Descanse en Paz, Cardenal

El Cardenal Velasco murió, ¡Viva el Cardenal Velasco! Esta pareciera ser la consigna de los canales golpistas. Sobre todo los amigos de Globovisión, que una vez más desempolvan la bandita negra de luto y pretenden tomar partido de un nuevo muerto, esta vez sin un tiro y con conexiones divinas. Si algo hay que reconocerle a Ravell, es esa perseverancia para ubicar las oportunidades de conflicto y el olfato para sacarle partido a un cáncer terminal. Ha contratado a personajes que no tienen ningún remilgo para aprovecharse de esos “oportunos” decesos y convertirlos en bandera desestabilizadora; no sería de extrañar que hicieran un especial con las opiniones del Cardenal Velasco sobre la Ley de Contenidos e impedirle al prelado su pase a retiro. Esa es la moda actual y no dejarán que el cadáver se enfríe para aprovecharlo.

Para nadie es un secreto y no es una falta de respeto al Cardenal fallecido, que su posición ante el Golpe de Abril y la coronación de Carmona I, fue de absoluta adhesión a los golpistas. Esto lo convierte en una imagen que puede ser explotada por lo medios de comunicación privados. Y es que su Eminencia, no pudo haber ignorado esto. Quizás, muy en el fondo, cuando tenemos que rendir cuentas de nuestros errores y nos encontramos a la muerte de frente, sería lógico pedir no ser utilizado para esos menesteres que aprobamos en vida y a los que conocimos su inclinación hipócrita. Es probable que el Cardenal Velasco así lo haya expresado antes de morir; más por conocer las entrañas del monstruo que por ser justo con sus ideas. El, más que nadie, sabía de las patrañas de los medios. Sin embargo, el ser humano no se resigna a morir y que el cuerpo cumpla su ciclo de autodestrucción; el ser humano necesita trascender y cuando se han cometido tantos errores, terminamos cediendo el paso y creyendo realmente en nuestras mentiras.

Los medios golpistas necesitan una bandera para revivir todo el espacio perdido por la oposición. La muerte del Cardenal Velasco, me atrevo a asegurarlo, era esperada para izarla nuevamente. Quien sabe si emerge una nueva sociedad católica, inquisidora, que responda al llamado histérico de los medios, para concluir un trabajo que se ha hecho muy extenso y costoso. Pero, la mano de Dios obra de manera misteriosa y a este pueblo no le gustan los Jerarcas de la Iglesia y su llamado permanente a conspirar en contra del Proceso Revolucionario. Son afectos a los curas de parroquia que trabajan en los barrios para construir una nueva sociedad más equitativa y sin brechas sociales. Es probable que el Cardenal Velasco, esté pidiendo a gritos ser enterrado para descansar en paz y que dejen de jorungarle la tumba con este jueguito mediático insoportable. Pero eso solo lo sabremos, si logramos trascender.

Esa bandita negra en los canales, no es la mejor manera de respetar a un personaje que los apoyó en su afán golpista. Aquí están equivocados todos aquellos que se dan golpes de pecho y rezan en una iglesia y apuestan por la muerte de Chávez. Ese “Luto Activo” es un mensaje subliminal para impulsar una nueva cruzada de violencia. El solo hecho de velar al Cardenal Velasco en la Catedral e impulsar todo ese miserable despliegue informativo, aunando a esto la asistencia de personajes reconocidos por su actividad golpista, no podía culminar de buena manera. Sería hipócrita acudir a conceptos conciliatorios, cuando Globovisión bombardea con el término “desadaptados”, similar al de “hordas” y cercano a “delincuentes”, con el claro objetivo de ocasionar una nueva desgracia. En consecuencia, un acto velatorio que podría realizarse en sana paz, se convierte en dispositivo que dispara nuevos actos violentos. La Jerarquía de la Iglesia Católica, que debería asumir una postura intransigente ante estos planes desestabilizadores y que, en teoría, su función consiste en contribuir a la unión y paz espiritual de los ciudadanos, permite y se hace cómplice de estas maniobras mediáticas. Convierten un acto de luto, independientemente de la posición del difunto, en un plan mediático que se suma a este golpe continuado que han capitaneado los medios de comunicación privados.

Muchos leerán esta opinión y me acusarán de indolencia ante la muerte de una persona. Pero, admito que no puedo callar (acaso habré caído en la trampa) ante este bandidaje que busca publicidad con la muerte, para originar más muertes. Pues no se trata solo del Cardenal Velasco; se trata de muchos venezolanos que han muerto por esta campaña permanentemente en guerra de los medios golpistas. Y esos venezolanos no murieron de cáncer; murieron asesinados sistemáticamente bajo las balas de sujetos perfectamente entrenados, mientras al Cardenal le hacían el tratamiento médico necesario para salvarle la vida. Esto lo deberían tomar muy en cuenta quienes dirigen la Iglesia Católica. Darle un parao a tanta vagabundería mediática y echar a un lado sus intereses personales.

Mientras tanto, descanse en paz, Cardenal.

msilvaga@yahoo.com






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Mario Silva García

Comunicador social. Ex-miembro y caricaturista de Aporrea.org. Revolucionó el periodismo de opinión y denuncia contra la derecha con la publicación de su columna "La Hojilla" en Aporrea a partir de 2004, para luego llevarla a mayores audiencias y con nuevo empuje, a través de VTV con "La Hojilla en TV".

 mariosilvagarcia1959@gmail.com      @LaHojillaenTV

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