Luz que deseo, luz de Lossada

Saludos... me permito compartir con quienes quiero y sé que comprenderán mi posición una breve y sencilla reflexión nacida desde mi más profundo sentimiento de admiración, respeto y amor por el maestro Jesús Enrique Lossada...

Conozco a Lossada desde siempre, recuerdo que su nombre existe en mis predios desde que mis ojos vieron luz (y LUZ)... recuerdo que siempre el maestro estuvo, y está presente en las conversaciones de mi padre, mis tíos, mis hermanos, y también lo encuentro en las palabras de los universitarios lossadianos de convicción que aún se cruzan por los pasillos de nuestra tan querida y golpeada Universidad del Zulia...

Hoy tuve la oportunidad, si es que así se le puede llamar, de toparme en la prensa dominical con un cuerpo completo dedicado a LUZ en el marco de un aniversario más de su reapertura... hubo intentos de tocar la historia, pero todo se centró en un énfasis casi patológico por hacer de LUZ una serie de rostros, "logros", "metas", "planes" y etc. que en nada se parecen a la Universidad que deseamos y amamos, la universidad que aún no muere del todo porque el espíritu de Lossada no se va, sigue deambulando "necio" como dijera el amigo Silvio Rodríguez más allá del lugar que han querido darle en sus hipócritas altares... Ese cuerpo del periódico parecía más bien un simulacro de tarjetón electoral, allí estaban todos con su mejor sonrisa para ir cautivando votos a propósito de los próximos comicios universitarios... viene entonces a mi cabeza una inevitable analogía de lo que Alí decía que iban a hacer a la Plaza Bolívar cada aniversario de su muerte... "a asegurarse de que esté bien muerto"... La analogía surgió con mayor fuerza cuando leí la agenda del día de mañana 1ero de octubre de 2007, que incluye ponerle de nuevo una corona fúnebre al maestro Jesús Enrique en ese espacio triste que le han dado en la nueva sede rectoral, realmente así de solo como se ve Lossada en el nuevo rectorado está, nada más distante de los valores universitarios, de democracia y justicia social que la LUZ que hoy vivimos, y ni hablar la integralidad del perfil del maestro que era capaz de hablar de política, de álgebra y de poesía por igual, y más tarde redactar un cuento y hacer maravillas con la escritura... la agenda sigue su curso, después de hacerle una vez más los honores fúnebres al maestro Lossada, se van a dar golpes de pecho a la Catedral (quizás en su inconsciente llevan la culpa de haber matado otra vez a Jesús Enrique), posterior a ello caminan hasta el frente, le hacen una reverencia al Padre Libertador y lo vuelven a matar con una corona funeraria, pues aunque parezca un gesto "bolivariano" eso es lo que toca, y por último, el mágico espacio del Teatro Baralt se presta una vez más para el desarrollo de discursos vacíos y lamentables saludos a la bandera... ya puedo escuchar como agradecen al maestro Lossada su invaluable aporte de reabrir la máxima casa de estudios y, más aún, puedo escuchar un vehemente compromiso de mantener intacto los ideales de universidad con pensamiento amplio, académico y comprometido con los más altos y nobles valores de la patria...

Sin embargo yo prefiero hacerle mi propio homenaje al maestro... yo prefiero seguirme bañando con los brillantes girasoles que siguen naciendo de sus sienes, yo prefiero creer en su Máquina de la Felicidad que lo declara socialista, justo y humano, yo prefiero reafirmar mi compromiso por luchar por la LUZ que mi padre heredó de Lossada, yo prefiero, Maestro Lossada, prometerle una nueva siembra de girasoles que de nuevo encuentren LUZ... una verdadera LUZ...
Una LUZ sin pactos, sin desmanes, enérgica, hermosa, erguida y justa...
María Dolores Delgado Rosales.

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