Capuletos y Montescos beben agua de un espejo pero mean

El pensamiento fascista domina el mundo de las comunicaciones y prevalece como una plaga y el que no lo vido que lo vengavé; en cambio el pensamiento progresista, en contraposición, es abrumadoramente menor y diría yo que es casi imperceptible en esa arena pero, sin tenguerengue, eso sí.

Hace poco, cual Montesco, Camello pareció no aguantar su impulsividad para de manera torpe dedicarle en red una dramática manifestación de adherencia a Macabra Capuleto, algo suicida —pienso yo— para alguien que sienta una ñinga de respeto por sí mismo, dado de lo que se trata; ¿daño colateral a ella también?, ¡por algo ha de haber sido ese deliberado riesgo, ¿ambición dineraria?, se han visto casos!

En la guerra tú no debes permitir que sea el enemigo quien lleve noticias a tu gente; y estamos en guerra; Camello Montesco y Macabra Capuleto al fin y al cabo no son siquiera perros de presa, o ser respectivamente Camello de Pavlov y encantada serpiente, no que no, sólo parecen ser simples briznas, pero tampoco obviemos traer a colación que la resistencia de una cadena la determina el más débil de sus eslabones y si usted no puede o no le conviene atacar de lleno la cabeza del enemigo, rompa la cadena que algo es algo.

Teatro, puro teatro, teatro de operaciones psicológicas es lo que es esa yunta; pero una falacia persuasiva por insustancial que parezca no deja de ser un foco de infección y para bien o para mal de lo pequeño nace lo grande, agua derramada es gua derramada.

Ignoro si McLuhan tuvo razón de peso para considerar que "...el medio es el mensaje…" pero de lo que sí estoy seguro es de que cualquier sarta de bulos es una falta de respeto del que parloteclea no solamente contra su objetivo sino contra el medio, contra el editor que le publica.

Es absurdo que un irresponsable escribidor haga malabarismos para tratar de que la realidad se adapte a su caprichosa descripción en lugar de lo contrario, de que su descripción se adapte a la realidad.

La realidad tiene partes, es heterogénea por naturaleza y la mar subjetiva, ni pizca de objetiva porque el sujeto es subjetivo, objetiva es una piedra pero en tanto que objeto no piensa y de ahí que a lo más que podemos llegar es a aproximaciones de la realidad cualquiera sea ésta. Nadie se las sabe todas, nadie observará todas las aristas de la realidad y si uno se fanatiza por una parte o por partes de la realidad sin tomar en cuenta que siempre hay algo de esa realidad que no alcanzamos a ver, entonces se puede afirmar que se está parcializado, ¿quién no?; anjá, de ahí lo de que todo son aproximaciones pero algunos se las dan de sapos rabudos, de ranas peludas, de camellos rumiantes, de cobardes intolerantes y eso es plooomoooo contra Chávez pero tratando de poner a Maduro de mampara.

Es una falacia, una contradicción y una cobardía injustificable hacerse llamar chavista y a la vez atacar con reiterada endemoniada ferocidad a Maduro a sabiendas de que el Comandante Chávez le encomendó al pueblo venezolano, con expreso relieve, con sobresaliente énfasis, que hiciésemos Presidente de Venezuela a Maduro. Acepto que el granuja de marras, Camello rumiante de odio visceral ataque a Maduro pero le pido a ese sujeto que respete la memoria del Comandante Chávez porque lo que el susodicho falaz pretende a escondidas hacer ver con subterfugios chimbos es dar a entender, entre líneas, que el Comandante Chávez se equivocó cediéndole el testigo a Maduro y sucede todo lo contrario porque Maduro ha tenido una performance trascendente que a la cochina envidia le pica sin disimulo pero ese despilfarro lo pagaran con el fokinyet; Camello y otros y otras no menos sinvergüenzos y sinvergüenzas van a tener que apretar duro ese bicho en caso de que aquí se desborden las pasiones que ellos atizan afortunadamente sin éxito porque el pueblo está saturado de agresiones y podría hacerse como río en conuco, que arrasa con todo y eso hay que evitarlo a toda costa porque la paz debe beneficiar a todos e inclusive a los citados conspiradores terroristas, Capuletos y Montescos principalmente.

Además, Camello menosprecia al pueblo que ratificó a Maduro y por eso Camello también ataca por mampuesto a ese pueblo digno y determinado que somos.

Y no es que, en mi caso, yo apruebe todo lo que hace Maduro, pero Maduro es un gran Presidente, eso para despecho de tantos sinvergüenzas como el referido Montesco, converso jurado enemigo de Chávez pero le faltan bolas para admitirlo y ganando indulgencias con escapulario ajeno pretende pasar agachado, pero ¡yo te aviso, chirulí!

Camello y Macabra parecen estar enfermos de irrealidades, beben agua de un espejo que se inventan, y mean; pueden así beberse quinientos botellones cada cual y mear una tacita; odio es lo que consumen y gotitas lo que destilan, viven inflados creyendo ser mucho pero terminaron por no ser nada, acaso briznas.

Valga el símil, están inflados de odios viscerales pero lo que vomitan es acaso, comparativamente, insignificancias. Enfermos incurables son.

Camello nunca trata de informar sino de convencer a los lectores pero esgrimiendo una objetividad sin pruebas.

En la comunicación falaz es fácilmente observable, porque es lo primero que reluce, el condicionamiento primario; reitero que eso es altamente visible a vuelo de pájaro pero es indispensable ir más a fondo para tratar de indagar los efectos profundos en la consciencia y que a simple vista no son observables; es que unas son de cal y otras son de arena, usted escarba opiniones que parecen serias y se encuentra con un basurero de ideas chimbas, sin fundamento, sin rigor, y si usted no apela a la duda y deja de ser esponja, se empatuca.

Ha de saberse que la manera de dar la información o una opinión influye o puede influir decisivamente en el ánimo de quien la recibe y aún cuando las mayorías populares acá en Venezuela Bolivariana y chavista andan con el ojo pelao no es coba que opinadores, periodistas y editores pueden golpear las expectativas de buena parte de la población, sean tales expectativas positivas o negativas, y desencadenar sensaciones de confianza o de desconfianza respecto a determinada información.

De ahí que sugiero a quienes tengan la misión de informar, de opinar, de meter la cuchara, que lo ético es que no se dejen llevar por la tentación de manipular la información.



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Guillermo Guzmán


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