Las elecciones el pasado domingo 15 de los jueces de paz creo que constituyo un elemento politico de gran importancia en tanto que movilizo por una parte a la comunidad en sus distintos estamentos y por la otra a las organizaciones políticas que legal e ilegalmente funcionan en nuestro país, dándole más potestad a las organizaciones políticas que funcionan legalmente.
Es que considero que los jueces de paz en Venezuela pueden considerarse un nuevo nivel de autoridad extendido por todo el territorio nacional y su presencia suma a los esfuerzos por consolidar el respeto a la Constitución, a sus leyes, a las instituciones nacionales y a sus representantes, todo dentro de las funciones que a los jueces de paz se le asigna legalmente.
A esto hay que agregar que si bien no son funcionarios públicos tradicionales, ejercerán una función importante en la administración de justicia a nivel local, que estaba desentendida, contribuyendo a vincular las personas y las comunidades con las estructuras administrativas del país.
El hecho que hayan sido elegidos directamente por las comunidades y la población les otorga a los jueces de paz legitimidad democrática que no puede ser escamoteada fácilmente por la derecha de María Corina y sus satélites.
Según la ley que los rige los jueces de paz tienen la autoridad para resolver ciertos tipos de conflictos, como los relacionados con la convivencia vecinal, lo que los convierte en figuras clave en la resolución de problemas a nivel local, podríamos decir a nivel micro, pero que si hacemos una sumatoria de conflictos semejantes en todo el país se escalaría a un nivel macro. Son ellos, es lo que creo, los primeros visualizadores en la modificación agresiva de la convivencia, armonía, concordia, en el vecindario y por lo tanto informar del crecimiento de la intolerancia, antipatía, en esa vida vecinal.
Claro que el fundamento real de los conflictos sociales tiene su origen en las relaciones de producción, en la apropiación de la plusvalía generada, de la riqueza y en su distribución y uso. Ahí se originan los problemas de convivencia social, más allá de la cultura o las costumbres.
Por otra parte se ha tenido la certeza de delimitar sus competencias ley y centrarlos en conflictos de menor complejidad, estableciéndose su función principal en la conciliación y la mediación, más que la imposición de sanciones.
Así que esta nueva figura que se inserta en la configuración de un estado socialista centrado en la participación democrática y protagónica combina elementos de la justicia formal, se coordina con ella e integra la participación ciudadana y la resolución de conflictos a nivel local.
Creo que Hugo Chávez estaría muy satisfecho con esta figura novedosa.