La situación ideal

En una parte de la opinión pública venezolana existe la matriz de opinión de que Washington se preocupa por la democracia en Venezuela. En ello también está presente una manera de pensar de muchos venezolanos, que, con esa preocupación, existe alguna intranquilidad que implica la situación económica de muchos ciudadanos. Esa creencia está forjada a través del discurso político de algunos factores de oposición a Nicolás Maduro, el cual más bien responde a planes de relaciones públicas, utilizando marketing digital, que a una propuesta política.

En el caso de Venezuela, para Washington la situación es la ideal. Se puede concluir que es la que persiguen. En medio de la crisis entre Rusia y Ucrania, además en el Medio Oriente, tener bajo su control los bastiones energéticos en Guyana y Venezuela, les permite movimientos ventajosos, frente a los rivales al otro lado del mundo que organizan una cruzada de desdolarización.

Exxon Mobil controla la producción petrolera de Guyana. Esto les permite tener un flujo petrolero constante y seguro, cuya cuota no está bajo control de la OPEP, ni la OPEP+. Además, se explota petróleo que está en parte del mar territorial que pertenece a Venezuela y sobre esos recursos este país no obtiene ingresos.

Chevron está en Venezuela. Desde que era Texaco y gracias a las excelentes relaciones que el chavismo de los primeros 10 años tuvieron con esta petrolera, es ahora una de las principales puntas de lanza de la producción de crudo venezolano. En una relación simbiótica, ya que Caracas necesita los ingresos petroleros y Washington requiere de petróleo a bajos costos. Eso ocurre gracias a que Pdvsa fue prácticamente destruida, así que Chevron saca enormes ventajas.

La actual posición de Miraflores, le sirve a Washington, por tal razón y como se explicó en entregas anteriores, no se requiere de un nuevo presidente interino. Por eso, por ahora, la administración Biden deja la situación venezolana en un limbo. No reconocen ni a Nicolás Maduro, ni a Edmundo González, como uno de los presidentes que resultó electo, porque se alega de una controversia electoral. Aunque el sector político de María Machado, no es afín a los demócratas, los resultados de sus movimientos han sido de beneplácito para los norteamericanos.

Lo anterior no incomoda a Washington y tampoco a sus aliados. Por el lado europeo están Repsol y ENI, también con importantes operaciones. La actual situación le permite a Washington mantener la Licencia 41 vigente, lo que al mismo tiempo le permite ejercer cierto control sobre la reserva petrolera más grande del mundo, en el marco de la crisis geopolítica global. Lo anterior explica que las sanciones petroleras, tal cual como se conocen, podrían permanecer por más tiempo, incluso en medio de la tensión que se genera con la propuesta de Maduro de incluir a Venezuela en los BRICS.

Lo anterior significa que para Washington hay una situación ideal y ventajosa en su hemisferio, que le permite acceder a los hidrocarburos comerciando con su moneda y fuera de los peligros geopolíticos del Medio Oriente y del Mar Rojo. Aunque parezca una amenaza que Venezuela mantenga alianzas con China y Rusia, en el fondo, en medio de las circunstancias, para los norteamericanos es necesario.

Entonces se entiende el llamado de los norteamericanos, a los dirigentes políticos venezolanos a participar en las elecciones regionales y mantener el actual juego político que está en desarrollo. La enorme desventaja para Venezuela, es que mientras las sanciones se mantengan, la inversión extranjera será prácticamente nula, lo que hace este país más dependiente del ingreso petrolero, hoy condicionado debido a la explicación en este artículo.



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Alex Vallenilla


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