La verdad de las cosas es cuando uno las siente y las padece. Al principio de la suspensión de mi programa, creí inocentemente que pronto se arreglarían las cosas, bajo el enetndimiento que fue una decisión desacertada. Entiendo ahora, que la llamada de la Directora de Radio Nacional de Venezuela y la propuesta de un comunicado conjunto, fue para ganar tiempo y que que las cosas se enfriaran y pasaran a un segundo plano. La solidariadad numerosa en este medio, en la calle y en foros es extraordinaria. Por otra parte, aúnque ha habido apoyo de personalidades y algunos ministros, pareciera que no existe quien dé una orden definitiva; siempre volvemos a lo mismo, igual que en la IV República. Se burlan de la gente del pueblo.
Con respecto a mi, no me importa. Durante años fui vilipendiado y jamás creí que en el seno de la revolución, hubiera gente de la misma calaña e intenciones malsanas, que se rinden ante una orden por miedo a perder su posición o cargo. Internamente, la casi totalidad, se lava las manos para conservar sus espacios y la publicidad inherente a ellos. Que tristeza y que rabia, cuando hay compatriotas que se detienen tan solo un momento a preguntarse, si el programa de Rafael Febles tenía contenido o solo esencia informativa y repetitiva. El deseo de protagonismo oscurece la solidaridad. Como es posible que personas como David Paradisini y el el Prof. Arenas, se refieran a mi caso de manera marginal. Quiero decirles, que el único que me ha llamado, al menos para conocer mi versión, es Francisco Pérez. Al menos los hizo, pero hasta ahí.
Yo no soy político, por tanto no me muevo en esas arenas. Yo no soy nadie para procurar que la gente emprenda lo que tenga que emprender para que vuelva al programa. Aunque estoy luchando hasta donde puedo, siento que no se perdió el mensaje que durante varios años se le dio a todos ustedes. No solo de economía vive el hombre, por tanto mi mensaje fue integral y, sobremanera en las crisis de Abril y Diciembre con el Paro Petrolero. No lo digo por vanidad; si no por las comunicaciones recibidas de solidaridad. Seguiré siendo revolucionario hasta los tuétanos, pero no seguiré luchando, por ahora, para que otros se lucren y aprovechen de las bondades del proceso. Al menos en el terreno de la radio.
Por último les digo que siento un enorme peso en mi pecho y corazón, que no ha sido resarcido por la directiva y moderadores de RNV, aún cuando siento la satisfacción de haber recibido muestras de solidaridad por los trabajadores más humildes de la radio y no se cuantos oyentes y luchadores, a quienes les debo mi disculpa por no estar al frente de los micrófonos.
Rafael Febles Fajardo