El cardenal no debe entrar al cielo

INTROITO

Ornitología es la ciencia que estudia las aves. A cualquier ave. Pero aunque todos los pájaros son aves, no es así en viceversa. Así que la expresión “pájaro” se aplica a cualquier ave pequeña. El tamaño hace la diferencia. Pero nadie sabe cuál es el límite máximo. Pero en general todo el mundo tiene más o menos una noción de lo que es un pájaro. Y así un guacamayo no es un pájaro (¡¡¡es muy grande!!!) pero un periquito sí lo es. ¿De acuerdo?. Algunos que se la echan dicen que para que sea considerado pájaro tiene que cantar “bonito”. Y entonces un Ruiseñor o un Canario mudo no es un pájaro. Otros dicen que tenga plumaje vistoso. Y por eso es que los Cardenales son considerados pájaros, aunque su cantar no sea agradable.

HISTORIA

Dicen que hace como 70 años nació un pájaro desnudo, es decir, sin plumas. Un pájaro Lampiño, pues. Y por mucho tiempo no le nacieron, lo que le permitió a los pájaros de la comunidad aceptarlo sin protestar. Resulta ser que los pájaros son daltónicos. Y así este pájaro se fue formando como el propio parásito, el gran vividor. Y para rematar se graduó de “Chamán” en el Amazonas, y estuvo en la India aprendiendo Ciencias Ocultas, y después fue a El Vaticano donde le enseñaron más Ciencias Ocultas. Y descubrió que la manera más fácil de vivir es a costilla de la ignorancia de los demás. Por lo que se dedicó entonces a desinformar, a desenseñar, a confundir, a amenazar con las pailas del infierno a todo pájaro, pajarito, pajarita, pajarote, que se le atravesara. Y así llegó a ocupar un glorioso papel preponderante que le permitió vivir extremadamente holgadamente, que le permitió adquirir numerosos bienes de fortuna mientras le exigía a sus fieles austeridad. “Hagan lo que yo digo, no lo que yo hago…”, decía constantemente. Y resulta ser que descubrió que el color rojo era uno de los que infundía más respeto. Y así llegó a ser un cardenal. Perdón, Cardenal (con mayúscula). Aunque su pelaje natural (la vestimenta de uso diario) era negra.

LOS CUCOS

¿Se acuerdan de aquella película “One flew over the cockoo´s nest” con el excelente actor Jack Nicholson? Lamentablemente la titularon “Atrapado sin salida”. Bueno, la verdad es que los cucos son pájaros que no hacen nidos. De allí la paradoja del título en inglés. Los cucos hembras (¿qué les parece?: Las Cucas…) ponen sus huevos en los nidos de otras aves. Y no solo eso: sacan botan, eliminan, a los huevos que encuentren en ese nido. Y entonces la pájara pendeja (recuerden: son daltónicos) no se da cuenta y cría a los cuquitos como si fueran los de ella. Y cuándo estos pueden volar, pues chao contigo. Es decir que los cucos y cucas son tremendos vividores.

EL ENCOMPINCHAMIENTO

No es seguro, pero algunos historiadores dicen que el pájaro que nació lampiño, como se la pasaba “viviendo” de los demás pájaros, descubrió la “viveza” de los cucos. Y como buenos de sentimiento que eran, se enconpincharon. Y así surgió una sociedad secreta que ha mantenido a una inmensa multitud de pájaros en la ignominia. “…Hagan lo que yo digo…No lo que nosotros hacemos…”, repiten constantemente en los Templos, generalmente el día de descanso. Algunos pájaros revolucionarios comenzaron a llamar a los cucos y cucas “politiqueros”. Y el Cardenal, que vivía como estos se sintió amenazado y comenzó a actuar como un cuco. Inclusive participó en la planificación de un golpe de estado en una pequeña comunidad llamada “República Bolivariana de Venezuela”. Y firmó el Acta de Coronación del Cuco Mayor. Pero este reinado no duró ni tres días, y el Cardenal, rapidito dijo que el no había firmado ninguna Acta. Que era una página en blanco. Los Cucos que estaban en el Tribunal Supremo lo perdonaron, y así siguió el Cardenal actuando como un Cuco. Echando vaina como buena mata de frijol (y que me perdone mi amigo Nicolás Valladares). Y así le llegó un cáncer que lo mató.

EN LAS PUERTAS DEL CIELO

Al llegar al cielo él creyó que iba vestido de Cardenal. Pero iba desnudo. Sin cédula ni pasaporte. Se confió. No llevó ni una facturita. Y le dijeron: “..usted no puede entrar al Cielo, usted es un Cuco”. El Cardenal se puso rojo de la ignominia, se puso un chal rojo y unas licras rosadas y un bonete rojo. Y cuando llegó de nuevo a la puerta del Cielo, el portero a verlo vestido así, dudó. Pero desde un balcón se escuchó la voz del Gran Hacedor de los Pájaros, que con el historial del pájaro lampiño en la mano, le dijo “…usted se transformó en un Cuco, así que vaya directo al Cielo de los Cucos”. El Cardenal se alegró, y pensando en las Cucas que iba a encontrar, comenzó a silbar de alegría. Y quedó per secula seculorum en el Limbo, porque si los cucos no hacen nido tampoco tienen derecho a una mejor vida en un cielo.

Luis Rivero Badaracco.
LGRIVEROB@CANTV.NET
Maturín, 8 de Julio del 2003.



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Luis Rivero Badaracco


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