La estrategia psicológica de los agentes locales de la ocupación, luego del fracaso de las estrategias anteriores de golpes de estado virtuales y sabotajes societales, así como la de convertir un referéndum consultivo en revocatorio para “salir de Chávez”, ha sido la difusión intensiva de mensajes que presentan la convocatoria y realización del Referéndum Revocatorio presidencial, como el hecho mágico que cumplirá todos los deseos de los sectores de clase media que adversan al gobierno. Han logrado condicionar y desarrollar en la "clase media" la firme creencia de que con la convocatoria y realización inmediata del referéndum revocatorio, automáticamente Hugo Chávez perderá la presidencia y por arte y magia regresarán los privilegios perdidos. El presidente perderá las elecciones, porque así lo dicen las encuestas y las encuestas dicen la verdad. El referéndum revocatorio es la esperanza, la alegría, el nuevo amanecer, en definitiva, el deseo.
Esta es la primera parte del diseño de la bomba psicológica. La segunda parte consiste en generar frustración, rabia y eventualmente violencia en los sectores de "clase media", al no producirse la convocatoria y realización del mencionado proceso eleccionario, con la premura que ellos necesitan, es decir, la frustración del deseo. La población aliada a la ocupación está sumamente impaciente y esperanzada con la sola convocatoria del referéndum, ya que creen que la realización efectiva del mismo cuenta con el triunfo garantizado. Los diseñadores de la bomba esperan que el período que el Concejo Nacional Electoral (CNE) necesita para diseñar las normas que regirán el proceso, así como validar las firmas entregadas y realizar toda la planificación necesaria, sean percibidas por las esperanzadas e impacientes masas de "clase media" como intentos oficialistas de "sabotear" el proceso.
Los diseñadores esperan que durante este período se acumule la suficiente cantidad de frustración y rabia, como para que cuando se realice la mencionada elección y la oposición pierda, todos los medios de comunicación comerciales difundan al unísono a gran volumen y con grandes letras: FRAUDE CHAVISTA. Este mensaje ya está preparado para ser difundido a escala internacional y pretende en el ámbito local, funcionar como señal para el desborde de la violencia callejera de un sector de la clase media, ya suficientemente frustrado y condicionado; y en el ámbito internacional, pretende la presentación del Presidente Hugo Chávez como un "tirano" que ha roto el hilo constitucional y democrático al realizar unas elecciones fraudulentas. Obviamente, la comunidad internacional, debe hacer algo con los "tiranos", tal vez bloquearlos comercialmente o invadirlos.
Lo que pretenden los diseñadores norteamericanos de esta bomba psicológica es involucrar a las y los venezolanos en una guerra civil. Según su diseño, la “sociedad civil indignada” tendrá toda la justificación necesaria para expresar su "protesta cívica", por ejemplo, quemando trabajadores del transporte, volando oleoductos o poniendo bombas en embajadas. Por su parte, también esperan que las “hordas violentas de los círculos del terror”, agredan injustamente a la sociedad civil que protesta "pacíficamente", generándose así la tan deseada confrontación sangrienta entre venezolanos(as). Lo que pretende la administración Bush, es generar una alternativa de desestabilización, ante los fallidos intentos por producir un conflicto convencional entre Venezuela y Colombia a través del financiamiento de sus mercenarios paramilitares en el vecino país.
MAL DISEÑO DE LA BOMBA
En vista de que los agentes locales de la ocupación han sido sumamente ineficaces en el desarrollo de las operaciones de información y de guerra psicológica, la administración Bush ha decidido dirigir personalmente tales operaciones. Además de la permanente verborrea incontenida de los voceros de su gobierno emitiendo cualquier cantidad de amenazas, advertencias y consejos al gobierno venezolano, la administración Bush parece haber caído en cuenta que ante el mundo estaba quedando en evidencia su abierta participación en la ocupación de Venezuela, lujo que no puede permitirse después del fracaso en Irak, en Corea y sus tropiezos en la ONU y la OEA. Lo anterior conlleva a plantearse la siguiente hipóteis: la Administración Bush parece haber incorporado otra estrategia y ha comenzado a valerse de intermediarios para la realización de sus operaciones de información. A tal fin, ha comenzado a utilizar diarios estadounidenses de alta credibilidad internacional para difundir sus ataques contra Venezuela. Ya no se trata de difundir ataques poco rigurosos a través de panfletos fanáticos como El Miami Herald, ahora se trata de incorporar a la causa de la defensa nacional amenazada por el terrorismo internacional y el eje del mal (Cuba, Venezuela, Brasil, Argentina) a diarios estadounidenses prestigiosos y de alta credibilidad internacional como el Washington Post, para activar sus bombas psicológicas. Se supone que al resto del mundo jamás se le podrá ocurrir la aberrante idea de que un diario objetivo, imparcial y veraz como el Post, establezca oscuros acuerdos con la administración Bush para apoyar sus particulares estrategias militares de información convencidos de que así la patria lo reclama. Se supone que al resto del mundo nos debe pasar inadvertido el hecho de que, después de todo, el Post es un diario estadounidense, que opera en ese país y que se rige por sus leyes. También se supone que ya se nos olvidó el comportamiento sesgado y complaciente de los medios de difusión masiva estadounidenses ante las reiteradas intervenciones militares contra los pueblos de la priferia capitalista para "liberarlos". Un claro ejemplo de lo dicho fue el comprtamiento de dichos medios durante la primera invasión a Irak en manos de Papá Bush y su recordada Operación Tormenta del Desierto.
De esta forma, pues, el 31 de agosto de 2003, el Washington Post difunde un editorial donde, luego de algunas vueltas, plantea el argumento central que pretende activar la bomba psicológica contra la población venezolana, una afirmación disfrazada de hipótesis:
“El verdadero peligro es que el presidente, quien una vez intentó un golpe de estado, bloquee el voto mediante fraude o fuerza” y casualmente, pero al mismo tiempo, “Violencia contra quienes apoyan a la oposición, incluyendo disparos y bombas, ha ocurrido antes y podría regresar”.
Cualquier lector del mundo, sin necesidad de estar dotado de superinteligencia abstracta, puede notar la forma en que el diario asigna altas probabilidades de ocurrencia en un futuro inminente, del fraude electoral. Supone el diario que el lector está tan desprevenido que jamás se le ocurrirá la idea de que el fraude puede provenir de la oposición, la cual por cierto agrupa en su seno a partidos como Acción Democrática, COPEI y el MAS -hoy reducidos a su mínima expresión histórica-, de quienes no se presupone, sino de quienes se recuerdan sus operaciones fraudulentas electorales y su tristemente célebre slogan “ACTA MATA VOTO” . Al ser la administración Bush quien menciona el fraude a través del Post, en vez del gobierno venezolano, queda en evidencia la estrategia. El gobierno estadounidense sabe que el presidente venezolano ganaría un eventual referéndum revocatorio y por eso debe anticiparse a tal eventualidad y deslegitimarla a través de la figura del fraude electoral.
En un supremo acto de irrespeto por nuestra capacidad de comprensión lectora, el diario sutilmente predice que el presidente utilizará la fuerza, (suponemos que militar) como ya lo hizo antes, para evitar las elecciones que ya tiene perdidas, porque así lo dicen las encuestas y las encuestas dicen la verdad. Supone el diario y los diseñadores de la administración Bush que a los lectores se nos olvidaron las siete (7) elecciones que han convocado los líderes del proceso de cambios que vive Venezuela y que todas han sido ganadas limpiamente, aún cuando las encuestas (que dicen la verdad) indicaban lo contrario.
Pero lo que constituye una instigación indirecta al crimen es la afirmación de que: Violencia contra quienes apoyan a la oposición, incluyendo disparos y bombas, ha ocurrido antes y podría regresar”. Nótese que el término “violencia” pareciese que tuviese vida propia, violencia es una cosa que ocurre, que se dá en la naturaleza, la violencia no es una conducta emitida por personas concretas, sino un ente etéreo que además solo ocurre contra quienes apoyan a la oposición, nunca ocurre contra quienes apoyan al gobierno. La sugerencia aquí está tan mal presentada, que en seguida entendemos que el diario está acusando al Gobierno Bolivariano de lanzarle bombas y disparos a las y los seguidores de la "oposición" si protestan ante el fraude que va a cometer. Se devela así, una instigación a la población que adversa al Proceso Bolivariano, para que se prepare a defenderse violentamente ante un posible ataque gubernamental después del fraude.
Aún no existe marco jurídico internacional que penalice este tipo de agresiones militares dirigidas fundamentalmente hacia el exterminio de la población civil a través de la manipulación psicológica que desate los odios políticos, de clase, raciales, étnicos y de cualquier tipo. Por ahora, los pueblos del mundo hemos aprendido a defendernos de tales ataques y a neutralizarlos, pero eso no garantiza que cesen.
El resto del editorial esta lleno de lo que llamamos en el diseño de instrumentos de medición, distractores, es decir información que tiene como objetivo dificultar la identificación de la información substancial. Por favor, haga el ejercicio de leer el editorial completo y vea que otros aditamentos descubre.
El Editorial de The Washington Post, al cual se hace referencia es el siguiente:
Editorial de The Washington Post
Dejen Que Venezuela Vote (Let
Venezuela Vote)
Domingo 31 de agosto de 2003
(Tomado de la pagina
Web de Globovisión www.globovision.com)
“DURANTE AÑOS, los venezolanos han debatido si el Presidente Hugo Chávez está preparado para imponer a la fuerza en el país, su cuasi-socialista "Revolución Bolivariana", o respetará las crecientemente frágiles reglas democráticas del país. Ahora ellos probablemente aprenderán la respuesta. A menos que el Sr. Chávez directamente viole u obstruya la Constitución promulgada bajo su propio gobierno, él probablemente tendrá que enfrentar un referéndum revocatorio en los escasos próximos meses. Tal voto, nominalmente acordado por el presidente y la oposición en junio, le daría a Venezuela una salida pacífica a un conflicto civil que amenaza con desgarrar al país. Pero las encuestas muestran que si la votación tiene lugar, el Sr. Chávez probablemente perdería -- y en consecuencia, el presidente ha hecho ver claramente que hará todo lo que pueda para evitarlo. El reto para los venezolanos, y para sus vecinos, será asegurar que la democracia en este importante país productor de petróleo no sea interrumpida. “
“Los chances de que los venezolanos puedan salir de la crisis mediante el voto, crecieron considerablemente la semana pasada cuando la Corte Suprema del país, finalizando meses de conflicto, designó al último miembro de un consejo electoral que debe supervisar el proceso. Días antes, los organizadores de la oposición habían entregado solicitudes de referéndum revocatorio portando 3,2 millones de firmas, más que suficientes para cumplir el requisito constitucional. El consejo tiene 30 días para juzgar si las solicitudes son válidas y, si decide que lo son, 60 para fijar la fecha de una elección. Los requerimientos del referéndum en la Constitución del Sr. Chávez son vagos: Algunos expertos creen que las firmas pueden ser declaradas inválidas por haber sido recolectadas antes de este mes, un problema que la oposición cree que puede sobrepasar recolectando rápidamente nuevas solicitudes. Si una votación tiene lugar, no será suficiente para que el Sr. Chávez pierda (encuestas lo muestran a él perdiendo por un margen de 2-a-1); la Constitución dice que más personas deben votar "no" que los 3,8 millones que votaron por el Sr. Chávez cuando él fue reelecto hace tres años. Ese también, es un límite que la oposición cree que puede cruzar -- y si no lo hace, el Sr. Chávez se habrá ganado un mandato para permanecer en el poder por tres años más.
“El verdadero peligro es que el presidente, quien una vez intentó un
golpe de estado, bloquee el voto mediante fraude o fuerza. El ya afirma, sin
evidencia, que las firmas en las peticiones son falsificadas. Quienes lo apoyan
en el Congreso de Venezuela han estado tratando de aprobar medidas que cambian
la composición de la Corte Suprema e imponen nuevas restricciones a los medios.
Violencia contra quienes apoyan a la oposición, incluyendo disparos y bombas, ha
ocurrido antes y podría regresar. Los mismos líderes de la oposición apoyaron un
golpe no exitoso y después una desastrosa huelga general, ahora están obligados
a evitar ser provocados por el Sr. Chávez y obligados a construir un programa de
gobierno que se convierta en un puente sobre la separación entre las clases rica
y media de Venezuela y los pobres -- la mayoría de quienes también desean ver
partir al presidente. La Administración Bush, la Organización de Estados
Americanos y vecinos claves como Brasil han apoyado todos, la solución
electoral. En las semanas que vienen, ellos están obligados a hacerle ver al Sr.
Chávez que cualquier intento para detener un referéndum por medios violentos o
ilegales, será catalogado como una interrupción de la democracia en
Venezuela.”
NO HABRÁ GUERRA CIVIL
En Venezuela no habrá guerra civil, fundamentalmente porque ya sabemos que eso es lo que quiere la administración Bush. En segundo lugar, las y los venezolanos no albergamos odios ancestrales de ningún tipo, tenemos una larga tradición de tolerancia y multiculturalidad, lo que nos ha permitido convivir en paz a pesar de las diferencias sociales.
Lo que si existe, como consecuencia de la guerra psicológica, es un sector de la "clase media" altamente condicionado y dispuesto a realizar actividades de desorden público, pero en ningún caso están preparados(as) ni dispuestos(as) a ir a una guerra convencional con fusiles, bombas, morteros, tanques, bombardeos y toda esa gama de cachivaches que las y los venezolanos solo hemos visto en las películas de la industria hollywoodense, difundidas profusamente por los canales de televisión comerciales venezolanos (¿casual?) . Este sector de la población constituye un problema de salud pública que deberá ser atendido en su momento.
Ahora bien, en el escenario de que el referéndum revocatorio del mandato presidencial no se realice, debido a que la "oposición" no cumpla con los requisitos y normas legales previstas en la constitución y en el reglamento que a tal fin elabore el CNE, las reacciones de la población que adversa al Proceso Bolivariano irán desde la depresión hasta la rabia y la violencia desatada en las calles, como ya ha ocurrido antes, pero en ninguna forma entrarán a saco en los barrios caraqueños a saciar su sed de sangre "chavista". Los dirigentes de la Coordinadora Democrática, tendrán que esperar nuevas instrucciones de Washington para decidir que nueva estrategia deben ejecutar. La población que apoya al Presidente y participa en el Proceso Bolivariano, probablemente celebre bailando y cantando, cuidándose de no atravesarse en medio de los "opositores" víctimas del lavado cerebral, que probablemente estén trancando avenidas y gritando desaforadamente en la Plaza Francia de Altamira.
En el escenario de que el referéndum se ejecute y el fraude lo realice la "oposición" a través de sus maquinarias electorales bien organizadas y experimentadas en ese tipo de maniobras, las “hordas violentas de los círculos del terror” no atacarán las urbanizaciones del Este de Caracas "buscando adecos para freírlos en aceite". En su lugar se activarán los mecanismos institucionales previstos en la ley para proceder a impugnar el proceso.
Si la operación de fraude opositor está tan bien ejecutada que es imposible deshacerla, el ciudadano Presidente acataría el resultado y la "oposición" entraría en una larga confrontación entre la pléyade de aspirantes a presidente que pululan en su seno. Por su parte el sector que promueve los cambios, ya tendría su candidato en el propio Presidente o en cualquier otro u otra que se designe sin mayores traumas. Algún día, asistiríamos de nuevo a votar, y solo con un nuevo fraude, se violaría la voluntad de las mayorías.
Pero, lo que ningún fraude electoral "opositor" puede detener, es el proceso de cambio que ya comenzó en las bases populares, las redes sociales continuarían fortaleciéndose, la conciencia de la población que apoya al proceso de cambios continuaría desarrollándose, surgirían nuevos liderazgos populares y la contraloría social podría convertirse en una incómoda realidad. Es muy poco probable que ocurra lo que plantea Roberto de Vries en el panfleto “La Voz” del 01/09/2003: “En el caso de que Chávez pierda, la gente que está con él creo que tiene una mentalidad tan dogmática que probablemente se irían a la democrática o lucha guerrillera” No sabemos si fue un duende de imprenta que traspapeló los términos, pero en todo caso, “irse a la democrática o a la lucha guerrillera” es una contradicción evidente. No hagamos caso de la contradicción, el agente local de la ocupación lo que quiere difundir es la idea de que si el "chavismo" pierde nos esperan años de lucha armada, es decir de guerra civil. Planteamiento perfectamente en sintonía con el que sostiene la administración Bush.
En el escenario de que el referéndum revocatorio se realice y lo gane Chávez, la población que acompaña al ciudadano Presidente, continuará trabajando en sus procesos de transformación como lo ha venido haciendo hasta ahora, el proceso tendrá que revisarse internamente para corregir desviaciones y fortalecerse tanto en el ámbito local como internacional. Las reacciones de la población que adversa al Presidente, de nuevo, irán desde la depresión hasta la rabia y la violencia desatada en las calles, lo cual debe ser atendido como un problema de orden público y de salud. Los dirigentes de la Coordinadora Democrática, tendrán que seguir esperando nuevas instrucciones de Washington para decidir que nueva estrategia deben ejecutar, o marcharse del país para continuar la conspiración desde el exterior, como muchos dirigentes ya lo han hecho.
La amenaza de guerra civil ante un supuesto fraude electoral del gobierno de Hugo Chávez Frías, es otra operación mas de Guerra Psicológica que pretende generarnos miedo, frustración y rabia, para que nos enfrentemos entre venezolanos(as). Pero, una vez descubierto el truco, pierde su efecto.
Sin embargo, en los próximos días, debemos prepararnos para una posible arremetida de editoriales, opiniones sesudas, "noticias" y todo tipo de llamados provenientes de los medios comerciales de difusión masiva principalmente estadounidenses, españoles y colombianos, anunciando catástrofes, guerras, hechos bizarros, secuestros, desapariciones y pare de contar, todos por ocurrir en Venezuela. No debemos extrañarnos cuando The New York Times, por ejemplo, llame a las y los ciudadanos estadounidenses residentes en nuestro país a "evacuar inmediatamente la zona ante una inminente catástrofe".
Este Análisis fue realizado por el Comité de Base para la Salud Mental
“Corazón Fuerte”
(Acometiendos juntos/as el supremo acto de soberanía de
cerrar los ojos y soñar).