La realización de la Copa América 2007 es uno de los hechos más noticiosos para el ejercito de consumidores de noticias sobre la Venezuela Bolivariana en el mundo de hoy, por consiguiente su trascendencia es considerable, más si tomamos en cuenta que ella se realizará en un país que hace rato viene transitando su propio camino a contracorriente de los mandatos de la primera potencia mundial, de los designios del señor Busch y de sus socios afanados a lo interno del país. Por ello alertamos a tomar en cuenta el estado de disociación que acompaña día y noche a quienes dirigen a la oposición golpista, todo lo cual constituye un peligroso aditivo que como mínimo ha de prender todas las alertas sin que ello nos agüee la gran fiesta futbolística. Por otra parte es evidente la extensión del escenario en el cual se desarrollará este evento que cubre prácticamente toda la geografía nacional: estadios, hoteles, centros de entretenimientos, plazas, sitios turísticos, teatros, en fin toda el alma, sangre, cerebro, cuerpo y espíritu de la nación venezolana.
Una simple combinación de estos factores indica, que toda la inteligencia de Estado combinada parece tímida en una escena como la descrita. Más cuando se sabe que dentro del plan de desestabilización de los sujetos que ustedes intuyen, está estirar al máximo el poquito oxígeno que les ha dado la utilización de los estudiantes universitarios, con el fin de contar con un ambiente óptimo para la realización de actos "democráticos" y "valientes", esto es vandalismo al mejor estilo de estos novísimos demócratas, en el marco del acontecimiento programado. Recordemos, nos estamos refiriendo a los mismos sujetos, con otras caras y diferentes edades que durante el paro criminal petrolero le incendiaron la camioneta -medio para el sustento de su familia y parte de su propio cuerpo- a un sencillo hombre del pueblo venezolano en el centro del país; similares a aquellos que impidieron la atención a tiempo de un niño gravemente lesionado en el Táchira y que termina muriendo por falta de asistencia médica; son gemelos, amigos o compinches de aquel que pretendió violar con un palo a la joven mujer policía en Mérida; casi los mismos que atravesaron los buques petroleros en el lago de Maracaibo; son individualidades similares a quienes asesinaron a los soldados y la muchacha de plaza Altamira en fin, son robots dispuestos a responder al mandato de aquellas mentes perversas que produjeron los muertos en puente Llaguno.
Sin embargo y muy a pesar de lo inventariado, un talante sigue haciendo peso en el proceso que vive la Venezuela actual: la férrea alianza entre Chávez y el pueblo, la confianza y credibilidad que éste tiene en aquel, ese encuentro con bastos sectores populares; alegría y convencimiento sembrado en los campos y ciudades de este país, coloreando rostros de optimismo a pesar de actos de corrupción, ineficacia o despotismo que nos recuerda que la cuarta república no ha muerto. No olvidemos que este pueblo presto a disfrutar su copa América es el mismo de aquel glorioso 13 de abril: la misma muchachada de Caracas, Valencia, Maracaibo, Mérida, oriente y demás regiones, ciudades y pueblos enfrentando con dignidad y nobleza aquel largo y penoso paro criminal petrolero. Y lo que es más, si acaso ha existido cambio en ese conglomerado político-social bolivariano ha sido para mejor, para comprender que la tarea para asegurar el futuro de sus muchachos y de los muchachos de éstos, es mucho más difícil y exigente, que no es un camino de rosas, pero es la trocha más directa para alcanzar la máxima felicidad de aquellos que están por venir.
A esa corriente de luchas y compromisos, además de los cuerpos de seguridad constituidos, debe dirigirse un llamado de alerta y depositar en todos un gesto de confianza para que sigan siendo ojos, oídos, susurro, voz, pensamiento o grito de alerta conciente en la aseguración de la paz, alegría y convivencia en el marco del magno evento mencionado. Hay que ir una vez más a visitar a María, allá en la punta del cerro y al viejo Alberto, en el fondo de la quebrada, para recordarles sus importantes roles, él como chofer de un destacado conspirador y ella como cocinera de la niña bien abocada a conspirar; a Enrique, el que sirve café en la sala de prensa de la planta televisora golpista. Hay que ir a donde todos los Alberto, María y Enrique en sus papeles de maestros, jardineros, mensajeros, peluqueras, vigilantes, carniceros, dentista, médico, obrero del estadio o trabajador del centro comercial, vendedor ambulante de la playa o de la autopista, en fin… a esa multitud que administra el buen sentido común, la paciente observancia, la verificación del dato, la sistematización de la información, la acertada comunicación de lo detectado, así como la urgencia en garantizar la prevención, control social, paz y armonía que tanto se necesita cada vez que la conspiración se empeña en desatar demonios.
Pero esa labor requiere también de una dinámica de red con puntos de referencias, teléfonos y direcciones de oficinas del gobierno central, gobernaciones y alcaldías que faciliten la respuesta temprana. Es ineludible que desde ya, por vía de los medios de comunicación de masas se den orientaciones sobre cómo actuar ante situaciones sospechosas, a donde acudir con la noticia o evidencia, en fin, que se logre el objetivo principal, disuadir a los disociados de la ejecución de cualquier locura y en segundo lugar, lograr detectar a tiempo sus planes. Es muy importante que el disgregado que proyecta y planifica sus criminales acciones sepa que a su lado, ese mismo que le acaba de entregar la encomienda, es uno más de la extensa red popular que antes de entregársela ha informado a las instancias correspondientes; que sepan ellos que en el propio estadio son muchos más las personas prestas a controlarlo que a seguirlos en su bandolerismo; en fin, que así como ellos no paran en sus acciones contra el futuro de este país, que este país tampoco se dé pausa en la vigilancia y control sobre estos manganzones.
Es importante sumar a esta jornada a los medios de comunicación alternativa, a las organizaciones partidistas, de masa, de mujeres, de la tercera edad, negros, feministas, gay, deportivas, de jóvenes y culturales que apoyan el proceso. De igual modo, es necesario que en cada institución pública se reflexione abiertamente sobre esta temática. En síntesis, es de trascendental valor, aprovechar este gran evento para realizar un grande ejercicio nacional en algo donde casi todas las sociedades presentan debilidades: el uso de la inteligencia social y/o popular para la cualificación de la participación sistémica de sus integrantes, sobretodo de las grandes mayorías.
El tamaño de esta tarea es similar a su meta inmediata: prever cualquier acto demencial de esta oposición descarriada y demostrar una vez más que el obstáculo fundamental, en el camino de fechorías del fascismo oposicionista encompinchado con el imperio, no es solo Chávez y su gobierno sino todo un pueblo dispuesto a andar con dignidad y soberanía bolivariana.
SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO