El periodista Juancho Marcano llegó a punto de mediodía a su casa, luego de hacer una diligencia, la cual por ciertos motivos se retardó y por eso no llegó más temprano. Por tal motivo encontró a su perro Pipo muy angustiado y de lo cual se dio cuenta y lo calmó acariciándole la cabeza y diciéndole: "Tranquilo, amigo, que ya estoy aquí sano y salvo".
El perro escuchó al periodista, se tranquilizó y después preguntó:
- ¿Juancho cómo vivía la gente en esta Tacarigua de Margarita cuando no había electricidad?
El periodista al escuchar la interrogante del peludo, pensó que seguro había escuchado hablar de los apagones recientes y de ahí la pregunta, luego manifestó: "Sucede, Pipo, que las personas para aquel tiempo (El de mi abuela y de mi madre siendo niña) vivían sin ese invento maravilloso, y por tanto no tenían neveras, ni televisor, ni radio ni otros equipos que necesitaban corriente para usarlos.
- ¿Vivían en plena oscuridad, Juancho?
- Claro, Pipo, y eso se prestaba para que en las calles aparecieran fantasmas y aparecidos, lo cual se acabó cuando llegó la luz eléctrica, lo que quiere decir que no eran individuos del más allá, sino hombres y mujeres vivas de acá, que se disfrazaban y salían a media noche a realizar ciertos propósitos ya concebidos. También te digo que en este pueblo antes de llegar plenamente la electricidad, había un motor que generaba cierta luz a unos postes del pueblo y que lo prendían al empezar la noche y lo apagaban a eso de la 10 pm".
El perro oyó la exposición del periodista y luego dijo: "Interesante historia, Juancho, pero con todo, incluyendo fantasmas y aparecidos, se vivía tranquilo. Pero apartando el tema, quiero preguntarte si has oído esta frase: "Nunca encontrarás un arcoíris si miras hacia abajo".
- Claro, Pipo, eso lo dijo: Charles Chaplin, señaló el periodista y luego siguió hacia la entrada de la casa por la puerta que tiene por el garaje.