Luego de una confesión detallada de malos pensamientos y acciones pecadoras, el nuevo presidente del CNE, Francisco Carrasquero, decidió agregarle a los poderes constituidos uno nuevo con conexiones celestiales. “El Poder Eclesiástico” le llamó, y agregó algunas plegarias para que Dios ilumine los compromisos del recién nombrado Consejo Nacional Electoral. Y a todas estas ¿Quién será el interlocutor con el Papa y Omnímodo Poder del Creador? Por que si este enviado santificado por los querubines es Baltazar Porras ó Mikel De Viana, confesor y consuetudinario invitado de Marta Colomina, entonces ya empezamos a cagarla.
Digo esto, y ahora es contigo amigo Francisco, por que la iglesia católica no puede reservarse un poder que no existe y que por esas vainas de la Constitución con la libertad de cultos y demás yerbas, suponemos que tendrían que contar con Adventistas, Hijos de Jehová, Pentecostales, Musulmanes, Judíos, brujos experimentales del Sorte y demás fumadores de tabaco y afines. No me vengas con eso de un solo poder religioso y de monopolios exclusivos de un sector que participó abiertamente en el Golpe de Estado del 11 de Abril. Todavía está fresca la tinta del difunto Cardenal en el breve y extinto gobierno de facto que comandó Carmona y un coñazo de carajos que hoy se hacen los locos cuando le recuerdan esa vaina.
Yo, particularmente, apoyo el nombramiento de un nuevo CNE. Aplaudo que hayan sacado a Avella y a la cuerda de vagos que querían asestar un golpe electoral. Pienso que, detrás de todas tus plegarias, hay la sana intención de jugar a ser un árbitro imparcial. Aunque en este país, eso de ser “ni ni” es más jodido y no es difícil terminar cuadrándose, unos por el dinero que proporciona el poder y otros por que creemos en un país sin tanta porquería institucional. Ese desliz ó lapsus mentis de “crear” un nuevo poder en medio de las luces, micrófonos y el poder mediático, que si existe y jode bastante también, es un paso en falso que debes corregir con un trabajo inmaculado. Deja a Porras y a su corte tranquilitos confesando a la gente del Country y dedícate a sanear el Consejo Nacional Electoral. Bastante falta hace crear las bases para una Venezuela libre de vagabunderías electorales.
Por otro lado, amigo Francisco, hay que tomar decisiones importantes. Las firmas que llevaron al CNE recientemente, etiquetadas por una organización que no tiene credibilidad alguna, deben ser revisadas íntegramente; no solo por su carácter ilegal y por las marramucias que se han gestado en ese manoseado transitar de los golpistas que fundaron “Súmate”, si no por la ilegalidad de quienes acuden a este mecanismo constitucional. Estas firmas que se recogieron extemporáneamente y con otros fines golpistas (recuerda que un consultivo no es un revocatorio), están viciadas de toda nulidad al comprobarse que fueron forjadas de cuentas bancarias y otras listas ajenas al fin electoral. Es decir, que todo ese mamotreto mediático que nació como un firmazo y se convirtió en fraudazo, quieren transformarlo en un acto legítimo sin pies ni cabeza. Hay denuncias muy serias que convierten toda esa porquería en un acto golpista más de los fascistas para generar caos, desestabilización y la creencia increíble de un sector que perdió las perspectivas de una Venezuela que desconocen totalmente. Basta ver a los capitanes de la conspiración, hablando de una mayoría que nunca han tenido; de un poder que solo es económico y que solo ha servido para comprar algunas conciencias que, a la postre, el pueblo terminará pasándoles factura. Quienes hoy se protegen con la Constitución, aquellos que se negaron a aprobarla y que la pisotearon el 11 de Abril, enarbolan un derecho al que no pueden acceder. Son delincuentes que participaron en un Golpe de Estado, que justificaron allanamientos, persecuciones, el quiebre de las instituciones, asesinatos de campesinos, el plan macabro de los asesinados en Puente Llaguno, los muertos del 12 y 13 de Abril bajo la represión y ajusticiamiento de mercenarios, silenciamiento de la información y luego tratar de quebrar al país en el pasado Golpe Petrolero, reventando la economía y negándole al pueblo la gasolina, los alimentos; todo un plan sistemático que por bolas de la oligarquía borraría los logros alcanzados por este pueblo que se cansó de hacer el papel de pendejo. Sin embargo, amigo Carrasquero, estos delincuentes siguen en la calle como si nada ha pasado y pretenden seguir estafando al pueblo venezolano protegidos por el manto de la impunidad. Su labor, descontando esa vaina del supuesto “Poder Eclesiástico”, es cuidar que no sigan actuando como delincuentes en su histeria por llegar a un referendo que van a perder. Si este Tribunal Supremo de Justicia edificó un parapeto de impunidad que los tiene envalentonados como malandros de barrio, su trabajo es evitar que la delincuencia también llegue al CNE. Realmente no me importa si usted va a misa todos los domingos, si usted se toma la hostia con tanto gusto ó si usted cree que existe un fulano “Poder Eclesiástico”. Lo que si es importante para mí, es que esta última creencia no se convierta en un nuevo envión golpista disfrazado de cristianismo y de nuevas declaraciones episcopales que manejen las decisiones dentro del Consejo Nacional Electoral. Porras maneja muy bien el golpismo en el púlpito y estos manejos “cristianos” están reñidos con el simplísimo mensaje de Jesús. Mensaje que visto desde la Conferencia Episcopal Venezolana, dista mucho de ser solidario.
Pienso, amigo Francisco, que ha sido un traspiés en piso resbaloso. Pero, tenga cuidado, hay muchos charquitos que pueden conducir a la falta de credibilidad. Y eso es muy grave en el cargo que ocupa.