Salvemos a los trabajadores, activos, jubilados y pensionados del sector público

El aumento exorbitante del índice inflacionario (hiperinflación) en Venezuela durante parte del gobierno del Presidente Maduro, no se debió al aumento del salario mínimo ni a la expansión monetaria aplicada por el BCV. El objetivo, cumplido, de dicha expansión fue dinamizar la economía mediante el aumento del poder adquisitivo, evitando el colapso del sistema de pago, como hicieron la mayoría de los países del mundo durante la crisis de la pandemia.

Según la teoría económica, solo habrá inflación si el nuevo dinero aumenta la demanda agregada de bienes y servicio sin que lo haga la oferta agregada.

En el caso venezolano, los factores fundamentales de la hiperinflación fueron la caída de los ingresos por concepto del desplome de los precios de exportación petrolera, la consecuente merma de las reservas internacionales y la depreciación del bolívar, básicamente impulsados por las medidas coercitivas unilaterales y los distintos tipos de bloqueos, incluido el financiero, que todavía arremeten contra Venezuela y su pueblo.

Ante está situación, es necesario destacar que las venezolanas y los venezolanos de a pie, incluida la mayoría de la ya paupérrima clase media, son seres excepcionales, dignos de Ripley. Año tras año, luego de la Siembra de Hugo Chávez, han soportado con un tesón digno de admiración, graves dificultades en su vida cotidiana, hiperinflación, pésimos servicios fundamentales como luz, agua, transporte y aseo, la violencia urbana, la seguridad pública y la corrupción en las instituciones públicas, pero a estas alturas la "cuerda de la paciencia" ya está muy tensa y a punto de reventar. Son los sectores más vulnerables, trabajadores y obreros activos en su gran mayoría del sector público, jubilados y pensionados con un poder adquisitivo paupérrimo, quienes más sufren la crisis económica provocada por sanciones y bloqueos solicitados por el oposicionismo extremista de la derecha, más la ineficiencia de la gestión del Estado, porque "no toda la culpa es de Trump", dijo Maduro alguna vez.

Hoy las condiciones de la economía son muy distintas, el índice inflacionario comenzó a disminuir hasta lograr un control razonable, no sólo por la mejora de los equilibrios macroeconómicos y la mejor coherencia de las políticas fiscal y monetaria, también gracias a cierta expansión de la producción de petróleo y gas, los mayores ingresos por exportaciones no tradicionales, así como por la recuperación de la producción interna de bienes y servicios y el aumento de los flujos de inversión extranjera directa gestionados por el nuevo de ministro de industria, Alex Saab, muy especialmente con algunos países del grupo BRICS.

Es imperativo entonces, que el equipo económico del gabinete presente al Presidente medidas contundentes que permitan lograr un poder adquisitivo suficiente para la población más vulnerable y así satisfacer sus necesidades básicas. Porque "tanto da el cántaro al agua hasta que se rompe".

Al respecto, resulta indispensable implementar medidas microeconómicas que precisen las transacciones de los agentes económicos sector por sector. Examinar detalladamente los precios de los productores e importadores (oferta) y su efecto en los cambios de precios en los consumidores (demanda), especulativos o no.

No se trata de arremeter contra los principios básicos la ley de la oferta y la demanda. De hecho, la microeconomía elabora modelos matemáticos para evaluar los comportamientos de los agentes económicos, individualmente.

Estos modelos solo son efectivos cuando los individuos (agentes económicos), actúan sin hacer trampa. Y no cabe duda que todavía hay quienes 'manipulan' la variables microeconómicas.

En tal sentido, urge que el equipo económico se ocupe de supervisar los índices microeconómicos a fin de lograr un equilibrio que busque el beneficio mutuo de los agentes económicos, y particularmente el de los consumidores.

Se trata de que los factores económicos respondan de forma óptima ante la estrategia de los demás, no solamente para lograr una mejor o mayor ganancia entre los participantes, sino también un mejor resultado para el colectivo, que incluye una razonable rentabilidad para los inversionistas.

La recuperación de los servicios públicos fundamentales, la reactivación del aparato productivo de la nación y del poder adquisitivo de los sectores más vulnerables, mediante un incremento de sueldos y salarios, son las prioridades que debe acometer de inmediato el gobierno para generar un círculo virtuoso que dinamice la economía.

Si un aumento del salario mínimo va ligado a un aumento de ingresos futuros, donde se incluyen los planes de sostenibilidad financiera del Estado y simultáneamente un compromiso de lograr el equilibrio via activos provenientes de la explotación de recursos naturales como petróleo, oro, plata, diamantes, bauxita, coltan, agua... , los cuales existen en Venezuela en abundancia, y a un aumento sostenido de la productividad acompañados de procesos para modernizar la economía, entonces podemos concluir tajantemente, que la creación de dinero no tiene por qué implicar inflación. Pero para ello resulta indispensable generar confianza en la sociedad y en los inversionistas.

Venezuela está entre las primeras quince naciones con la mayor cantidad de reservas minerales. Cuenta con más de 7000 toneladas de reservas de Oro, Plata, Diamante, Hierro, Bauxita, Coltan, Uranio y Torio, además de poseer las tierras raras, que son insumos usados en la industria del "hardware", "software" e infraestructura para transmisión transoceánica de datos.

La extracción de Oro y Diamante es la actividad que se ha convertido en una fuente importantísima de divisas y de ingresos para el estado, con un potencial de unos 2 trillones de dólares de ingresos probables por décadas.

Son recursos adicionales en paralelo a los procesos de completa recuperación de la Industria Petrolera, los cuales ameritan tiempo y complejas negociaciones con inversionistas locales y externos de países aliados, que permitan Seguridad Jurídica y resultados beneficiosos del tipo ganar-ganar, para todas la partes.

No hay tiempo que perder.

 

 

 

 

 



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Omar Marcano

Trabajador jubilado del MPPCTII, Militante del PSUV, Ingeniero Eléctrico (USB, 1976)

 marcanoomarj@gmail.com      @pueblopatriota

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