En el libro NO LOGO de Naomi Klein, aparece una cita de David Lubars, alto ejecutivo del Grupo Omnicon en cuanto al principio rector de la industria de la publicidad: “Los consumidores son como las cucarachas. Los rocías una y otra vez hasta que con el tiempo se vuelven inmunes”.
Tomo como base para este artículo esa cita de Lubars, implacable y lapidaria, por que es una referencia exacta de lo que ha venido pasando con los medios de comunicación golpistas en Venezuela. Cuando Hugo Chávez era solo un candidato a la presidencia de la república, se desató una campaña mediática sin precedentes, que contó con la participación activa de los expertos más connotados de la industria publicitaria nacional e internacional. Hugo Chávez representaba y sigue siendo el enemigo de un poder que tenía agarrado por las bolas a más de un presidente electo en esa república que manejaron a su antojo bajo el manto impune de “La Libertad de Expresión”. Cuando todo estaba por consumarse y no había vuelta de hoja en la victoria que obtendría el Comandante, trataron de lisonjearlo, comprarlo y domesticarlo. Pero, bastaron pocas invitaciones, para que entendieran que la guerra mediática era su mejor opción en la defensa de sus intereses. Recordemos que el mismo Hugo Chávez, siendo presidente, denunció un almuerzo cuando era candidato, al que fue invitado por el editor del Bunker de San Martín y el rechazo inmediato a ciertas insinuaciones para “constituir un gobierno que fuera apoyado por la prensa libre”. El gangster de la Colina, tampoco se quedaría atrás en esto de jalar bolitas para concretar un negocio petrolero que lo salvara de la quiebra de la AOL y Direct TV; como tampoco ciertos editores que luego se convertirían en enemigos acérrimos del gobierno bolivariano para recuperar el poder que les ayudaba a chantajear al estado. De igual manera y esto hay que resaltarlo como uno de los logros más grandes de la victoria popular, fue el torrente de máscaras que fueron cayendo al suelo. Una cuerdita de intelectuales de “izquierda” que formaban parte de una cofradía pagada por los medios, para mostrar la cara inconforme del sistema. Plumas brillantes y críticos oportunos que no pasaban de buscar un aumento de salario en la elaboración de algún artículo o comentario comprometido y hoy, cuando estamos en pleno proceso de transformación, son feroces adversarios del gobierno.
El ataque mediático sorprendería, no solo por descubrir quienes son realmente los instigadores de la conspiración, si no por el alcance grosero y grotesco en la utilización de los medios como ente comunicador. Televisoras, radios y medios impresos, más de un 90% en manos privadas, utilizarían y siguen utilizando a cuanto payaso asalariado tienen a su alcance para ofender, mancillar, torpedear, mal informar y envenenar a la población venezolana. No se salvaron artistas, cómicos, moderadores, periodistas, narradores, articulistas, aunados a la fauna política tradicional; todos con un guión preestablecido para derrocar al irreverente que habitaba Miraflores. El mismísimo Gustavo Cisneros, acostumbrado a caminar en sus oficinas y en algún campo de golf en el norte, por primera vez en su puta vida marcharía en una avenida caraqueña acompañando a otros que nunca habían osado plantar sus zapatitos en el suelo de los comunes. Todavía recuerdo, no sin reírme por lo patético del personaje, a un Herman Escarrá con su eterno flux negro, engominado y agarrando una pancarta en plena autopista del este. Ese acto, con lágrimas incluidas, culminaría con un brillante escenario musical al estilo de Sábado Sensacional, agarraditos de la mano en la tarima, patrones amenazantes y empleados borregos cuidando el salario.
Ahora, no solo se desplegaron la fuerzas elites del marketing creador de imágenes para inducir a la clase media con jingles, eslogans, riada de banderas, caras bonitas, culos hermosos, frases agresivas y exclusión de las mayorías para alcanzar su cenit en aquel prefabricado Golpe de Estado del 11 de Abril. También utilizaron medios audiovisuales prohibidos al insertar en sus propagandas “órdenes” puntuales que serían recibidos en el subconsciente del ciudadano embobado por la propaganda de guerra emitida por las cuatro putas conspiradoras. Pero, llegó el 13 de Abril y como los magos al sonar los dedos, el hipnotismo desapareció.
Retomando a Lubars, las cucarachas han sido rociadas de veneno en demasía y luego de ese 13 de Abril, la inmunidad ha ido creciendo. Las putas de los medios fueron bajando los niveles de audiencia. Las pérdidas han sido multimillonarias. Se comenta de empresas que invirtieron en el paro cívico contando con la caída del Chávez en escasos tres días. Uno de estos rumores involucrarían a la empresa Cristine Carol, quienes entregarían 800 millones de Bolívares a los militares de Plaza Altamira; amén de aquellas empresas que sacrificaron sus spots publicitarios a petición del clan conspirador, para ver realizados sus sueños de “libertad” económica en una era post chavista.
De esta debacle no se salvaron los medios impresos tradicionales que hoy luchan por sobrevivir ante el avance revolucionario de los medios alternativos, un fenómeno de información que ha venido ganando terreno a zancadas y que promete perspectivas muy interesantes en la formación de una nueva metodología informativa, más ética, más ecuánime y con una mayor protección a una profesión que ha sido puteada por los propietarios de los medios de comunicación privados.
La inmunidad de esta comunidad de cucarachas, como dice Lubars, nos ha proporcionado un arma efectiva contra quienes solo están empeñados en agredirnos y robarnos el sueño de una patria bonita. Podemos acabar con ellos; podemos exterminarlos y sacarlos del mercado, por que ese veneno es cada vez más inofensivo. La arrogancia que los lleva a utilizarnos como conejillos de india, está llegando a su final y no es menos cierto que este pueblo puede timbrarle el culo hasta una transnacional como la Coca Cola. Con dejar de comprarlos sobra.
Como reza en el introito de la página web revolucionaria www.radioataque.org: “¡O padecemos a los medios ó inventamos nuestros medios…!”