Reflexiones sobre el Area de Libre Comercio de América (ALCA)

Desde mediados del siglo XIX, la hegemonía norteamericana sobre el continente fue continua e indiscutible. Aunque denunciada una y otra vez por los latinoamericanos, la Doctrina Monroe fue la expresión de esa realidad. Los problemas de nuestros países han sido: la dependencia económica, política e intelectual del exterior; las inicuas desigualdades sociales, la pobreza extrema al lado de la riqueza y el despilfarro, la ausencia de libertades públicas, la represión, el militarismo, la inestabilidad de las instituciones, el desorden, la demagogia, las mitomanías, la elocuencia hueca, la mentira y sus máscaras, la corrupción, el arcaísmo de las actitudes morales, el retardo en las ciencias y las tecnologías, la intolerancia en materia de opiniones, creencias y costumbres. (Octavio Paz, 1982)

Esta larga cita del premio Nóbel de literatura, intelectual que se movió en el campo de la izquierda y la derecha, pero que en sus últimos años se identificó plenamente con la modernidad y el neoliberalismo capitalista, describe con amplitud y claridad algunos de los problemas esenciales que ha sufrido nuestro continente, los mismos que se convirtieron en rémoras u obstáculos que impidieron y aun frenan los avances de nuestros pueblos. Pero también apunta el escritor el papel jugado por el imperio norteamericano para asegurarse del dominio de los pueblos de la región mediante doctrinas u organismos que ellos mismos crean y ponen bajo su control. Dentro de este contexto está el ALCA.

El ALCA (Área de Libre Comercio de América) -así como el Tratado de Libre Comercio (TLC), el Plan Puebla Panamá (PPP) y el Plan Colombia (PC)- es la punta de lanza del capital internacional, particularmente estadounidense, para saquear las riquezas de los pueblos americanos. Es un proyecto pensado y planeado en Washington con un doble planteamiento: anunciar grandes y novedosos planes económicos que prometen aplicar en la zona y, al mismo tiempo, garantizarlos con los ejércitos del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) de cada país, instruidos y armados por el Pentágono yanqui, cuya misión será proteger la aplicación de dichos planes.

Como reacción frente a esa estrategia de los capitales internacionales para adueñarse económica y militarmente de nuestra región, los pobres y miserables del mundo, particularmente los pueblos de América Latina, están librando una gran batalla contra el capitalismo mundial liderado por los EEUU. Usando diversas formas de lucha, tales como tomas de calles e instituciones, ocupación de tierras, bloqueos de carreteras mediante piquetes, huelgas generales e incluso la lucha armada, los pueblos de América buscan desesperadamente defenderse de sus históricos enemigos de clase, así como reivindicar sus derechos como seres humanos.

El ALCA, como es evidente ahora con el TLC, que legaliza la política de multimillonarias ganancias de las empresas norteamericanas, busca destruir las pequeñas economías agrarias campesinas así como apropiarse de los extensos territorios de la región, cuyos recursos naturales como el petróleo, el agua, los bosques, etc., han proporcionado sustento a millones de humildes pobladores.

Las negociaciones para integrar un Área de Libre Comercio en las América (ALCA) con los 34 países del continente –excepto Cuba- están muy avanzadas y en una etapa crucial. Se han realizado tres llamadas Cumbres de las Américas: en 1994 se realizó la cumbre de fundación en Miami a raíz de los éxitos de Tratado de Libre Comercio; la segunda reunión se realizó en Chile cuatro años después y la tercera cumbre de las Américas se reunió en Québec, Canadá. En ellas los presidentes han revisado documentos y compromisos que los obligan a concluir las negociaciones a más tardar en el 2005.

Iberoamérica cuenta con una población de más de 800 millones de personas y un tercio del producto bruto mundial; con esa base el ALCA pretende ser la mayor zona libre de comercio en el mundo. Basta decir que en 1999 se realizaron compras por 1.5 billones de dólares (un billón equivale a un millón de millones) Con ese poder los EEUU pretenden dominar una zona que sería la más poderosa del mundo frente al Mercado Común Europeo, Japón o China. Sin embargo la deuda externa de los países que están al sur del Río Bravo ascendía a 792 mil millones de dólares y por esos préstamos en ese año (1999) se pagaron en intereses 123 mil millones de dólares.

No hay ninguna duda de que el ALCA se convierte así en una pieza clave para fortalecer la posición de los Estados Unidos en el concierto internacional, principalmente en contra de la Unión Europea, el G7, Japón y China. De una parte unirá a 34 países –de los 134 que integran la Organización Mundial del Comercio (OMC)- en una posición común hegemonizada por EEUU; de otra, pondrá en práctica para todo el hemisferio las propuestas que han encontrado obstáculos en la Organización Mundial de Comercio (OMC) y otros acuerdos.. EEUU cuenta con el éxito del ALCA para mantener la dominación de su sector corporativo en la región y por eso está poniendo todo para conseguir la firma en el año 2005.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) América Latina es la región más desigual del mundo. A pesar de que África es más pobre, los latinoamericanos reportan la peor distribución del ingreso. Sólo el 5 por ciento de la población con mayor capacidad adquisitiva concentra 25 % del ingreso nacional, mientras el 30 por ciento –que constituye el sector social más pobre- tiene el7.5%. (La Jornada 3/II/03)

¿Cuál es el interés expreso de los EEUU para imponer el ALCA?

-1) Eliminar las regulaciones estatales en beneficio de los intereses privados de las empresas.

-2) Tener libre acceso a mercados acabando con las restricciones y la regulación de los gobiernos que mantienen barreras técnicas al comercio: los estándares ambientales, laborales y sociales, la prestación de servicios públicos, la aplicación de subsidios internos y las compras gubernamentales.

-3) El retiro completo de los estados nacionales de la actividad económica.

-4) una total eliminación de barreras a la circulación de capitales y,

-5) la renuncia de los gobiernos a aplicar regulaciones y leyes que afecten la actividad de las empresas, incluso de aquellas altamente contaminantes, constituyen los pilares de un área continental de libre comercio. (Ver La Jornada.20 y 21/IV/01)

Argentina, el país más destruido económicamente por los poderosos capitales internacionales manejados por el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) es hoy un interesante experimento en las luchas de masas de América Latina; sin embargo, los triunfos electorales de Chávez en Venezuela, de Lula en Brasil y de Gutiérrez en Ecuador –junto con el pueblo y gobierno cubano- pueden convertirse en una fuerza de oposición al saqueo mundial que representa el ALCA.

Por eso desde el Encuentro Hemisférico de Lucha contra el ALCA que hace varios meses se realizó en Cuba, Evo Morales, el líder cocalero que disputó con fuerza la presidencia de Bolivia, hizo un llamado a Lula, a Lucio Gutiérrez y a Hugo Chávez, a respetar el pensamiento y el sentimiento de los pueblos de América Latina; fundamentalmente a cumplir con las promesas electorales, a que las políticas económicas no estén sometidas a las trasnacionales.

En las últimas semanas los presidentes de Brasil y Venezuela, Inacio Lula y Hugo Chávez, respectivamente, han promovido reuniones del MERCOSUR –al que pertenecen Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay- y del Pacto Andino que agrupa a Venezuela, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, con el fin de fortalecer acuerdos que permitan alcanzar fuerza ante la presencia avasalladora del ALCA; aunque también, dado el carácter de las oligarquías que representan la mayoría de esos gobiernos, esas reuniones pueden ser muy útiles para el imperio yanqui en su búsqueda por allanar el camino del ALCA.

Se sabe que gobiernos peleles como el de México, Colombia, Chile, Uruguay, Dominicana, Guatemala, Panamá, etc., endeudados hasta el cuello y comprometidos con los intereses norteamericanos, no podrán abrir la boca; pero los pueblos de esos países usarán todos los medios para defenderse, tanto en las calles como el pueblo argentino o, incluso, por la vía armada tal como lo hacen las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional de Colombia. Chile convalidó, finalmente, el modelo a seguir en América del Sur y el papel divisionista que las oligarquías del país andino jugaron Por último hay que decir que la puesta en marcha del ALCA, un proyecto impulsado por Washington ha profundizado las ambiciones de los grandes grupos internacionales que se han puesto a disputar la ciudad sede. Según el alcalde Alex Penelas, Miami es la sede idónea, es la capital de los negocios de las Américas. Alberga 2.100 compañías multinacionales, 25 oficinas de comercio internacional, 40 cámaras de comercio binacionales, y una de las mayores concentraciones de bancos de Estados Unidos. Además, más de la mitad del comercio exterior estadounidense con América Latina y el Caribe fluye a través de Miami.


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Pedro Echeverría V. - Rebelion.org


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