión y el arresto de más de 1700 pacifistas. Es tal desobediencia pacífica que Bill Clinton, anuncia que la base saldrá de Viequez. Sin embargo, la lucha sigue.
Ante tal resistencia, los viequenses realizan un referéndum en el 2001, en el cual 7 de cada 10 habitantes de la isla votan por la salida de los soldados. La lucha civil produjo grandes pérdidas económicas al gobierno nortemericano que aceptó, que era más barato retirarse que quedarse. Es decir, reconoce que el talón de aquiles de Estados Unidos es su economía cada vez más pobre.
Las consecuencias de esta retirada de Vieques, significa prácticamente el fin del Comando Sur, lo cual reduce la capacidad militar estadounidense en América Latina.
Vieques es una lección para la humanidad. Los pueblos, por pequeños que sean merecen el respeto de todos los países por mucho poder militar que tengan. La acción de las comunidades organizadas da su fruto. Ahora los viequenses exigen la descontaminación de la isla por parte de Estados Unidos. Así volverán a su desarrollo interno con su agricultura, pesca y turismo.
El triunfo del pueblito de apenas 144 kilómetros cuadrados y 10 mil habitantes sobre la primera potencia mundial, es una victoria por la autonomía y soberanía de los pueblos. Estados Unidos acaba de sufrir su primera gran derrota militar del Siglo XXI sin recibir un solo tiro a pesar de que tenía 70 años bombardeando a Vieques.