Ecología paralizante

Actualizo mi escrito de hace unas semanas.

No todo lo que brilla es oro.

Hay una concepción ecológica que es contraproducente.

Se nos presenta todo como las tres "Rs": Reducir, Reusar, Reciclar.

Por ejemplo: el reúso puede llevar a agravar la situación:

  • Cuando es entendido como la acción de algunos consumidores de reutilizar o reciclar algunos residuos de la producción: botellas plásticas, tapas de botellas, etc. Porque se hace a una escala relativamente pequeña. La industria produce millones de ellas, y los usuarios logramos reusar una pequeña fracción. De se forma no se está produciendo un cambio significativo; en muchos casos, la influencia es poca.

Por tanto, un axioma: la responsabilidad ambiental debe recaer principalmente en el productor: se debe diseñar productos que produzcan residuos reciclables (economía circular).

  • Pero, adicionalmente, y he aquí lo peor, cuando el ciudadano reúsa o recicla residuos, queda con la sensación del deber cumplido, de haber llevado a cabo su responsabilidad ambiental. Y esto paraliza el cambio.

Por tanto, un segundo axioma: toda acción en pro del ambiente debe ser evaluada cuidadosamente, y diseñar las acciones para que produzcan el mayor grado de conciencia y el mayor grado de eficiencia ecológica.

Por supuesto, la participación del consumidor es importante, a la par del productor, para lo cual podemos:

  • Reducir el consumo de bienes y servicios que impliquen un deterioro del ambiente. Consumir lo que tiene menos desecho y más residuos que se puedan reciclar a nivel de la misma industria (economía circular).

  • Dar prioridad a la creación de conciencia en las actividades que se hagan en pro del ambiente. Por ejemplo, el objetivo no puede ser recoger la basura tirada por personas inconscientes, sino realizar acciones educativas, instar a las personas a no ensuciar y la necesidad de un cambio en nuestra forma de producir y de consumir.

Un ejemplo muy duro es que, para la Madre Tierra, es preferible que tiremos la basura en la calle en lugar de en la cesta, pues en este último caso irá al "basurero" municipal, en cantidades inmensas, imposibles de ser tratadas naturalmente por la Naturaleza. En el primer caso, se le da la oportunidad a la Naturaleza de tratar a la basura dispersamente. El asunto no es no tirar basura, el asunto es reciclar, a nivel productivo. Lo que pasa es que tenemos un concepto antropocéntrico de la ecología, centrada en el ser humano: nos importa que se vea "bonito", escondemos la basura; no nos importa el bien de la Naturaleza en forma integral.

De allí, un tercer axioma: Todo apunta a un cambio global de sistema. Economía circular, reciclando en la fuente, en la industria, a gran escala.

Si la responsabilidad ambiental recae principalmente sobre el productor; si nuestras acciones deben ser cuidadosamente planificadas para producir el mayor grado de conciencia y eficiencia ecológica; y si de lo que se trata es de un cambio global de sistema, hacia la circularización de la economía; entonces, cada ciudad, cada municipio, cada estado puede tomar cartas en el asunto:

  • Producir legislación que requiera a las empresas internalizar los costos. Es común que la empresas no incluyan en sus costos los gastos en que hay que incurrir para descontaminar sus efluentes, por ejemplo. Tampoco incluyen en su estructura de costos el tratamiento de sus residuos. Los impuestos deberían reducirse para aquéllas empresas que internalicen sus costos.

  • Producir legislación que diferencie los impuestos en función del grado de circularidad de su producción. Los empaques, por ejemplo, que sean retornables, por la propia empresa, serán estimulados, a través de disminución de impuestos. También hay que considerar el caso de favorecer a empresas que utilicen empaques biodegradables.

  • En el caso de Venezuela, acatar la Ley de Gestión de la Basura, adoptar la separación de los residuos y desechos en su origen, la gestión de ellos por empresas comunales o similares, la economía circular.

Hay muchas medidas novedosas que pueden ser tomadas por los gobiernos locales, regionales y nacionales, para estimular la economía circular, crear conciencia en consumidores y productores, en una forma que ganemoss todos, los humanos y la Naturaleza, que al final, es la que nos cuida.

La mayoría de la información que inunda el planeta sobre la crisis ambiental, tira la carga sobre el consumidor: que no se debe tirar basura, cambiar sus patrones personales de consumo, reducir, reusar, reciclar. Eso favorece al sistema existente.

Cambiemos la orientación de nuestra información ambiental: destaquemos las causas del problema (la manera de producir y consumir, nuestra relación irrespetuosa con la Naturaleza) y la solución integral: un cambio radical en la forma como vemos el mundo y nos relacionamos con la Naturaleza, y en la forma como consumimos y como producimos.

La Constitución Mundial para la Federación de la Tierra trata esto a profundidad. ¿Quieres conocerla?



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Leopoldo Alberto Cook Antonorsi


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