El manual de sobrevivencia de Maduro

De la escasez a los ajustes progresivos: La reinvención económica que sostiene a Maduro frente a sanciones y elecciones

En agosto de 2018, en medio de una fuerte hiperinflación, con escasez de bienes y servicios, el gobierno de Nicolás Maduro dio un giro. En esa época, el Banco Central de Venezuela (BCV) publicó el Convenio Cambiario Nro. 01, que permitió a cualquier ciudadano venezolano convertir divisas sin ser sancionado. Al mismo tiempo, los precios de los rubros básicos también entraron en una misma política, cuando una lista de estos salió de controles de precios. Cuatro meses más tarde, los alimentos y los medicamentos comenzaron a aparecer en los anaqueles de automercados, abastos y farmacias. Eso se combinó con una apertura de las fronteras y las mercaderías entraban con menos restricciones.

Ese golpe de timón, que rompió con la ortodoxia en el PSUV, que exigía mantener el control cambiario, le permitió a Maduro sostenerse en el poder, al comenzar a reducir la escasez y ralentizar la inflación. Los efectos se tardaron debido a la pandemia del Covid-19 y luego, cuando se implementaron las sanciones petroleras más tarde.

El cambio de estrategia del BCV

El año pasado, se estaba manejando una política cambiaria, en medio de una economía más pequeña. La misma mantuvo una estrategia de anclaje cambiario, que permitió cierta estabilidad del precio del dólar entre octubre de 2023 y octubre de 2024. Eso coincidió con la implementación de una licencia para las empresas petroleras extranjeras que operan en Venezuela y así no violaran las sanciones de la OFAC.

En medio de negociaciones con Washington, el gobierno aceptó realizar elecciones presidenciales. A cambio, recibió una flexibilización de las sanciones y, debido a la dinámica interna, se implementó la Licencia 41, retirando las flexibilizaciones. En ese momento, Miraflores también cambió su estrategia apuntando a que el tema de las sanciones pudiera entrar en un terreno desconocido, debido al resultado electoral en Estados Unidos.

Entonces, un mes antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el Banco Central de Venezuela (BCV) cambió definitivamente la estrategia, aplicando ajustes progresivos de la paridad cambiaria. El anclaje cambiario tuvo como objetivo mantener una tasa estable, en cambio, el ajuste progresivo tiene un enfoque que refleja un reconocimiento de las presiones inflacionarias. Además de alinear el tipo de cambio oficial, con el mercado paralelo.

Siguen los ajustes económicos

Ese cambio podría obedecer a más ajustes económicos que se vienen aplicando. Al evitar que la brecha cambiaria aumente demasiado, se evita que las distorsiones vuelvan a producir escasez de bienes y servicios, como ocurrió en el pasado. Aunque se asuman los riesgos de rebrotes inflacionarios y más incertidumbre. Sin embargo, tiene mayor peso que exista abastecimiento, ya que el ajuste progresivo, al ser asumido como política, podría generar un poco más de confianza en la política monetaria, al preverse a donde se dirige.

De hecho, la población está llegando a un consenso y en la calle, el cambio de divisas ahora se hace con una tercera tasa entre comunes, el llamado "dólar promedio". El mismo consiste en promediar las tasas del dólar oficial y el dólar paralelo, lo que comienza a ser aceptado por muchos.

La escasez de divisas y la política con el bolívar

Las presiones continúan. Venezuela tiene problemas de confianza debido a la situación de default de su deuda externa y corporativa. Además de las sanciones que se aplican contra el país, lo que limita enormemente la inversión extranjera. También pesan las controversias políticas, lo que genera mucho ruido para un inversor que busque posiciones con bajo riesgo. Es decir, hay poca confianza y esto limita el ingreso de divisas al país.

El BCV también hace su parte. La liquidez monetaria está en aumento de al menos 10 % mensual y esto presiona al alza la cotización del dólar. El gobierno no tiene actualmente mecanismos de financiamiento por las sanciones y la creación de dinero termina siendo una herramienta más, aunque devalúe al bolívar. El BCV también redujo el encaje legal y está permitiendo que los bancos aumenten los saldos de las tarjetas de crédito. La creación de dinero por esta vía y la demanda que implica el crédito al consumo, también incide en el alza del precio del dólar. Según el reporte de febrero de 2025, de Global Scope CA, la cartera de créditos de los bancos aumentó en 44,87 % y la disponibilidad en 28,35 %, con una morosidad por debajo de los estándares internacionales en 2,19 %.

Todo ello en el contexto de que la capacidad productiva instalada en el país está cerca de 35 % en funcionamiento. Es decir, que todavía se depende en gran parte de las importaciones, por lo que la demanda de divisas se mantiene. El crecimiento de la producción petrolera todavía es incipiente y los ingresos actuales no son suficientes para dar cobertura y evitar el alza del precio del dólar.

Cómo sacarán provecho a la coyuntura con Trump y la licencia de Chevron

Las reformas económicas que está aplicando Miraflores, podrían profundizarse. En el contexto de las sanciones petroleras y la narrativa de la licencia de Chevron, Miraflores acaba de mostrar otra carta. Si bien, el movimiento de prever el cambio de gobierno en Estados Unidos, al pasar a un sistema de ajustes progresivos en el dólar, no los tomó desprevenidos, el reciente anuncio con la gasolina, podría ser otro giro a la tuerca y que permite ver que el escenario actual estaba también previsto.

La narrativa política de oposición señala que la empresa Chevron se va del país en un lapso definido, lo que, según sus expectativas, generaría una nueva crisis económica. Desde Miraflores se considera que es el momento de pasar a un sistema de precios de la gasolina a una tasa que fluctúe, tal cual sucede con los precios internacionales. En medio de la diatriba política y de las interpretaciones que se hagan sobre si la petrolera estadounidense se va o se queda. Para el gobierno ha llegado el momento preciso de avanzar con otro ajuste, como el que se hizo en 2018, cuando todos fueron tomados por sorpresa y sin más, asumieron como una "dolarización" el libre uso de divisas como medio de pagos o la indexación de la economía a la fluctuación de los precios del dólar. Al parecer, las decisiones de un sector de la oposición y de los congresistas norteamericanos, le darán una nueva oportunidad al actual gobierno.

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Alex Vallenilla


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