No voy a desperdiciar pólvora en zamuros revelando la campaña procaz, insolente y denigrante de los medios de comunicación contra los derechos constitucionales de todos los venezolanos. No creo que, -a excepción de las víctimas despojadas de la más elemental capacidad de raciocinio debido al despiadado castigo psicológico- esto avise, sorprenda o aclare nada a nadie. Muchas son las oportunidades en las cuales sólo se termina por experimentar un desapacible sentimiento de impotencia relacionada a la que pueda sentirse viendo a un gigantón, fanfarrón y altanero dar una felpa a un niño y estar con las manos y los pies atados.
No puedo negar que a veces, sólo a veces, las ligaduras parecieran doler menos cuando se oye la voz del Presidente Chávez anunciando que “los pondrá en su lugar”, lo cual posee el encanto pasajero, análogo al que aquellas películas de vaqueros que veíamos de niños los de mi generación, cuando aplaudíamos y pateábamos ante el ruido de la caballería de los “buenos” anunciando el final impepinable de los malucos. De todos modos, la crueldad cotidiana nos roba pronto la magia del momento y nos devuelve de un solo mamonazo el mismo dolor en las muñecas y tobillos de siempre.
La OCM (Organización de Coños de Madre), para seguir en el lenguaje de películas y asociar a esta poderosa organización, -capaz de ofrecer, según Heinz Dieterich MIL MILLONES DE DÓLARES a un general patriota para que se venda- a la OCP de Robocop, no sólo posee un enorme poder, sino que sabe muy bien como utilizarlo. Saben muy bien a quienes van dirigidas sus bombas mata mentes. Saben igualmente que la polarización alcanzada por sus laboratorios de guerra psicológica ha logrado que el sector, blanco de sus bombardeos, no vea ni oiga nada que venga del gobierno o, peor aún, de cualquier sector que discrepe del discurso rabioso antichavista. Esto hace que todos los esfuerzos que pueda hacer el Estado por informar posea un impacto poco perceptible.
Si hay cadena presidencial, se pasan al cable o apagan la televisión y los que no lo hacen ejecutan a la perfección el libreto de tomar con pinzas cualquier palabra altisonante o detalle, por minúsculo que este sea, para reafirmarse en sus “sagradas” creencias y descubrir lo inteligentes que son cuando ven que los sátrapas del terror mediático coinciden con ellos en los mismos detalles.
Veamos, como ejemplo, los dos o tres últimos días:
1. El general García Carneiro dice: “es un engaño decir que habrá referéndum revocatorio en agosto y técnicamente muy difícil que lo haya antes de seis o siete meses”
Titular a ocho columnas de 2001, “LA FUERZA ARMADA EN CONTRA DEL REFERENDUM”. Desfile de militares retirados, que de tener un gramo de vergüenza deberían estar haciendo ostracismo en las Alturas de Machu Pichu, -que no lo tienen porque nunca la conocieron- llamando a García Carneiro: cobarde, traidor, que se cuide porque tiene familia, que el momento le llegará y las pagará con sangre, etc., y hasta el Departamento de Estado, que debería estar ocupado en explicar al mundo sus mentiras, mete baza en el asunto y declara inaceptable las declaraciones del general. ¿Algún medio fue obligado a repetir las declaraciones reales de García Carneiro, afirmando la barbaridad de que en Agosto no hay referéndum?. Obvia la respuesta.
2. Todos los días, tanto Globovisión –por cierto con la misma periodista ¿? que conoce por su cónyuge como fueron grabados los crímenes del 11 de abril antes que ocurrieran, y la misma que excitaba a la Sociedad Civil a denunciar a los chavistas que conocieran en su vecindario para “ir a por ellos” el 12 de abril, y la misma que vende teteros para que los bebés se sientan como en el cielo, todo con una sonrisa tan tierna, afirma: VAN NO SE CUANTOS DÍAS DE LOS ASESINATOS DE LOS PRÓCERES.. No hay responsables. VAN NO SE CUANTOS DÍAS DE LA MUERTE DEL FANTASMA Y MANDRAKE… No hay responsables.
Me pregunto, ¿no habrá una institución con más fuerza que el millón de correos que yo he enviado que les obligue a señalar con nombre y apellidos los procesados por. a) Los asesinatos del 6 de diciembre de 2002 en Altamira, b) Los asesinatos de los soldados de Altamira, c) Los asesinatos por las muertes del 11 de abril en Puente Llaguno, d) Los muertos por los sucesos de los próceres, e) Las bombas en las embajadas, etc., y que, además, todos son sicarios enviados por los mismos amos que les proveen el bozal de arepas?
3. Esta misma mañana, nada menos que el golpista confeso en forma pública y notoria –esto lo puso de moda Carmona- de haber tenido un “comando en Fuerte Tiuna el día del golpe, y haber grabado al general González en la casa de Napoleón Bravo el día 10 de abril”, quien es además dueño de una encuestadora, llamada CECA, hacía cundir el pánico entre los sectores ya citados, mostrando unas cifras de INFLACIÓN, RIESGO PAÍS y DESEMPLEO que están desmentidas, hoy mismo por la Agencia Reuters. Por ejemplo, esta joyita montada al aire, demostraba como (sin mención alguna al golpe económico de Diciembre y su costo de 11 mil millones de dólares de por medio) el desempleo había subido a 24% y afirmaba, con una carita de angelito serenado, que subirá a 27 o más puntos.
¿No es cierto que no servirá de nada publicar las cifras reales que muestran que el desempleo se colocó en 19.2 % en mayo y bajo al 18.4% en junio?, ¿no es cierto que no lograremos nada informándonos entre nosotros mismos que en un mes hemos creado 80 mil nuevos empleos?, ¿no es cierto que tendrá la utilidad de un cenicero en una moto que sepamos que la inflación no llegará siquiera al 30%, a pesar de que el daño causado por ellos mismos debería colocarla en los casi 80% en la llegó a tenerla el Dr. Caldera?, ¿no es cierto que vuelve a ser inútil recordar que para el 2000 la tasa de desempleo cerró en 14% y la inflación estaba encaminada a un dígito?.
Ellos pues, saben muy bien lo que hacen, mienten con altoparlantes y si acaso ofrecen, -¿cuándo?- réplica, lo hacen con el misterioso y tenue sonido de un confesionario. Derraman la leche con bombos y platillos sabiendo que no habrá quién la recoja. ¿Cuándo le pondremos el cascabel a ESTE gato?.
