El día 4 de noviembre (2024) se marcará como un día histórico no solo para los Estados Unidos de América como para la geopolítica mundial independiente de quien sea electo como Presidente por los Colegios Electorales norteamericanos. Poco será diferente a la actual Política de Estado que se encuentra imperando bajo la conducción de Joe Biden en su marco referente cuando el Poder real conoce que han llegado los tiempos cuando será necesario tener que asumir las propias debilidades en curso real del "imperio norteamericano" ya no solamente las debilidades sistémicas en el marco real y objetivo del capitalismo norteamericano sino, al tiempo, en el concepto histórico de lo que significa "ser imperio" cuando, en las actuales circunstancias de la geopolítica mundial, no nos estamos refiriendo, necesariamente, al "imperialismo norteamericano" el cual se encuentra ya en franca e inobjetable decadencia conceptual; es decir, aquellas variables sistémicas que se gestaron en su praxis geopolítica post-1950 (FMI, Breton-Woods, Guerra Fría, anti-comunismo, anti-URSS, etc.), se encuentran en un proceso de permanente desgaste conceptual sin seria ni objetiva posibilidad de recuperación estructural. Es decir, el status quo que rige la política nacional-interna norteamericana obligará al Poder a tomar decisiones estratégicas frente a las actuales realidades globales norteamericanas en sus procesos en curso real cuando en los presentes escenarios mundiales se están desarrollando geopolíticamente escenarios ajenos a las directrices de Washington como son, en referencia, los BRICS (a pesar de Brasil-Lula) junto con las diferentes asociaciones regionales conformadas en sus tiempos previos que observan las calidades significativas de las cooperaciones regionales alejadas a los intereses estratégicos de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pentágono. Terrible realidad para un imperio.
Evidente que lo descrito como propuesta de análisis, lo expuesto más arriba, tiene su "grande impacto" en lo que la Doctrina Monroe califica como "su patio trasero" por lo cual es de obligación geoestratégica observar con profundo detenimiento todas las actuaciones regionales como nacionales en las decisiones gubernamentales en el continente sin dejar a nadie en el tintero. La lección nos la han entregado sin desparpajo ni vergüenza el Presidente de Brasil en la persona de Lula da Silva no solo por sus "gestiones" durante el 16avo Forum de los BRICS con respecto a la incorporación perfecta de la República Bolivariana de Venezuela como miembro pleno con derechos demostrables.
Desglosando el escenario lo podríamos significar con la importancia que Brasil, Lula y Washington le están dando, objetivamente, al Presidente constitucional, Nicolás Maduro Moros con sus quehaceres y actitudes mediocres.
Somos precisos cuando definimos, sin ambages, como "la contradicción fundamental como principal" de todo ese conjunto que se define en sub-conjuntos cuales son, en primer lugar, el sistema capitalista norteamericano, continuando con la firmeza y solidez del liderazgo de Maduro Moros en el marco del proceso indetenible del desarrollo del "socialismo con características venezolanas", la permanente evolución de "lo militar venezolano" en sus bases y tareas fundamentales bolivarianas y chavistas y la recuperación de la economía revolucionaria-venezolana en lo significado de la conjunción del "sector oficial y los sectores privados" permitiendo una constante evolución perfectible de la economía venezolana bajo el modelo bolivariano-chavista en el marco referente del "socialismo a la venezolana".
El "4 de noviembre" (2024), reiteramos, se convertirá en un "hecho histórico" cual trascenderá las propias fronteras estadounidenses no solo "bañando las fronteras latinoamericanas y caribeñas" sino que tendrá que tratar de afianzar sus posiciones en aquellos lugares donde aún no hay un conflicto bélico como son la Región de Asia-Pacífico, el continente de África con sus obvias limitaciones y rediseñando a través del Comando Sur una nueva estrategia hacia "América Latina y el Caribe".
Con la incorporación de Brasil al neo-colonialismo norteamericano se estarán presentando algunos escenarios. En primer lugar, la figura del Presidente Lula comenzará desarrollando inevitablemente su auto-desprestigio. En esta precisión es evidente que factores personales en experiencias pasadas han tenido un valor fundamental. Esa decisión del Presidente Lula traerá, en sus consecuencias, contradicciones nacionales que obligarán al Presidente Lula a tener que desarrollar una "política de represión" adicionando los paradigmas de Milei a la gobernabilidad brasileña. En segundo término, la "palabra del Presidente brasileño" ya está deteriorada a nivel global aun cuando en Política Real todos los países serán respetuosos como prudentes. En tercer momento evidentemente afectarán objetivamente todas las políticas regionales convirtiendo la Región Latinoamericana en sub-conjuntos neo-coloniales según sus propias geografías. Por último, si no se evita una "guerra regional", Washington y el Pentágono con el "Comando Sur", tendrán que desarrollar acciones terroristas y bélicas regionales cuando el crecimiento y la fortaleza de los BRICS se vayan, paulatinamente, engrandeciendo en Política, economía global, geo-intereses geopolíticos como, por inevitable, sus desarrollos en "lo militar" nacional-venezolano como en los escenarios regionales según las propias realidades bilaterales de los sujetos estatales en escena. En última instancia, la actitud de Brasil-Lula ante los BRICS, sencillamente, se ha expuso con diáfana claridad la confrontación-real con los Estados Unidos de América frente a Rusia y China en sus praxis geopolíticas como geoestrategicas tanto global como en los escenarios internacionales particlulares.
¿Por qué es supremamente importante la incorporación de la República Bolivariana de Venezuela al seno de los BRICS?
Los BRICS de manera indiscutible están afectando en lo fundamental al propio sistema capitalista; con ello no estamos aseverando que gracias a los BRICS-Plus el sistema capitalista desaparecerá. Solo esa idea significa el desconocimiento como incomprensión de cómo funciona en lo histórico-temporal el sistema capitalista; con ello no estamos negando las tesis marxistas sino que es de académica comprensión el real significado de la "estructura y superestructura" en su histórico desarrollo cuasi-natural-histórico; evadir ese análisis es no comprender el proceso chino del "nuevo camino".
En ese orden, regresamos al "4 de noviembre" cuando los resultados, obligados por lógica jurídica, expresen quien será la/el próximo huésped de la Casa Blanca.
Será entonces cuando comprenderemos, realmente sin ambages, la realidad de los escenarios en el Medio Oriente, es decir, se definirá en toda su definición y comprensión cuales son los objetivos reales de la geopolítica del capitalismo norteamericano con las consecuencias pre-establecidas desde Washington; será entonces cuando conoceremos el futuro de Ucrania como "sub-colonia"; será cuando conoceremos cómo se desarrollará la "nueva política hacia Taiwan" más allá de la venta de armas cuando existe una ligazón de la "democracia-cristiana europea" con Washington, Japón y el sur del Pacífico; será cuando conoceremos las realidades de fondo de las relaciones entre Washington y Caracas en el marco referente de las necesidades geo-estratégicas, estratégicas y "lo militar-real" según las reales necesidades del Norte cuando vaya aceptando las nuevas realidades del "Nuevo Mundo" profundamente diferente al post-Versalles y San Francisco; será cuando conoceremos, objetivamente, a los "amigos y enemigos" de la Revolución Bolivariana y Chavista; será cuando conoceremos el significado de la "guerra de todo el pueblo".
UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA.