Revolución bolivariana y chavista: un nuevo concepto

El proceso revolucionario en Venezuela, como referencia discutible, comenzaría en aquel febrero de 1928 adobado con movimientos pretéritos bajo las premisas de un anti-gomecismo acompañado por un nacionalismo criollo sin moverse más allá de las fronteras. El exilio adicionó un nuevo ingrediente político probablemente influido por aquella revolución bolchevique que impactó, profundamente, realidades políticas con fuertes afectaciones intelectuales principalmente en las juventudes. Los efectos inmediatos en el marco referente del "exilio criollo" sería un éxodo hacia México, en unos casos, mientras un grupo de jóvenes políticos se trasladaría hacia las islas caribeñas y Colombia marcando unas diferencias en actitudes y comportamientos que se extendieron en el tiempo, quizás, hasta el triunfo electoral de Hugo Rafael Chávez Frías en aquel diciembre de 1998.

En esa misma línea de reflexión nos permitimos trasladar una muy importante realidad que tuvo a bien transmitir un intelectual de derechas quien nos expresó que lo que podríamos denominar como el sector militar venezolano se habría mantenido dentro de las referencias del Poder en Venezuela desde las mismas realidades del proceso de la Independencia. Esta reflexión de dicho intelectual podría alcanzar un importante nivel de importancia en cuanto el marco teórico para una revolución de izquierdas en Venezuela lo que sería una de las más importantes discusiones que mantendrían Douglas Bravo con Hugo Chávez en las cercanías de Barinitas con fuertes alteraciones y vehementes enfrentamientos conceptuales entre ambos.

Pero ¿Cómo podríamos enmarcar a la actual Revolución Bolivariana y Chavista en su referencia-concepto en el proceso perfectible en desarrollo paulatino en su objetivo de poder alcanzar el fin último de una etapa revolucionaria socialista con fuertes e importantes bases nacionalista-militares?

Es de público conocimiento que en el transcurso histórico desde aquel febrero de 1928, "lo militar-civil" se mantuvo presente como proceso necesario-histórico en función del objetivo-base por fundamental de sustituir (derrocar) al gobierno gomecista en precisas etapas como serían aquellas expresadas durante la "paz de Eleazar López Contreras", el Gobierno de Isaías Medina Angarita y, finalmente, la Revolución de Octubre.

Este último hecho histórico se contiene en unas importantes referencias a considerar como fueron el carácter del "Golpe cívico-militar". Cabe la inquietud de preguntarnos sí en el subconsciente romulano aún quedaban trazas de su paso por la Internacional Comunista como "agente internacional". Otra de las referencias a considerar sería la negativa de Rómulo Betancourt de asistir a La Habana como representante del Partido Comunista Costarricense. Otra referencia a tomar en consideración la importancia que Vladimir Lenin le diera al proceso del movimiento obrero en los EEUU de América como al importante exilio de ciudadanos norteamericanos hacia México.

En esa línea de pensamiento cabe inquirirnos por qué el "Triunvirato militar" le "dio un golpe al golpista". Ello nos obliga a recordar lo expuesto más arriba en referencia a la tesis sobre "lo militar" en la Historia venezolana.

El desarrollismo perejimenista marcó una etapa en la Historia venezolana que se mantiene impresa en el inconsciente no solo en el sector militar sino que pululan permanentemente en "el pueblo como en precisos sectores sociales" sin llegar evitando la "lucha de clases tradicional".

Lo inmediato anterior es de comprensible demostración. Por ejemplo, "disparen primero y apunten después" (RB); el Gobierno de Raúl Leoni; los Gobiernos de Rafael Caldera Rodríguez y Luis Herrera Campins; "el hombre que camina"; el indescriptible gobierno de Jaime Lusinchi; los segundos gobiernos de CAP y Caldera donde, todos ellos, ejercieron la violencia como referencia obligada. En el marco de ese entorno era de toda lógica las reacciones sociales (27 de febrero) de corte civil con reacciones militares de alta gravedad cuyo proceso trajo a la conciencia las bases históricas bolivarianas (4 de febrero).

Lo arriba expuesto sirva de referencia al regreso de "lo militar" al primer plano de la Política nacional. Ello es de tal importancia en "lo nacional" que la ultra-derecha venezolana y Washington mantienen un permanente llamado al "alzamiento militar" en Venezuela aún y a pesar de los insultos.

Ello significa que a pesar del importante análisis en su contenido que ha realizado el referido intelectual de derechas, los diseños para derrotar y derrocar al Gobierno Bolivariano y Chavista dirigido por Nicolás Maduro Moros no han tenido una llegada a "buen puerto" lo que nos obliga a la necesaria pregunta del porqué de ello aún y cuando el discurso de esas extremas-derechas y derechas venezolanas acompañadas por "amistades latinoamericanas" continúan con la tesis del anti-comunismo.

En las derechas venezolanas, posiblemente, se vienen expresando en los tiempos históricos en dos ideas-caminos de corte inevitablemente contrarrevolucionarios que quedaron perfectamente expuestos durante el exiguo gobierno del "Golpe del 11 de Abril". Son de bases ideológicas antagónicas aun siendo fuertemente capitalistas de corte neo-liberal o sí se prefiere el aspirado regreso al siglo XIX. Aunque no es el objetivo de estas ideas, son realidades muy poco estudiadas menos políticamente reflexionadas.

En esa línea de desarrollo debemos recordar que en la década de los años 80 se fueron expresando unas tesis militares por obligantes necesidades financieras. El capitalismo no podía continuar manteniendo los gastos militares frente a las realidades de la "Guerra Fría" aun en su proceso de decadencia evolutiva. La solución sería la incorporación de "lo militar" a las economías nacionales permitiendo su participación en precisos sectores de dichas economías territoriales. Uno de esos países que no quiso percibir la importancia de las realidades internacionales con respecto al mantenimiento de "lo militar" junto con los obligantes cambios tecnológicos, fue Venezuela lo que la llevó a un "sutil enfrentamiento" entre "lo político y lo militar".

Las realidades del "27 de febrero" junto con las corrientes bolivarianas en sectores de jóvenes militares llevarían al inevitable proceso del "4 de febrero".

Ese mismo intelectual de derechas fue percibiendo como el sector militar iría ocupando espacios fundamentales en el Estado lo que lo consideró como extremadamente grave para la democracia burguesa.

El proceso revolucionario cívico-militar venezolano comenzaría a desarrollarse en profundidad con el triunfo de Chávez Frías como Presidente constitucional-electo. Las derechas habían perdido, temporalmente, la batalla política lo que se demostró de facto con el "Gobierno de 47 horas de Carmona Estanga".

El fracaso del mencionado gobierno de derechas de Carmona Estanga obligaría a las extremas-derechas y derechas adeptas al neoliberalismo-mayamero a tener que cambiar la estrategia con la praxis de corte putchista que al día de hoy continua en fracaso lo cual nos indican claramente dos importantes y fundamentales realidades. La primera es el vacío intelectual programático de las derechas; el segundo factor es la consolidación del Gobierno revolucionario bolivariano y chavista que se ha fortalecido en la "unión cívico-militar" adicionando "lo policial".

En ese orden de ideas, en un necesario y exhaustivo análisis y reflexión, ni Washington, ni las derechas venezolanas, ni las derechas continentales han logrado objetivar sus continuos fracasos políticos manteniendo las "tesis imperialistas" del "Golpe de Estado" en cualquiera de sus expresiones golpistas sencillamente titulada como "Guerra Política".

Cabe preguntarnos del porqué de ese continuo fracaso.

En primer lugar, el análisis formal en consonancia con sus formas de ver y analizar los diferentes escenarios; es decir, permanecen en la lógica del análisis capitalista lógico-formal y es por ello de la continua repetición de sus actos conspirativos. En segundo lugar, por evidente, la lucha de clases que se manifiesta en la "utilización útil del hombre-mujer-pueblo". En tercer lugar, nada más alejado de la Historia de Venezuela con lo cual no existe un diálogo de las derechas con el pueblo venezolano. Por último, son sus adiciones a Washington.

En ese orden de ideas, las recientes expresiones putschistas son de absoluta exclusividad de la extrema-derecha venezolana, en lo interno-nacional, acompañada con las extrema-derechas internacionales con ciertos rasgos particulares a considerar en el análisis. Son absolutamente ridículas las declaraciones públicas y oficiales que están saliendo desde el Itsmo como la visita de la "dama en uniforme" a ese añorado espacio geoestratégico del imperio.

En esa línea de reflexión, visto lo visto, habiendo llegado las derechas como las extrema-derechas en su objetivo fundamental que es controlar Miraflores cuando no logran ni en la praxis político-putschista como en lo institucional-jurídico, entonces, podrían buscar "salidas" de corte militar en sus diferentes expresiones en sus praxis. Es decir, en lo real-teórico de la "Guerra Política" habiéndose encontrado en las presentes circunstancias en "un cul-de-sac" posterior al llevar al campo político todas las posibles expresiones, solo les quedaría desarrollar "una guerra civil".

En ese contexto, pareciera que el Gobierno Bolivariano y Chavista ha captado y está tomando decisiones importantes de ir desmontando "los cuadros extremistas" que fueron utilizados en los últimos escenarios putschistas de recientes fechas, buscando en su actuar en escenarios anarquizados y extremistas como podrían ser asesinatos selectivos, sabotajes en sectores enmarcados dentro de la "seguridad del Estado", incursiones guerrilleras más de carácter urbano que de otra naturaleza y tratar de afectar sectores que "afecten" directamente a la sociedad y el pueblo.

UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA.



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Miguel Ángel Del Pozo


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