El teatro de la noche bajó el telón y dejó a oscuras la obra de la luz del día. En el empíreo brillaban tenuemente unos luceros. El periodista Juancho Marcano, luego de un día agitado de diligencias y labores, reposaba en su hamaca leyendo informaciones en su celular y de vez en cuando observaba el cielo, para ver si miraba por algún lado asomarse la cara de la lluvia, que unos días atrás había hecho una visita relámpago al pueblo de la Tacarigua de Margarita y había puesto a bailar las plantas con su música y sus caricias.
"En verdad la sequía ha sido larga y los pocos campesinos que aún quedan en el pueblo, quieren rendirse ante la sequedad que no deja producir nada y asesina a las plantas. Es triste y doloroso: Pero esa ha sido la historia del lugar que ha estado escrita por la pluma del estío y dibujada por el pincel del sol. Y así ha quedado plasmada en los textos de los cronistas del lugar", pensó el reportero.
El periodista dejó de leer el celular y pensó que en el día había estado en el pueblo de Los Millanes, un poblado adscrito al municipio Gaspar Marcano del estado Nueva Esparta y que en otrora fue productor de tabaco, bien en ramas o para fumar, ahora por lo que vio, no creía que estuvieran produciendo dicho rubro, pues los posibles conucos se observaban enmontados y daban entrever que ahí hacía tiempo que no sembraban una mata de tabaco. Pero así ha sido en todos los pueblos agrícolas, aunque hay algunos productores que, basados en tecnología, se dedican a producir ají y tomate margariteños, que son rubros muy comerciales.
Juancho Marcano observó hacia la esquina del balcón, y notó que la ventana estaba entreabierta y recordó que por ahí entraba y salía su gato Rocky en las noches para sus cacerías y enamoramientos. Ese recuerdo y como si mirara el gato que entrara por tal boquete, lo quiso poner triste y melancólico, porque el minino se le había metido en el alma, por su buena educación e inteligencia y por eso de repente recordó aquel dolor y ahí también se acordó que su perro Pipo le había dicho que había escuchado que Buda había señalado que "la raíz del sufrimiento es el apego". Y de verdad que lo entendió.
El periodista luego de pensar en esto, tomó su celular y siguió leyendo un artículo que le parecía interesante.