Una vez más vuelve diciembre; con sus frías ráfagas alisias, que motivan, invitan, como en ninguna otra tierra de este mundo, a la conversa, a la parranda, al compartir y unión familiar, celebraciones decembrinas, ¡hace tiempo, ausentes de esta, nuestra tierra venezolana! ¡Qué bueno, qué gratificante sería, que quienes nos quitaron nuestra navidad; sus fiestas y su alegría, nos la devolvieran!
Como resultado electoral, de las megaelecciones del 21-N, con larga trayectoria, de experiencia política y de gobierno, vencedores por el sector opositor, andan de visita, una vez más, por el palacio presidencial, por Miraflores, la vieja casa de misia Jacinta, tras veinte años de intentos fallidos, uno tras otro, en tomarla por asalto y hacerse del poder político a la fuerza, sin el respaldo y legitimidad, que solo el pueblo, sabio, en ejercicio de su soberanía, otorga.
¡Qué cosas, qué bueno, qué gratificante; sumamente placentero, es verlos entrar en sana paz!, en representación y con el respaldo del pueblo que los eligió, como debe ser.
Su presencia allí, en el palacio presidencial, bajo los términos democráticos establecidos en la Constitución Bolivariana, es sin duda el mejor y más significativo acto protocolar opositor de los últimos nueve años, en reconocimiento y acatamiento de la legislación y la institucionalidad venezolana. Como nuevo liderazgo opositor, parecen estar dispuestos a definir una pauta, un camino a seguir hacia la reinstitucionalización, la paz política, social y bienestar económico. No faltarán reyezuelos, principescos herederos, hoy en fuga, que sigan en sus perversos intentos, desde decadentes reinos, "mataores" de elefantes.
¡Qué bueno y grato sería que, al wikipediano y caricaturesco presidente interino, lo demos por extinto, en reconocimiento de la institucionalidad y legislación nacional esablecida en nuestra veinteañera Constitución Bolivariana, democratica, en fenecimiento del mediático y propagandístico liderazgo! No sin antes, unos cuantos días preso, por "averiguaciones y señalamientos de asociación para delinquir contra el estado-nación, su institucionalidad y apropiación activos en el exterior", en su torpeza e ignorancia, para él, sería como el cierre, de espectacularidad noticiosa, en tan perversa representación teatral. ¡Oh, sí!, temeroso y solo ante el encierro, sería muy gratificante verlo hablar hasta más no poder en confesión, en delación de todo y todos los perversos planes, aunque solo sea para que quienes, aún dudan, niegan, dicen desconocer, de dónde y cómo surgió tanta maldad, contra todo el pueblo venezolano, hoy entiendan, y asuma cada quién su cuota y parte de responsabilidad. Después de tal confesión, ¡no debería existir persona en este mundo, capaz de negar tamaña maldad contra el estado-nación venezolano y su institucionalidad! ¡Contra todos y cada uno de los venezolanos!
¡Ojalá!, esta nueva visita, en resurgir legitimo del liderazgo opositor, ahora en funciones de gobierno, electo por el pueblo, en ejercicio pleno, libre y democrático, de nuestra soberanía, sirva para exorcizar sus demonios, sus heraldos de la guerra, que tanto daño nos han hecho. Que de verdad; quieran y vengan a trabajar por el desescalamiento del conflicto y enfrentamiento político, en búsqueda de paz social, hacia la prosperidad económica que; muy a pesar de los enemigos, que seguirán existiendo, y sus perversas intenciones, nos devuelva el sosiego, el bien vivir y prosperidad económica lograda en la década anterior, en los albores del siglo XXI, como en ningún otro momento de los veinte años anteriores.
Por ahora, en este nuevo y aparente festivo diciembre; ¡ojalá, como acto de constricción, su mayor preocupación y entrega, sea devolvernos la Navidad; su festividad y alegría, que durante estos veinte años, especialmente los últimos cinco, se esmeraron en quitarnos!.