En días pasados leí una solicitud dirigida al Presidente Chávez por los pastores y pastoras evangélicos, integrantes de la Comunidad Reformada de Maracaibo, quienes, por lo visto, no cuentan con seguridad social y mucho menos tienen derecho a pensiones o jubilaciones. Ello se debe a que “hubo el descuido de las Iglesias, o de nosotros, y no pudimos acceder a ningún programa del IVSS, la gran mayoría.”
La misiva termina con una nota conmovedora: “Solicito a usted que se estudie la posibilidad que los pastores y pastoras puedan ser tomados en cuenta para que podamos disfrutar como cualquier ciudadano o ciudadana útil a la patria, de los beneficios que nos merecemos como gente que ha aportado a la construcción de nuestro país.”
Nadie niega la dedicación de miles de evangélicos que recorren nuestras calles, casa por casa, repartiendo literatura afín a su culto. Tampoco dudamos que merecen protección de Estado. Pero el planteamiento involucra cuestiones más complejas.
¿Qué pasará entonces con las monjas y los sacerdotes católicos, cuyo gremio incluye presbíteros, misioneros y otros oficiantes menores, como los sacristanes? ¿Y los rabinos quedarán fuera del asunto? … ¿Y los imanes o ayatolas musulmanes?
En algunos casos las comunidades religiosas se hacen cargo de los suyos, pues, a fin de cuentas, en cada misa pasan el cepillo para que la grey se baje de la mula. En otras instancias se trata de guías espirituales cuyos adeptos gozan de solvencia económica, tal como ocurre entre judíos y musulmanes, que no en balde tienen un toque de fenicios.
Sin embargo no es tan sencillo. Así como ciertos prelados son doctores de la Iglesia, existen otros practicantes que hacen las veces de buhoneros espirituales. Entre ellos figuran los babalaos, que, por cierto, son admiradores del Presidente Chávez, además hay santeros, astrólogos, sobadores, brujos, exorcistas y, finalmente, los magos endógenos: chamanes y piaches, que no merecen quedar por fuera.
Si acaso eso sucediera no quiero pensar en lo que podría ocurrirle a los responsables. Por ello creo que la reforma les brindará pensión, seguro y hasta vacaciones.
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