Hoy, estoy escribiendo sobre el aprovechamiento del negocio del petróleo y el rol de sus refinerías. Venezuela, uno de los países con las mayores reservas de petróleo del mundo, ha basado gran parte de su economía en la explotación y exportación de hidrocarburos. Sin embargo, el aprovechamiento de este recurso ha estado marcado por una combinación de oportunidades perdidas, mala gestión y corrupción a granel. Las refinerías venezolanas han jugado un papel crucial en el procesamiento del crudo pesado que caracteriza al país, pero su infraestructura ha sido víctima de anos de negligencia. Debido a eso, el poco y pobre proceso de refinación del petróleo en Venezuela se centra principalmente en la conversión de crudo pesado y extrapesado en productos refinados como gasolina, diésel, asfalto y aceites nafténicos: "Vamos bien, pero estamos mal".
Estos tipos de crudos requieren refinerías especializadas debido a sus alta densidad y contenido de azufre. Las principales instalaciones de refinación están ubicadas en el Complejo refinador de Paraguaná (CRP). Curiosamente, en el occidente del país no hay petróleo pesado ni extrapesado. Yo veo que el chavismo en 26 años no se les ocurrió la idea de abrir tres refinerías más de esta envergadura en el sur de Guárico, Anzoátegui y Monagas, si, muy cerquita de la faja donde están dichos crudos y desde donde se puede usar el rio Orinoco para la exportación de sus derivados. No pues, paisano, debemos construir un oleoducto hasta Paraguaná para ello. Repito, preguntémonos ¿y dónde están las del estado Guárico, Anzoátegui y Monagas? El CRP es uno de los más grandes del mundo, y si se le suma otras refinerías como Cardón y el Palito vemos lo importante de estas refinerías en la actualidad, pero su mantenimiento es negligente. La falta de inversión en mantenimiento y tecnología ha llevado a una disminución significativa de la capacidad de refinación. Por ejemplo, en 2018, la producción promedio anual de petróleo en Venezuela fua apenas de 1.34 millones de barriles por día, un nivel alarmantemente bajo en comparación con su potencial. Esto, ha obligado al país a depender de importaciones de combustibles refinados, incluso teniendo las mayores reservas de petróleo del mundo.
Por otra parte, si hablamos de las inversiones internacionales en el negocio del petróleo venezolano, vemos, que históricamente, Venezuela ha intentado expandir su influencia en el negocio petrolero global mediante inversiones en refinerías y proyectos conjuntos en otros países. A partir de 1970 y 1980 PDVSA estableció alianzas "estratégicas" con empresas internacionales para procesar el crudo venezolano en mercados clave como EE.UU., Europa y Asia. Estas inversiones permitieron a Venezuela asegurar mercados estables para su producción y sus ingresos, nada más. Antes de las sanciones impuestas en 2017, EE.UU., era el principal destino del petróleo venezolano. Refinerías como las de Citgo, propiedad de PDVSA, procesaban grandes volúmenes de crudo pesado venezolano. Por otra parte, con la imposición de sanciones, Venezuela redirigió sus exportaciones hacia China e India, donde las refinerías están equipadas para procesar crudo pesado. Estos países se han convertido en socios clave, aunque las transacciones han estado limitadas por la falta de diluyentes necesarios para procesar el petróleo extrapesado. ¡Ojo al tambor!, y en menor medida, algunas refinerías europeas también han procesado petróleo venezolano, especialmente durante períodos de alivio de sanciones temporales. Por eso vemos que la evolución de estas inversiones ha sido inconsistente, afectada por factores como las sanciones internacionales, la falta de capital y la corrupción interna. La dependencia de socios externos ha dejado a Venezuela vulnerable frente a fluctuaciones geopolíticas y económicas. Pero nuestro Bocón, hace una oferta: "Vengan todos, Venezuela está abierta para recibir inversiones en el negocio petrolero". En 26 años no han podido crear otra refinería, en 26 años no ha podido crear nuevos derivados, solo sacar y vender. ¿Qué nos dice esto? Que carecemos de científicos y tecnología para procesar nuestro petróleo pesado y extrapesado. Nos dormimos en los Samanes, en 26 años. Neeeglliiiiigggeeeeennnnccciiiiiaaaaa…! Pasa lo mismo con el oro, vendemos el material puro, pero no sus derivados. Continuamos con las mismas políticas de la 4 República. ¿Dónde está la revolución?
Volviendo al Bocón de nuestro terruño, ayer invita al mundo a que avoquen en el negocio petrolero de Venezuela, cuando lo que debe decir es que va por la creación de más empresas públicas o privadas, mixtas o colectivas, que va ampliar el aparato industrial del país, que habrá inversiones "Aguas abajo" para la creación de más medianas y pequeñas industrias o empresas de servicios. Haciendo 3 refinerías: una en Guárico, otra en Anzoátegui y otra en Monagas donde se procesarían al menos 900 mil barril/día, más otros Criogénico en Sucre, se crearían más de un millón de nuevos empleos directos y casi otro millón más en empleos indirectos, y las exportaciones aumentarían con sustancialmente. Bueno, la verdad es qué nos tomaríamos otros 26 años de revolución para lograrlo, al ritmo que va el bocón nuestro, no lo creo, si no lo hicieron cuando había abundancia, cómo lo podrán ahora. crece. Mientras, por el norte el otro Bocón dice y cumple, aunque recule o retroceda, aunque diga hoy una cosa y mañana otro. Pero en el fondo va logrando lo que busca, va perfilando el objetivo, el fin y la meta, y sin miedo.
En definitiva, entre el Petróleo y en Bocón nos espera un follón, es verdad que el negocio del petróleo en Venezuela ha sido subutilizado debido a la mala gestión, la corrupción y las sanciones internacionales. Sin embargo, el país posee un potencial inmenso gracias a sus vastas reservas de petróleo y gas. Lo que se necesita es hablar menos y hacer más. Para aprovechar este potencial, es necesario invertir en infraestructura, modernizar las refinerías y diversificar los mercados de exportación. En el futuro inmediato, con reformas adecuadas, Venezuela podría aumentar su producción a 2 millones de barriles por día (la idea es llevar la producción a 10 millones de barriles/día), generando ingresos significativos que podrían ser utilizados para reconstruir su economía y mejorar la calidad de vida de su población.
A esta revolución le hace falta más gasolina, se prende o arranca (en el buen sentido de la palabra), porque esta revolución ha creado tantos motores que todos se funden: hay delincuencia, corrupción, inflación, devaluación, especulación, a jurar y conjurar: "El que mucho habla, mucho yerra." Cuánto deseo decir: "El que tiene verbo, abre puertas." Por el bien de todos los paisanos, ósea: país- sano.