Mingo, ¡Estás Botao…!



¡Ay Carajo, Mingo! Te aporrearon duro esas grabaciones con tu mami. Te quitaron tu cafecito diario y se acabaron los billetes de las camisas Arrow. Asi es la vida Mingo. La cuerda revienta por lo más delgado. Ravell, si es que no estuvo metido en ese peo de las grabaciones, tiene que actuar como patrón celestino y servirte en bandeja de plata a los adecos. Compromiso es compromiso, panita, y ya no le servías a la conspiración; menos aún, si le tenías arrechera al partido blanco. De paso, Minguito, ¡Mosca!... Por ahí anda Ramos Allup encabronado, con la camisa desabotonada y unos cabilleros, para que le repitas en la cara tus confesiones familiares.

Es probable que Ravell te permita, por esas vainas del honor, quedarte un tiempo narrando noticias o haciendo un programa culinario a media mañana. Ravell no es pendejo y podría utilizarte para otro proyecto. Habladores de paja como tu hay pocos y no es recomendable publicitariamente, echarte a la calle con el culo doliendo. Sin embargo, todo depende del odio adeco y Ravell no va a hacer mucho esfuerzo para combatirlo. Si sabes jugar "Ajilei", échale bola a esos dedos y empieza a ligar para que los adecos dejen pasar los insultos. Eso si, no apuestes mucho y deja algo para las vacaciones, que pueden alargarse un tanto.

Por otro lado, ni se te ocurra voltear para Televen. Marta Colomina ya es experta en bombas molotov gigantes y debe tener "sute" a Carlos Croes y a Camero para que no te contrate por traidor. Te metiste con el propio veneno y, ¡júralo!, te la tiene guardada. Ya hizo su pacto con Ybellise, Patricia y Marianela, la expresión máxima del fascismo y no perdonan esos arranques de sinceridad escuálida. Tienes pocas opciones y la más indicada es el ostracismo; las otras ni las menciones, por que a los que se arrebatan en una de arrechera y recordatorios de su “compromiso ideológico”, los medios golpistas terminan desprestigiándolos y, conste, tu tienes el rabo e’ paja parejo. Tienes que asumir tu posición de pendejo que se creyó la octava maravilla del periodismo y ubicar el rincón de los juguetes rotos. Allí te quedas calladito, sumiso, sin hablar más ridiculeces y espera a que algún supremo propietario de estos medios golpistas, se acuerde de ese soldadito de plástico al que le falta una pata. A veces, los adecos, dejan de actuar como animales y perdonan a los miembros de su raza que han perdido la manada. Perro es perro, Mingo. Solo esconde la cola y deja que te gruñan. Tu sabes mejor que nadie como ser servil. No se te ocurra abrir la bocota y acelerar ese grano que ocupa tu cerebro, para cometer pendejadas. Asume tu condición de bolsa que ya no le es útil a los cancerberos. Disfruta tu playa en Margarita; te quemas un poco más las neuronas y llegas a Caracas aplaudiendo la medida. Declara tu fidelidad absoluta a la cofradía y reviéntate ese pecho a coñazo limpio, asumiendo tu culpabilidad. Eso si; reza una y otra vez “No soy nadie…”, “No soy nadie…”, “No soy nadie…”. Pues, Mingo, esa es la única verdad de un asalariado de la oligarquía. No hay otra. Déjate de esas vainas de la dignidad, el honor, la ética del periodista que nunca practicaste y otro viaje de cosas que no funcionan y que no le interesan a Ravell y compañía. Toda tu humanidad es hoy un enorme bozal de arepas, Mingo. Hay líneas que se cruzan y es imposible regresar. Tú fuiste uno de los gatillos mediáticos de Puente LLaguno y ocupaste un puesto privilegiado como títere del fascismo ¿Entonces? ¿Qué esperabas? ¿Creíste de verdad que existía libre opinión y pensamiento dentro de Globovisión? ¿No esperabas que un desliz de pensamiento y el simple desahogo con mamita, se convertiría en tu patíbulo?

Lo cierto, panita, es que estás probando de tu propia medicina. Deben ser amargos los recuerdos de tus burlas ante las cámaras y todo ese esfuerzo histérico por complacer a tus amos. El sol margariteño y la suite cinco estrellas no pudieron disfrutarse, cuando esperabas el anuncio implacable de los verdugos que tú apoyaste. ¡Que vaina, Mingo! Tener que aceptar el papel de pendejo cuando fuiste la vedette… Y por una simple conversación maternal…

msilvaga@yahoo.com






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Mario Silva García

Comunicador social. Ex-miembro y caricaturista de Aporrea.org. Revolucionó el periodismo de opinión y denuncia contra la derecha con la publicación de su columna "La Hojilla" en Aporrea a partir de 2004, para luego llevarla a mayores audiencias y con nuevo empuje, a través de VTV con "La Hojilla en TV".

 mariosilvagarcia1959@gmail.com      @LaHojillaenTV

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