¿Cuántos corruptos, golpistas y terroristas se tendrán que fugar impunemente por las principales puertas de la complicidad de altos funcionarios civiles y militares, para que el gobierno nacional se de cuenta que está profundamente infiltrado por gente que tiene una mayor fidelidad al billete que a la revolución?
Si, sabemos que el presidente Chávez no es un alcalde omnipresente en cada rincón de Venezuela. Esto lo sabemos de sobra, pero pasa que los que deberían ser los oídos y ojos del presidente están sordos y sordas a lo que está pasando en medio de unos funcionarios que se enriquecen día a día con los negocios públicos y mas atentos y atentas a la mano pelua que deposita en las cuentas de sus testaferros los millones del silencio y del dejar hacer, que a la larga pueden servir para derrocar a la Revolución bolivariana.
No hay que ser adivinos para darse cuenta de la nueva clase que surge amparada bajo el manto de una Revolución que nos pertenece a todos y a todas y no ha un minúsculo grupo, que hasta ahora quizás, cuentan con procedimientos que impiden al presidente Chávez darse cuenta de lo que sucede en muchas instituciones del estado.
Con esconder la cabeza como supuestamente hace el Avestruz o el gesto de taparnos la nariz ante la hediondez de quienes se han erigido en garantes de una revolución productiva para ellos y ellas, no va a significar que no existan actos verdaderamente inmorales.
Se fugó Lapi ¿Quién se llenó los bolsillos? ¿Que oficial de baja graduación caerá para pagar los platos rotos de otros y otras? ¿Quiénes saldrán a rasgarse las vestiduras y a decir mentiras y a afirmar que averiguaran hasta las últimas consecuencias este acto infame? Esta es una fuga anunciada, porque todos los peces grandes han escapado y solo quedan en las cárceles los asalariados del crimen de la autoría material, mientras los autores intelectuales se fugan para presentarse en Miami como los grandes héroes de la libertad. ¿Quién se fugará ahora? ¿Cuál será el nuevo escándalo carcelario?
No se porque a este gobierno, después de lo que ha pasado con muchos de sus altos y "buenos" dirigentes en pasadas ocasiones, muchos de los cuales ahora son furibundos oposicionistas y grandes críticos a la Revolución, no abre los ojos de una vez y comienza aquello que se llegó a llamar, "La Revolución dentro de la Revolución". ¿Dónde está aquel alicate prometido en tantos mítines para apretar tuercas y cortar los cabos sueltos?
Lo que debe llamar la atención al presidente Chávez es que ahora son los pobres, los trabajadores y la gente en los barrios de nuestro país los que se están dando cuenta de todo lo que está pasando con muchos funcionarios públicos indolentes, groseros, irrespetuosos, manipuladores, corruptos y traidores. Es el pueblo el que comienza a darse cuenta que el Socialismo no puede construirse desde la plataforma que impongan funcionarios y dirigentes que se han venido enriqueciendo a costilla de nuestra Revolución.
En el Zulia se procedió a botar de PDVSA, a mucha gente que jugaron roles fundamentales en el rescate de la principal empresa venezolana, muchos fueron y siguen siendo amenazados por su compromiso patriótico con el país en el momento difícil del golpe petrolero. Muchos de esos muchachos y muchachas están desempleados y resentidos con una Revolución que les dio la espalda y los condenó, por los caprichos de un alto funcionario petrolero, sin haberlos juzgados dignamente.
Otros golpistas y saboteadores de PDVSA, volvieron a entrar en la empresa, otros y otras están emboscados en importantes cargos dentro de nuestra empresa más estratégica, esperando el momento de darle el zarpazo mortal a la Revolución en una nueva reedición de la Gente del Petróleo. No digo que sea culpa del presidente Chávez ni del ministro Ramírez, solo digo que si el río suena es que algo arrastra. Este, señor presidente es el tiempo profético de hacer justicia.
Yo soy uno de esos venezolanos y venezolanas que escriben por los medios alternativos, en especial por Aporrea, La Célula Digital y otros tres mas y que arriesgamos nuestro trabajo por nuestras opiniones y por nuestras posiciones criticas que son producto de nuestro compromiso con el ejercicio de una Contraloría Social. Ese es el papel que nos asignan la Constitución Bolivariana y las leyes Venezolanas que buscan reforzar el poder popular en Venezuela. Muchos trabajamos en empresas privadas otros en organismos públicos y otros y otras estamos desempleados.
Considero hoy más que nunca que las voces proféticas que denuncian actos serios de corrupción, deberían ser atendidas, aunque molesten. El verdadero papel de los profetas en los tiempos bíblicos del Antiguo Testamento, era denunciar las injusticias y la corrupción de los reyes y los funcionarios públicos. Dios siempre desaprobó a los Profetas "comprados" que solo decían lo que los reyes y personas de poder querían oír. A veces, algunos de nosotros que decimos defender y promover la cultura popular, no atendemos lo que dicen los refranes populares, uno dice: "Cuando el río suena es porque piedras trae". Hay muchas piedras rodando bajo la superficie de las denuncias de mucha gente valiosa para la Revolución, pero que han sido relegadas al olvido y a la infamia de ubicarlas, por la fuerza de una perversa imaginación en la acera de enfrente de la contrarrevolución.
Que me perdonen algunos y algunas, pero tengo que decir por justicia y dignidad, aunque esto sirva para condenarme a mi también, que otra hubiera sido la historia de esta Revolución si el Padre José de Jesús Palmar Morales, no se hubiera atrevido con tan solo tres personas al principio tomar el centro de Maracaibo, cuando se le dio la puñalada golpista al orden constitucional en Abril del 2002. ¿Dónde estaban los dirigentes revolucionarios del Zulia en ese tiempo a excepción de Maria Queipo, Arcadio Montiel, Edi Ríos y Calixto ortega, que andaban de Emisora en Emisora en Maracaibo tratando de expresar la voz de una Revolución, que muchos de sus dirigentes históricos en el Zulia creían muerta y sepultada? Doy fe de esto, porque trabaje por varios años en Radio fe y alegría de Maracaibo.
Muchos periodistas arriesgamos nuestras vidas y la seguridad de nuestras familias para mantenernos en las emisoras para tratar de combatir la propaganda fascista. Éramos personas que no recibíamos sueldo del gobierno, pero que creemos en esta Revolución. Recuerdo con especial respeto a Vidal Chávez López y al Padre Palmar y a otros y otras que me han pedido no nombrarlos, por la posición que tienen frente a algunos medios de Comunicación privados. La gente del gobierno para ese entonces, se olvidó del papel humilde que jugamos algunas personas desde Maracaibo con nuestros celulares personales y desde nuestros teléfonos de habitación.
Fuimos amenazados, agredidos en algunos casos, perseguidos y hostigadas nuestras familias, todo esto por un ideal, no por un sueldo. Recordemos que en el grupo de dirigentes del golpe estuvieron militares y civiles que pertenecían al círculo mas intimo de amistad del presidente Chávez. Hasta Miquelena, quien era considerado por el mismo presidente como un segundo padre, estaba en la maquinaria golpista pronto a condenar irresponsablemente a Chávez como persona con las manos manchadas de sangre.
Pido perdón si muchos de mis compatriotas de Caracas y de otras regiones no estén de acuerdo con muchas cosas que expreso aquí, pero digo como el comandante eterno, Fidel Castro: "La historia me absolverá, y a muchos que hoy día han caído en desgracia por el papel profético que les a tocado vivir". No me pongan a mí también en la acera de enfrente por estas palabras, porque a través de estas líneas ratifico mi compromiso con esta Revolución Socialista Bolivariana y Cristiana y mis hechos de toda la vida lo confirman. Por ser fiel a esta Revolución lo he perdido casi todo, menos mi dignidad.
Aclaro que hablo desde el agradecimiento de quien ha sido agredido física, moral y hasta profesional y laboralmente, y se ha visto abandonado por sus compañeros y amigos revolucionarios más radicales.
El único que ha sido un amigo fiel y solidario ha sido El Padre José de Jesús Palmar Morales, un héroe del contragolpe a la Revolución Bolivariana.No le hagamos el juego a quienes no quieren realmente a la Revolución, repitiendo de manera Gobbeliana, que este profeta de Dios, el padre Palmar, esta del otro lado contra la Revolución. En este tiempo de Construcción del Socialismo de Siglo XXI, también las otras voces que nos adversan desde el contexto del bolivarianismo tienen cabida para que pueda darse una verdadera confrontación de ideas, la Revolución las necesita.
La Historia tendrá la última palabra. Recordemos que por algo lo llamaban "el cura del pueblo", porque su casa era y es centro de solidaridad y de atención a los más débiles de Maracaibo y todo el estado Zulia. Seamos agradecidos.
Dios dirá al fin la última y verdadera palabra.
Obed Juan Vizcaíno Nájera.
Maracaibo- Venezuela.
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Rev. Obed Juan Vizcaíno Nájera.
Comunidad Reformada de Maracaibo.