¿Otra vez?

Como revolucionario se que lo sustantivo es hacer la revolución.
Nunca, pues, me he dejado sorprender por posiciones luminosas y preclaras
vengan de donde hayan venido estas. La posición ideológica debe ser tan
firme como para saber cuando las aguas permiten un respiro y cuando hay que
ser "sagaces como serpientes" Jesús dixi. La fidelidad invariablemente no
puede reposar en posiciones de moda o en personas, sino en la misión
revolucionaria: conquistar un mundo de paz y justicia para los
desheredados de este mundo, para el pueblo de Dios.

Al modo del poeta, "la experiencia y la luz del entendimiento me hace
ser muy comedido", fíjense compatriotas como la radicalización necesaria de
los procesos y el fundamento real del proceso va dejando cadáveres
insepultos en el camino, como va quedando el campo minado de odios
mellizales, que son los peores odios. Al modo de quinceañera de provincia
vamos alcanzando la madurez ideológica al costo de jirones del alma. ¿Cuánto
daño no nos ha hecho y continuará haciéndonos el haber "creido"¿? en los
pequeños burgueses, amantes del verbo fuerte y portadores del sarampión
revolucionarista? ¿Debo empezar a enumerar?: Arias, Urdaneta, Miquelena,
Olavarría, Arcaya..... No es necesario, ¿verdad?.

El verdadero revolucionario tiene que saber esto. Tiene que saber que
hay gente que nos acompañará sólo una parte del camino. Y no porque son
traidores genéticamente, -que algunos lo son- sino, especialmente, porque la
idea del proceso revolucionario que poseen tiene, -como el de todo el mundo-
unos límites, y no es bueno maldecir al compañero de trochas porque en un
momento dado no vuelan. Demos gracias a Dios que nos brindó esa compañía en
unas etapas del camino, y demos gracias a Dios que nos concedió unos
muñoncitos en lo omóplatos de donde quizás salgan alas. ¿Habría el
Comandante alcanzado, en su laberinto, la madurez que hoy posee y la que
posee el movimiento sin el concurso de estos traidores? Creo que no. Saben
que no. Lo que no puede, ni el proceso ni sus revolucionarios es aprender
esto de desencanto en desencanto. Porque se debe ser muy fuerte para no
salir herido de estas situaciones. No así, si se dispone de una base
ideológica sólida capaz de rogar a Dios por el compañero para que siga con
nosotros, pero no permitir que haga daño si, por limitaciones, pone en
peligro el objetivo revolucionario.

Como historiador especialmente comprometido con la luminosidad
dialéctica del pensamiento bolivariano, siempre me han parecido igualmente
nocivas las adhesiones entusiastas o las condenas apresuradas. Si se
detienen a mirar desde el balcón de la sindéresis, verán como fueron útiles,
hermosamente útiles, los Mariño, los Páez, etc., fueron radicalmente
patriotas y valiosos, pero cuando Mariño sintió que su pueblo (el de
oriente) había sido liberado, y Páez que su nación (Venezuela) había sido
liberada, el americano más grande que ha parido una madre: Simón Bolívar,
sentía bajo y entre sus piernas el costillar de Rocinante, y la urgencia de
salir a combatir por la patria bonita. Una patria bonita que es Oriente, y
los llanos, y Venezuela con sus costas y sus mares, y la Nueva Granada, y
Ecuador, y.. América Latina toda.

En los años en que otro majadero le decía a un intoxicado soldado:
"Míreme a los ojos coño, que Ud., va a matar un hombre" había una letra de
canción revolucionaria que al referirse a Bolivar decía: Primero fue
caraqueño, y después venezolano, para luego darse cuenta que era
latinoamericano. Ese es el problema, no son traidores per se, la revolución y
el hombre les quedó grande y punto.

Pues bien, o estoy perdiendo el olfato o se vienen nubarrones. Y como
el olfato lo tengo a millón, las lectura de las condiciones me dice que se
nos viene tormenta. ¿Y?, eso puede acabar con el voluntarista, la tormenta
ahogará a los despistados, pero la tormenta trae agua y el agua canalizada
es buena, es fecunda, y lava de sucio el rostro de la tierra.

No puede la revolución bonita depender de la fidelidad de fulano o de
zutano. Hay que ir más allá con paso firme. ¿De donde saltará el siguiente
traidor? No lo se, pero las actitudes necias de los enemigos proporcionan
signos inequívocos de que preparan otro intento. Veamos.

1) El dossier que nos llegó a todos de una Comisión de la Coordinadora
CA-CA-CA-CA, están siendo seguido con la maestría de pieza de orquesta.

2) Hoy, 5 de Septiembre, han empezado a delatarse ellos mismos. (Si
unos necios así nos derrotan merecemos el peor castigo). En un programa de
la vieja fea y reaccionaria del 10, el mentecato de Carlos Ortega, daba
fechas y términos para "salir de una vez de esto"

3) Teodoro en Globovisión señaló en términos muy periodísticos el fin
del proceso.

4) Kilo al mediodía presentó a Gustavo García que señalaba con pelos y
señales como se habían equivocado con Carmona, pero como ahora no se
equivocarían.

5) El Dr. Chaffardet, abogado del militar más cómico que yo he visto
en mi vida, Rojas Pérez, señaló que el clima se estaba acercando para soltar
un video bomba. Al punto de que cuando la inocente periodistita, linda ella,
le advertía si hablar así no le traería problemas, y el señaló "no chica a
este gobierno le quedan horas"

No creo necesario compatriotas señalarles más signos. Uds., los están
viendo igual que yo. Pero, a modo del hombre de la Mulera, aquí cabe decir:
"Ah, rigors.tanta gallina cacareando." En otras palabras, vamos a inundar el
Tribunal Supremo de Justicia, la Defensoría del Pueblo, la ONU y la que no
se ha inventado todavía con demandas y amparos de todo tipo. Vamos a pasar
al ataque, con las mismas armas que ellos manejan. Vamos a hacerles
ruido.¿No vieron acaso el descaro de la alcaldesa Carriles introducir un
amparo porque el canal 8 sacó un video que había sido editado?. Vamos a
caerle en cayapa con demandas por violaciones de los derechos humanos,
contra policías, televisoras, y los que sean, para que tomen un poquito de
su sopa. Todo lo que tenemos que hacer es tener la cédula y presentarse a
demandar justicia.


Hay que hacer algo que no represente la respuesta que ellos esperan.
El palo se da, no se avisa.

Josué Martin Guedez


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Josué Martin Guedez


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