"Por lo tanto, en el mundo del progresismo, en el mundo de la izquierda, Venezuela vuelve a ratificar que hay que distinguir quién es el enemigo principal. Dónde está la ultra derecha y cuál es el campo donde tenemos que trabajar, afrontando los problemas, reconociéndolos, discutiendo abiertamente cuáles son las falencias del chavismo que no nos gustan, pero sin perder de vista nunca en donde estamos parados, qué es lo que debemos defender."
Claudio Katz
Distinción del enemigo principal
En el epígrafe del presente artículo nos encontramos con la máxima "…en el mundo de la izquierda…hay que distinguir quién es el enemigo principal". He allí una verdad incontrovertible de la praxis política, de esas que están talladas en piedra en la lucha histórica de los pueblos.
Tal sentencia, la expresa el destacado estudioso de la economía y la teoría política marxista, Claudio Katz, en entrevista que le realizara el periodista Carlos Asnárez, también argentino, a raíz de su participación en el Congreso Mundial contra el Fascismo, Neofascismo y Manifestaciones Similares, realizado en Caracas entre el 10 y 11 de septiembre del presente año.
Por su lógica afirmativa, hasta pareciera una verdad de Perogrullo, el que va a la lucha tiene que definir quiénes son sus enemigos, y en primer término, en el marco de las circunstancias históricas en las que les corresponde dar la lucha, debe determinar quién es su enemigo principal, caso contrario está condenado al desvarío y a dar palos de ciego
Para el pueblo venezolano y, en general, los pueblos latinoamericanos y caribeños, el enemigo histórico es el imperialismo estadounidense, es este el factor que ha explotado, oprimido, subyugado a nuestros pueblos e imposibilitado que transiten por el camino del desarrollo efectivo, y, por el contrario, a ojos vistos y sufrimiento por delante, ha incidido de manera determinante para que no superemos el estadio del subdesarrollo.
En la coyuntura venezolana del presente, es ese imperialismo el que ha hecho padecer a nuestro pueblo de infinitas penurias, acoso, calamidades, todo ello por su afán de reponerle sus garras a las ingentes riquezas existentes en nuestro territorio (sobre todo, las mayores reservas certificadas de petróleo del mundo) y, por extensión, para impedir que se consolide la revolución bolivariana y el efecto que esta pudiera significar para los pueblos hermanos como alternativa viable de desarrollo soberano.
Pero lo que, a todas luces, está muy claro para la militancia bolivariana y patriótica venezolana, y para amplios sectores de la izquierda latinoamericana y caribeña, resulta no ser así para los que hemos definido como los grupos de la izquierda extraviada y descarrilada que con su accionar persisten en pasar por alto la experiencia y el conocimiento histórico de la realidad político social nacional e internacional.
Sectores desenfocados
En el acontecer mundial, en el campo de la izquierda, sólo algunos sectores desenfocados pueden albergar dudas acerca del papel nefasto y criminal del imperialismo y sus países vasallos, en la provocadora e inducida guerra otanista-ucraniana contra Rusia, en el genocidio sionista contra el pueblo palestino y otros pueblos árabes (libanés, sirio, iraquí, yemení), en la tensión permanente que mantiene en el sureste asiático con su vasallo Taiwán en contra de la República Popular de China, contra los pueblos africanos del Sahel (Níger, Malí y Burquina Faso), y, en general , contra todos los pueblos del mundo, incluido el propio pueblo estadounidense, ante el desespero y la inquietante realidad de que la hegemonía que venía ejerciendo en el mundo, en las últimas décadas, cada vez y aceleradamente se debilita más. Situación que lo hace, si acaso, más amenazante y peligroso.
Así mismo, en el ámbito continental hay expresiones izquierdistas renuentes a asumir que la voracidad del decadente imperialismo estadounidense, en el empeño de preservar su manifiesta hegemonía, está en la categórica disposición de hacer uso de la activación de los más diversos recursos (presión diplomática, amenaza militar, acoso y saboteo económico, desestabilización política, argucias jurídicas, manipulación mediática, división entre los gobiernos, etc.), con tal de mantener el dominio ejercido en lo que tienen definido como su "patio trasero". Renuencia que los conduce a adoptar posiciones claramente contrarias a los anhelos de independencia y de soberanía de los pueblos
A nivel local, como es evidente, hay sectores izquierdistas que, sí bien, por su trayectoria, están definidos ideológicamente, en el plano político han dado muestra de una inconsistencia rayana en la traición a los principios por los que en otros tiempos se batieron y enarbolaron.
Empeño imperial
La revolución bolivariana y chavista ha estado sometida durante 25 años a todos los embates habidos y por haber por parte del imperialismo yanqui que, a pesar de que ha sido vencido en todos sus malévolos intentos, no ceja en su empeño por doblegar la decisión soberana del pueblo venezolano. Esa es su naturaleza, en ello hay que estar claro y tenerlo presente permanentemente.
En este cuarto de siglo, el imperialismo ha contado en Venezuela, en sus planes desestabilizadores, con una "quinta columna", como ha sido la oposición derechista, extremista, clasista, neofascista y pertinaz, animada en su propósito, no de derrotar al chavismo en buena lid sino derrocarlo para llevarlo a la extirpación. Vano intento y en eso se le va la vida. Aunque, en honor a la verdad, en los últimos años ha surgido una oposición democrática, patriótica, con posturas antiimperialistas que se ha trazado disputar el poder político según los cánones constitucionales y democráticos.
Extraviada y descarrilada
Para completar el cuadro opositor, pero ahora, en el campo de la izquierda está presente lo que definimos como la izquierda extraviada y descarrilada, que en su desvarío ha tendido a coincidir políticamente con las posiciones imperialistas y con la oposición burguesa y extremista. Como diría un amigo cubano ¡Qué cosa más grande!
Es verdad que la incidencia de este sector de la izquierda extraviada es comprobadamente escasa, en términos políticos, pero no por ello se debe desestimar el efecto negativo de su predicamento en ciertos espacios del activismo social y más aún hacia el exterior del país porque tergiversa la realidad y desinforma a grupos y movimientos sociales del continente. En todo caso, la lucha de ideas hay que darla en todos los terrenos.
Coincidencias con el imperio
Esta "izquierda" pareciera que olvidó que el imperialismo es el enemigo principal del pueblo venezolano y de todos los pueblos del mundo. Más bien, en su accionar, el desvarío la ha llevado a ubicar como el centro de su ataque, como su enemigo principal, al gobierno bolivariano y al haz de fuerzas que lo respaldan. He allí una coincidencia más que básica con el imperialismo, este pretende derrocar al chavismo porque atenta contra sus intereses imperiales y los extraviados se plantean derrotarlo, tal vez, porque constituye un obstáculo supremo en sus aspiraciones de acceder al poder político del país.
Los voceros imperiales y de la derecha extremista y neofascista catalogan a Nicolás Maduro como un dictador y a su gobierno como una dictadura, pues los más conspicuos abanderados de la izquierda extraviada se sienten más "revolucionarios" cuando enfatizan que en Venezuela está gobernada por el dictador Maduro. Claro está, aquí hay que hacer una salvedad, una diferencia con relación al imperialismo, los extraviados tildan al gobierno como neoliberal y, naturalmente, hasta allí no llegan los imperialistas y sus vasallos que le enrostran, por el contrario, al gobierno bolivariano su condición de socialista.
Pero, si hay otras notorias coincidencias entre ambos extremos del escenario político, concuerdan en que en la "atroz dictadura venezolana" se violan los derechos humanos y el "régimen" se mantiene por la fuerte represión militar y policial que se ejerce sobre la población, de tal manera que el gobierno tiene las cárceles llenas de inocentes y desprevenidos ciudadanos (2272, según las consabidas Ongs), y no, como en efecto es, de personas presas, convictas y confesas, de haber participado, unas, en acciones subversivas y desestabilizadoras y otras, en actos probados de corrupción. En este aspecto, es tal el alucinante desvarío, que uno de los más exaltados voceros de esta "izquierda" ha llegado a refrendar con su firma que la represión del gobierno de Maduro es tan brutal "que ha superado las nada envidiables marcas de los gobiernos de Juan Vicente Gómez, Marcos Pérez Jiménez, Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Carlos Andrés Pérez" (Manuel Isidro Molina, dixit). Recorcholis, ya esto es fin de mundo.
Mención especial a la hora de analizar los planteamientos de los extraviados izquierdistas, es lo relacionado a sus exigencias en materia salarial y a los derechos sociales de los trabajadores y trabajadoras. Se manejan en la tozudez de desconocer o mediatizar, en sus análisis, los efectos perversos de las medidas coercitivas unilaterales impuestas a la sociedad y a la economía nacional (más de 930), por el imperialismo a través de sus distintas agencias, que se ha traducido en el deterioro cuasi criminal del salario y de las condiciones de vida, en general, del pueblo venezolano. Haciendo abstracción de los efectos de esta ejecutoria imperialista, en lo cual coinciden explícitamente con la derecha extrema que, como es ostensible, fue y es protagonista estelar en la solicitud y aplicación de tales medidas sancionatorias, esta "izquierda desenfocada" enarbola un programa de lucha, declarándose en emergencia laboral, en defensa del salario y las prestaciones sociales y atribuyéndole al gobierno bolivariano la causalidad del deterioro del salario y de las relaciones laborales. Posición por demás oportunista y encubridora de la realidad, pues, no terminan de asumir que la lamentable situación que padecemos los trabajadores y trabajadoras es consecuencia directa e inexcusable de la agresión imperialista y de sus extremistas lacayos.
Le cuesta entender a esta fracción de la izquierda descarrilada que con la recuperación económica del país, que se ha venido dando, en los dos últimos años, lenta y progresivamente, ya hay atisbos concretos y alentadores que apuntan al mejoramiento del empleo, al logro de un salario digno y al respeto de las prestaciones sociales, es decir, a la vigencia plena de la Ley Orgánica del Trabajo, de los Trabajadores y Trabajadoras (LOTTT), reivindicación histórica concretada en la gestión del chavismo, como expresión de su naturaleza esencialmente bolivariana, obrerista y socialista.
Coincidencia mayor
Ahora bien, donde la coincidencia, en términos políticos, es mayor entre estos dos factores opositores es en el desconocimiento de los resultados electorales del 28J, tildando de fraudulentos los resultados indicados por el Consejo Nacional Electoral, ratificados, luego por el Tribunal Supremo de Justicia, a través de su Sala Electoral, en los que se reconoce el triunfo de Nicolás Maduro como presidente reelecto de la República Bolivariana de Venezuela. Dándose el caso que, mientras a los opositores de la derecha extremista, en los últimos días, pareciera que se les ha acabado el carburo y sus aspavientos de reclamo de fraude se han apagado u opacado en virtud de su nula convocatoria de calla, trasladando hacia el exterior del país sus vacuos aleteos, es el sector de la izquierda extraviada la que hace más ruido con tal planteamiento, llegando al desvarío de concebir que con sus temerarias acciones de carácter jurídico y la supuesta pérdida de apoyo popular por parte del presidente Maduro, este se verá en la imposibilidad de juramentarse como Presidente de la República, el próximo 10 de enero de 2025, y que no le quedará otro recurso que dejar Miraflores. Paroxísticos aspavientos de quienes se manejan en el mundo de la irrealidad política y social venezolana.
Insigne estratega
Pensamos que todo este extravío de este sector de la izquierda es consecuencia de la incapacidad que ha demostrado para entender un postulado básico del abc de la praxis política, como lo es la determinación del enemigo principal, he allí una bitácora indispensable para guiarse en el complejo mundo del quehacer político, en nuestro caso para el diseño y desarrollo de la estrategia revolucionaria. Chávez fue un insigne estratega, en los momentos tácticos supo cuajar las más amplias alianzas, pero siempre teniendo claro la ubicación del enemigo principal. Nicolás Maduro y, junto con él, los otros compañeros que llevan la conducción de la revolución bolivariana, como adelantados discípulos tienen muy clara la lección
Alianza anti-natura
En cambio estos antiguos aliados izquierdistas del chavismo, ahora, cada vez hacen esfuerzos por desenfocarse y distanciarse del camino trazado hace 25 años. Perdidos como están en su desorientación política establecen, en la práctica, consciente o inconscientemente, una coincidencia política, o mejor, una tácita alianza anti-natura, con quien debería ser su enemigo estratégico principal para enfrentar al chavismo bolivariano, que debería ser el aliado natural.
Al parecer, no entienden que con quienes hoy coinciden, mañana, en el supuesto negado de alcanzar el poder político del país arremeterían contra ellos, sin ninguna contemplación, pues esa es la naturaleza del fascismo o mejor de la variante neofascista actual .