Nicolás Maduro Moros: el marco referente de la "nueva época"

El presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, ha propuesto la nueva tesis referida a la nueva realidad en el marco del proceso revolucionario cual la ha titulado como la "Nueva Época". En esa misma temporalidad, el Presidente de la República Popular de China, Xi Jinping, ha oficializado la política de la "Nueva Era" sustentada en el "nuevo camino" ante las obligantes realidades en las cuales se está expresando, en su lógico desarrollo, el actual sistema capitalista en marco referente de la dialéctica "capitalismo vis a vis nueva geopolítica mundial".

Es evidente como demostrable que Maduro Moros lidera como guía y dirige al proceso revolucionario venezolano en el referente de la etapa que se iría exponiendo desde el Gobierno del Presidente-Comandante Hugo Rafael Chávez Frías acompañado por todos los avatares que se han tenido que transitar por ambos gobiernos revolucionarios con sus propias características y expresiones contra-revolucionarias cuales, en tiempos de transcurso, parecieran no poder alcanzar espacios democráticos como legales como para convertirse en la "oposición necesaria" al Presidente Nicolás Maduro Moros como al Gobierno bolivariano-chavista así como a la propia Revolución Bolivariana y Chavista.

¿Cuándo podríamos proponer como el inicio del proceso revolucionario-contemporáneo en Venezuela?

En la objetiva alienación del historiador quienes siempre miramos el pasado en la búsqueda del comprender el presente hacia el futuro, inevitablemente, siempre, proponemos "hechos históricos polémicos", claro, para gustos de todas y todos los osados lectores como críticos en plena libertad de hacerlo en considerando, inevitablemente, la clara subjetividad del historiador como realidad real.

En esa línea, mojándonos, proponemos la "inquieta fecha" de aquel febrero de 1928 con aquellos exquisitos estudiantes universitarios quienes se encumbraron en confrontar la realidad política del gomecismo en acto de proto-protesta.

Aquella realidad ya en curso de desarrollo produjo y condujo hacia exilios para nada "dorados" de protagonistas anti-gomecistas yendo unos para México mientras otros se dirigían al Caribe y Colombia. Lo curioso como importante serían las tendencias político-ideológicas que fueron adoctrinando aquella avanzada de "revolucionarios por la Patria".

Aquella realidad de exiliados se tropezaban, inevitablemente, con las realidades mundiales que transcurrían desde la finalización de la Primera Guerra Mundial cuando "obreros y campesinos" se alzaron en armas y manifestaciones enfrentando la dramática realidad de la Rusia zarista concluyendo, en sus accionares, en la "toma del Poder" bajo la bandera de la "Revolución Bolchevique" para, posteriormente, concluir en el Gobierno de los Obreros y Campesinos bañados de militares. La permanencia de aquella revolución en el Poder requería, obligatoriamente, diseñar una contra-ofensiva militar para poder enfrentar a aquellos gobiernos de países que titularemos, osadamente, como las "Potencias Capitalistas Extranjeras".

La reacción en defensiva, en nuestra total responsabilidad histórica, sería el diseño de una "política revolucionaria desde dentro", es decir, los Estados Unidos de Norteamérica y México. Para ello Vladimir Ilich Ulianov, Lenín, envió como su "hombre de confianza" a Mihail Borodin a ambos países. Estando Borodin en México conoció al indio Manabendra Nath Roy, ambos regresaron a Europa por diferentes vías como con diferentes e importantes responsabilidades.

Regresamos a los exiliados venezolanos.

Como expusimos más arriba, los grupos de exiliados venezolanos se encontraban en México y en el Caribe y Colombia. Aquella realidad conllevó en sus praxis anti-gomecistas a encontrarse en "ciertos distanciamientos político-ideológicos" que han perdurado hasta las actuales realidades venezolanas por los propios desarrollos por los que transitaron ambos referidos grupos políticos.

Aquellas realidades se impusieron en la política nacional en el transcurso de los años, unos suscribiendo la tesis de Joseph Stalin sobre el "modelo frentista" mientras otros se ubicaron más cercanos a los estudios sobre el "Frente y la Revolución China" de León Trotsky sin negar la importancia política del "Frente".

Aquellos avatares confrontados impusieron, en gruesas letras, las directrices de la política interna y externa del proceso revolucionario venezolano de manera inevitable. Rómulo Betancourt, a quien consideramos como adscrito a la tesis del "Frente", las llevó a cabo en dos definidas realidades; la primera con el gobierno cívico-militar consecuencia del golpe de estado contra Isaías Medina Angarita; mientras en la segunda oportunidad cuando el denominado "Pacto de Punto Fijo" acordado en Nueva York.

El otro grupo, "el mexicano", decidió seguir las pautas de Moscú desde que Gustavo Machado viajara a las reuniones de la Internacional Comunista, expresándolo en frases cortas. La fundación del Partido Comunista Venezolano estuvo desde un comienzo marcado por subjetivas pautas en su transcurrir como partido político en revolución permanente que lo llevaría a tomar decisiones divididas según diferentes temporalidades bajo esquemas filosóficos cuales algunos se pudieran considerar como ajenos, en sus momentos, ajenos a las objetivas realidades en las cuales transitaba la política venezolana. Es obvio que "el peso real y objetivo" de la presencia de los Estados Unidos de Norteamérica en la política venezolana le marcaba pautas a aquellos que transitaban por las tesis de la "democracia liberal", en algunos, y la "eclesiástica democracia social" en otros.

El proceso en armas, quizás algunos lo consideraron como de necesaria praxis, tuvo una importante como profunda enseñanza aun cuando dramática. Aquella realidad y sus enseñanzas llevaron a dirigencias de izquierda a tener que realizar una profunda reingeniería del proceso revolucionario en la consecución de poder alcanzar el Poder como tal. Lo surgido de aquella reingeniería permitiría conocer, según los diferentes escenarios, cómo es y se comporta el Estado como concepto y cómo es y se comporta el Estado venezolano.

Aquellas enseñanzas y realidades llevaron a éxitos y fracasos pero también de muchas enseñanzas no solo a las izquierdas como también a las derechas en sus vertientes globales en considerando su necesaria permanencia en el Poder en Venezuela en "perfecta comunión" con aquella globalidad que iba, paulatinamente, desplazando a la social-democracia no solo nacional como continental como lo percibimos y conocimos durante el proceso del golpe cívico-militar en contra del Gobierno del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.

Cierto es que el hecho histórico del "4 de febrero" se convirtió, de facto, en el catalizador hacia el camino de la Revolución Bolivariana como lógica respuesta inevitable a aquel "27 de febrero". El control del Poder por las derechas entró en su propia contradicción, probablemente, por su propia "exquisita soberbia política" como por su incapacidad de reconocer tanto la historia militar venezolana como las realidades geopolítico-militares que pululaban en los escenarios mundiales. Lo cierto que aquellos procesos históricos obligaron a un rediseño del proceso conceptual de la revolución criolla convirtiéndose en un proceso obligante cívico-militar nacionalista de izquierdas con dejos de socialismo criollo.

Todas y todos conocemos perfectamente el desarrollo del proceso revolucionario como contra-revolucionario por el que transitó el gobierno del Comandante Chávez, dramáticos momentos que fueron, paulatinamente, superados con inteligentes praxis políticas.

Es de total conocimiento que al asumir las responsabilidades de la conducción de la revolución por Nicolás Maduro Moros, las derechas, propias y extrañas, consideraron que habían llegado sus tiempos por la gracia de Dios. Se equivocaron de nuevo por su ya mencionada "soberbia política"; para expresarlo en otro concepto: "lucha de clases".

En las actuales realidades de "salto adelante", el Presidente Maduro Moros con "mano izquierda" ha tomado la decisión de "revolucionar al Estado" en su actual desarrollo hacia la superación absoluta del "Estado rentista" en el marco de las nuevas realidades globales buscando incorporar a todo el "cuerpo social venezolano" al "nuevo desarrollo" paradigmático y global.

En ese orden de ideas, en estudios sobre procesos revolucionarios particularmente cuando son de izquierdas, la segunda etapa del proceso bajo responsabilidades diferentes al liderazgo original conllevan escenarios de tumultuosa agitación propias como ajenas que obligan, dramáticamente, al liderazgo en función a ejercer el Poder con firmeza en considerando la obligatoria necesidad de dar y ejercer ese "salto adelante" en su profundo significado. Tiempos inevitables.

UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA.




 



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Miguel Ángel Del Pozo


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