¡Ay de aquel que no sueñe!

El derecho a soñar

Lunes, 17 de octubre de 2022.- Ay de aquel que no sueñe, solía repetirme con insistencia, un amigo con el que trabajé hace años, una pila de años.

La teoría o la idea central de Rubén, que así se llama el protagonista de estos recuerdos, con quien solía tener largas, entretenidas y ahora lo sé, filosóficas conversaciones, era, básicamente, que para obtener algo, para lograr algo, para llegar a algún sitio, para lograr una meta, en esta vida, de esa forma hablaba, rematando sus pensamientos, según Rubén la cosa era sencilla, lo primero que había que hacer, antes que todo y primero que nada, era pues, soñar con ello.

Me insistía, primero Luis, tienes que mentalizarte, imaginarte, verte ahí, en donde quieres estar, a donde quieres llegar, lo que quieres obtener, concentrarte, preferiblemente antes de dormir, lo haces con todas tus fuerzas e inmediatamente te relajas y cuando te duermes dejas volar tu imaginación y vuelas, vuelas todo lo que puedas.

Ah, que Rubén este, sí que inventa vainas, pensaba yo.

Pero le funcionaba, soñaba y trabajaba fuertemente por lo que se proponía, la mayoría de las veces lo obtenía y contagiaba con su optimismo, le iba bien y me dejó este regalo que hoy comparto con ustedes:

¡Ay de aquel que no sueñe!


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Luis Enrique Sánchez P.


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