Tal como señalan los textos de los teóricos del socialismo, este tiene una estructura y un funcionamiento distinto al sistema capitalista el cual se basa en las dinámicas del mercado y el socialismo en las dinámicas de los procesos de planificación.

Esta diferencia entre ambos sistemas es pensada con sistemas ya desarrollados y en pleno funcionamiento, lo cual no corresponde a los procesos reales, ya que mientras muchos consideran que el capitalismo se encuentra en sus etapas finales, sin demostrarlo, el socialismo se encuentra en la etapa, de los primeros pasos. Para que estos pasos lo lleven a su objetivo o destino final deben desde el principio estar bien encaminados, dirigiéndose a caracterizar estas diferencias sistémicas con el capitalismo.

Una de esas diferencias sistémicas con el capitalismo es como ya dijimos la planificación, la cual debemos desarrollarla, crearla, impulsarla, pues no bastan todos los conocimientos que desde la perspectiva neoliberal se han difundido por miles de libros de texto. Esto se debe a que casi toda la planificación capitalista está pensada para mejorar el funcionamiento de las empresas y organizaciones privadas y no para mejorar el funcionamiento de un naciente estado socialista y mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y de la población en general.

Debemos por lo tanto realizar planeamientos para elevar el nivel de la planificación nacional, su estatus, su aceptación entre las gerencias públicas y entre los trabajadores y empleados, pues es otra forma de trabajar que es decir otra forma de vivir.

Desde el punto de vista macro la planificación socialista permite el incremento en la racionalidad con la que se maneja la economía social, enfrentando con ese racionalismo la tarea de asignar recursos para todos los sectores de bienes, servicios, consumo, defensa.

Se quiere cambiar la estructura del Estado venezolano, que no siga entre los patrones técnicos y políticos de la IV República, pero para ello es necesario identificar las áreas que estructuran o que dan al Estado, a su organización, sus instituciones, las características que presentan ahora. El sistema de planificación que hoy se aplica en él, corresponde casi exactamente a criterios traídos desde sus etapas anteriores, y es que a pesar de los esfuerzos que se han hecho no ha habido un cambio sustancial en ellos.

Para crear un nuevo conjunto diferenciador, que a su vez contribuya a mejorar la eficiencia y la coherencia en la gestión pública son necesarios a mi entender dos mecanismos: uno formal, de reorganización estratégica y coordinación al más alto nivel de la dirección del estado y el otro más informal dirigido a la actividad diaria en la que se desempeñan las funciones públicas. Nos referiremos al mecanismo formal, considerando que aplicar iniciativas que modifiquen en los dos casos pautas de conductas heredadas daremos un cambio hacia un desempeño favorecedor de la participación, la entrega de cuentas regulares, la ética, la evaluación, hacia un estado eficiente.

El primer mecanismo se refiere a establecer un esquema de coordinación al más alto nivel de la dirección que no descanse en el Consejo de Ministros sino en un Consejo de los 5 poderes del Estado, que de forma regular, sostenida, coordinen entre si las tareas que cada uno de ellos tiene encomendadas e integren sus esfuerzos para detectar las situaciones y problemas estratégicos económicos, políticos, sociales que están visualizados por la sociedad venezolana y por lo tanto son altamente sentidos por su población. Se establecería una diferencia conceptual importante con el estado liberal y neoliberal que con 3 poderes estos deben ser independientes, falsamente, uno del otro; unificándolos incrementaremos la eficacia, eficiencia, planificación y consecuentemente la elaboración de políticas para funcionar en las áreas que se considere necesarias e importantes, con una visión centrada, coherente e integral en las acciones.

Elaborar un esquema estructural para un plan unificado entre los cinco poderes del Estado venezolano, que no perderían su carácter independiente, con una nueva concepción de la autonomía, es un ejercicio complejo pero fundamental para lograr una mayor eficiencia y coherencia en la gestión pública y sería una nueva forma de planificar las acciones del estado, su organización, la distribución de los recursos con una inclinación más socialista. A su vez modificaría la visión del Jefe de Estado quien tendría de primera mano, regularmente los insumos sobre los aportes que cada poder público realiza para solucionar esos problemas previamente definidos. Eso se parece mucho a un gobierno socialista, no solo por las políticas, sino por su organización.

Sería necesario, claro está la creación de un Consejo Superior de Gobierno y Planificación, integrado por los Rectores y representantes de los cinco poderes. Su función inicial sería coordinar la implementación del plan de acción nacional, resolver conflictos y garantizar que los objetivos sean alcanzados.

Una nueva forma de organizar el estado, más participativo y una nueva forma de gobernar, que con el tiempo ganará experiencia y ganaremos todos.