La construcción de una nueva sociedad, cónsona con el proyecto de país contenido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, requiere de la formación académica de las y los nuevos ciudadanos participativos y protagónicos, respetuosos y constructores de un estado de derecho y de justicia.
Hasta ahora, en las instituciones académicas de la educación superior (tanto públicas como privadas) se han institucionalizado vicios elitescos y excluyentes, heredados del modelo colonial de la Real y Pontificia Universidad, signada por el eurocentrismo y sus implicaciones individualistas, racistas y clasistas.
Un diagnóstico de la educación superior venezolana recoge además vicios de excesiva burocratización, corrupción administrativa, autoritarismo académico y administrativo, mercantilización del conocimiento, partidización de las instancias rectorales y de los gremios docente, estudiantil y administrativo.
La exclusión social específica de las mayorías populares en las universidades del país obedece a distintos procesos de exclusión históricos y de carácter estructural, tales como el bajo nivel académico de la educación recibida por los sectores populares -paulatinamente corregida mediante las políticas educativas del Gobierno Bolivariano- y la dificultad de estos sectores socialmente excluidos para priorizar los requerimientos de formación académica en un contexto de carencias que inducen a las y los jóvenes a procurar actividades laborales como fuentes de ingresos para cubrir necesidades básicas.
Aunado a lo anterior, la estrategia privatizadora neoliberal implementada por los últimos gobiernos de la cuarta república favoreció la inequidad en el acceso a la educación superior pública mediante una asignación de cupos a las y los bachilleres signada por el clasismo, así, los sectores populares redujeron paulatinamente su participación en el acceso al sistema nacional de la educación universitaria. Si bien, el Gobierno Bolivariano impidió la inminente privatización de las universidades mediante el cobro de matrículas al estudiantado y la privatización de los diversos servicios estudiantiles como una de las primeras medidas de gobierno, el deterioro académico, administrativo y ético de la educación superior heredada de la cuarta república aún signa el desenvolvimiento de ese sector educativo, en el cual se generan grandes resistencias al cambio. La superación de ese estado de cosas es un reto asumido por el Gobierno Bolivariano y la Universidad Bolivariana de Venezuela es ejemplo de esa voluntad inquebrantable de saneamiento institucional y de democratización educativa.
Con personalidad jurídica y patrimonio propios, la Universidad Bolivariana de Venezuela tendrá un carácter experimental. En la ciudad de Caracas, funcionará en un edificio hasta hace pocos meses perteneciente a la empresa estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), en tanto que en Maracaibo funcionará otra sede.
Las carreras ofrecidas hasta el momento son Comunicación Social, Gestión y Promoción Comunitaria, Gestión en Salud Pública, Estudios Jurídicos y Políticos y Economía. La UBV iniciará sus clases en febrero con unos cuatro mil alumnos, contando con instalaciones que comprenderán 300 residencias estudiantiles, salas de informática y amplios salones. El objetivo de esta Universidad es el de formar profesionales con criterio de autodeterminación y sentido patriótico a la altura de la construcción de la Venezuela Bolivariana.
Para disponer de la infraestructura del Estado en función de los requerimientos del pueblo, se entregan otras instalaciones de Pdvsa a la atención del área educativa y cultural; al respecto, antiguas instalaciones otrora elitescas y excluyentes, servirán de sede a instituciones educativas de nivel superior, tales como la Universidad Nacional Experimental de la Fuerza Armada (Unefa), que formará técnicos superiores e ingenieros y contará con postgrados, estudios de maestrías y especialidades dirigidas por igual a civiles y a militares; el Instituto Tecnológico de Caracas; el Centro Internacional de Educación y Desarrollo (Cied) podría funcionar como un Instituto Energético acordado durante las reuniones de la Organización de Países Exportadores de Petróleos (Opep). Algunas de las obras de artes con las que contaba Pdvsa serán presentadas en una exposición itinerante y luego serán donadas a las galerías de artes para facilitar el acceso universal del público.
La Universidad Bolivariana de Venezuela fundamenta su origen en el marco de los principios y derechos consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, orientadas a la democratización de la sociedad; en tal sentido, la democratización de la educación superior es una de las expresiones y condiciones fundamentales de dicho proceso. En tanto proyecto educativo y social, este nuevo concepto de Universidad se vincula a las demandas de desarrollo integral de la Nación que plantea entre sus condiciones fundamentales la elevación del nivel cultural y educativo del pueblo, la creación permanente de una cultura democrática y la formación integral de profesionales con profundo sentido de país y al servicio de los intereses nacionales.